Bienvenidos a España amigos!

22 1 0
                                    

De repente Orianna despertó ante el grito de Sergi:

-Bienvenidos a España amigos!- Sergi y Damian se acercaron al asiento de Orianna que no había sentido el aterrizaje y aún no estaba despierta del todo. -Oráculo, algo que debamos saber?

-Si, ya deberías saber que odio que me despierten gritando!

Orianna sabía exactamente a lo que se refería Sergi. A pesar de que nadie, además del profesor Seagan, sabía que llegarían ese día a Madrid. Debían ser cautelosos. No tenían ni idea de a lo que se enfrentaban. No sabían quien estaba acabando con los inmortales y el profesor que era muy estudioso del tema, sin duda sería de gran ayuda.

-Es mi primera vez aquí.- Dijo Orianna, para responder lo que sus amigos querían saber.

-Bueno, muy atentos todos entonces.- Sugirió Damian.

-Así es, no debemos llamar la atención.- Continuó Orianna.

-Para ti es algo imposible.- Respondió Damian, que seguía embelesado por la belleza de la joven. Ella, con mirada coqueta, acarició la barba de su amigo que prácticamente le doblaba la edad y le susurró al oído:

-Será igual para alguien tan exótico. Obviamente llamarás la atención de todas.

-Busquen un cuarto!- Asqueó Sergi, a quien le molestaban ese tipo de demostraciones, ya que él podía asegurar que Orianna lo hacía con el único propósito de molestarlo y es sensato decir, que lo lograba con mucha facilidad. Pero eso era lo menos importante ahora. Había que llegar a Sevilla para junto con el profesor Seagan analizar la situación y dar con quien estuviera matando a los inmortales. Por paradójico que sonara.

Al salir del aeropuerto tomaron un taxi hasta la estación de trenes. El viaje desde Madrid hasta Sevilla dura unas horas apenas, pero con el viaje que se acababan de dar desde Colombia, les urgía llegar ponto a su destino y encontrar un lugar acogedor para descansar apropiadamente.

Compraron los tickets y abordaron el autobús. Cada persona que subía se les hacía sospechosa, en especial a Damian y Sergi. Orianna por su parte, estaba tan relajada como siempre. Miraron fijamente a cada pasajero en el bus. Subió una señora con dos niños y se sentó hasta el fondo, subió un hombre con un bolso y ocupó uno de los primeros asientos, luego un hombre negro muy alto y corpulento de cabeza rapada a cero que se sentó justo delante de Orianna. Todos igual de sospechosos para Sergi y Damian. Casi todos igual de indiferentes para nuestra joven amiga, el negro le llamó mucho la atención era tal su relajación, que pudo darse el lujo de fantasear con el corpulento negro.

Luego de unos minutos el autobús partió. El conductor anunció que era posible que llueva en algún punto del trayecto, pero que estarían bien. No había ninguna razón para preocuparse. Eso obviamente no tranquilizaba a nuestros amigos, aunque Orianna hacía su mayor esfuerzo por que se relajaran.

Habían pasado unos 40 minutos de viaje cuando ocurrió lo inesperado. Había llovido antes en el trayecto por el que iban y la carretera se encontraba mojada. Un camión que transportaba vigas de metal iba delante del bus que ocupaban nuestros amigos y perdió al control. Al parecer sus llantas no ofrecían la tracción suficiente para circular sobre la carretera mojada. El conductor del camión tuvo que hacer una maniobra muy complicada para evitar caer por el precipicio, pero en la maniobra el camión se volcó y quedó atravesado de lado a lado en la carretera. El conductor del bus, que desde antes había disminuido la velocidad, buscaba la manera de frenar el autobús sin correr con la misma suerte del camión. Pues con un vehículo tan pesado y la carretera mojada, no es fácil controlarlo a cierta velocidad. Todos los pasajeros gritaban. Nuestros amigos estaban pasmados. Sergi estaba preocupado por los pasajeros, Damian estaba aterrorizado, Oriana por su parte, sólo guardó silencio y observaba todos los detalles. Finalmente, lo inevitable. El conductor del bus no tuvo más remedio que girar hacia la izquierda tratando de que la fricción detenga la marcha del bus, pero era imposible, irremediablemente se estrellarían contra el camión que yacía atravesado en ambos carriles de la carretera. La salida era reducir los daños al máximo y con suerte no habría víctimas fatales.

Finalmente el bus chocó aparatosamente contra el camión volcado. Volaron los pedazos de cristales de las ventanas del lado derecho del bus, que se rompieron con el impacto. Orianna no podía creer lo que veía. Una de las vigas del camión atravesó la pared del bus y se clavó en la espalda del joven negro que iba delante suyo y lo atravesó. Lo mató instantáneamente. Pero eso no era lo realmente sorprendente. En unos segundos, ante sus ojos, el joven se desvaneció, se disolvió. Ella había visto muchas cosas, pero esto no tenía precedentes. Sergi alguna vez le había contado de un tipo de inmortales que cuando pierden sus signos vitales, sus cuerpos se desintegran y se reintegran en la última iglesia o templo religioso que hayan visitado. No había dudas, El joven era inmortal. Seguro seguía vivo, pero cuál sería la última iglesia visitada? Había que buscarlo e integrarlo en su búsqueda.

Pero la muerte del joven negro no era todo lo nefasto, las vigas no sólo lo habían herido a él. Orianna había llevado también su parte, otra viga se había incrustado por su costado. Le había comprometido varios órganos y tenía sangrado externo e interno. Damian estaba horrorizado y Sergi le pedía que mantenga la calma, aunque no era necesario. Ella estaba calmada, incluso sonriendo, aunque en ese momento empezó a sentir el dolor. Estaba perdiendo mucha sangre. Sentía como perdía las fuerzas. No podía mantener la cabeza erguida y no sentía ya sus piernas ni sus brazos... estaba muriendo. Finalmente, lo inevitable. Era una sensación conocida para ella. Era como quedarse dormida y en efecto, así fue. La joven lentamente perdió el conocimiento y murió.

De repente Orianna despertó ante el grito de Sergi:

-Bienvenidos a España amigos!- Sergi y Damian se acercaron al asiento de Orianna que no había sentido el aterrizaje y aún no estaba despierta del todo. -Oráculo, algo que debamos saber?  

-Si, ya deberías saber que odio que me despierten gritando! Eso y que hoy en el bus a Sevilla conoceremos otro inmortal.

PerpetuosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora