Capítulo 14. "Solo por ti"

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Ya eran los últimos minutos que nos quedaban del partido, a Valeria casi le ponían falta, ya que una tipa "sin querer" la empujo e hizo que ésta cayera, obviamente Valeria se puso furiosa y quizo golpearla pero la detuve, solo la maldecía susurrando, la comprendo pero sabe que si le marcan roja, se jode ahora sí.

Faltaban solo 6 minutos para que acabara el partido, en este momento estoy en tensión ya que yo soy la que tengo ahora el balón, pero, no puedo fallar, necesitamos ganar, por el equipo, sobre todo, por mi padre.

Mi padre, un excelente jugador de fútbol, él era mi inspiración cuando jugaba mini partidos en mi infancia, el fútbol era mi deporte favorito, él siempre estaba presente en todos mis partidos, en cada partido tenía un cartel con una frase inspiradora, cuando anotaba un gol, iba a abrazarme, aunque estuviera a metros de distancia. Pero un día, todo cambió, mi padre se fracturó la pierna en un partido, tuvieron que operarlo, ya que se había roto el hueso, porque lo patearon muy duro y cayó mal, yo me asusté mucho cuando me dijo mi madre eso, cuando por fin se había recuperado de su pierna, pero, no quedó completamente bien, desde ahí mi padre quedo renco, ya no podía jugar como antes, así que decidió retirarse del fútbol, un día mi padre hablo con migo de algo que me rompió el corazón en mil pedazos

Flashback

-Abby, puedo pasar?- dice mi padre detrás de la puerta de mi habitación
-Sí papí, pasa!- Corro para abrir
-Necesito hablar de algo muy importante contigo- Dice decaído
-Dime papi- sonrío
-Y no te va a gustar- Mi sonrisa desaparece inmediatamente
-Papí, me estás asustando- digo preocupada

Me mira con tristeza, no es nada bueno

-Se que amas el fútbol con toda tu alma como yo, y sabes que estoy orgulloso de ti por jugar tan bien, pero...-Mira en blanco.- pero, saber que esto que me pasó a mi, te puede pasar a ti, me rompería el corazón en mil pedazos, sé que crecerás, y querrás seguir jugando, pero, con las contrincantes con las que juegues, serán rudas contigo, te pueden golpear muy fuerte, te puedes lesionar, y un montón de cosas más. Y yo no quiero que mi hija, por dar todo, le pase algo fuera de lo normal...- Cierra los ojos en señal de que no quiere decirlo.- He pensado mucho en esto, toda esta semana, pero esta decidido. Ya no jugaras jamás más partidos de fútbol, o cosas ligadas del fútbol.

Lo último retumbó en mi cabeza miles de veces, sentí como la sangre se me bajo, mi única reacción fue hacerme para atrás negando con la cabeza, fue como si te arrebataran algo que amas con toda tu vida, en un mili segundo.

-No, no puedes hacerme esto!- Empiezo a sacar lágrimas de mis ojos
-Hija, en serio, lo lamento- Dice aguantándose las ganas de llorar
-No!, jamás dejaré de jugar, es mi pasión padre!, no me lo puedes quitar así de así!

-No crees que a mí también me duele!
-Lárgate- Dije sin mirarlo
-Abby
-LÁRGATE
-Dime que ya no jugarás y me iré- Dice antes de abrir la puerta
-No
-Que?- Dice volteándose
-Que no!, jamás dejaré de jugar!

Escuche el camión de la basura, mi padre vio mi uniforme y mis zapatos de fútbol y luego a donde provino el sonido del camión.

-Eso lo veremos- En seguida tomó mi uniforme y mis taquetes, salió de la habitación, pero lo seguí

-PAPÁ, NO TE ATREVAS- Dije llorando mientras trataba de alcanzarlo, no puedo creer lo que va a hacer

-Dime que dejarás de jugar, y no tiraré esto- Dice apuntando lo que trae en la mano
-N-no puedo...- Digo susurrando
-Bien- En seguida, abre la puerta principal, corro para ver lo que hará. Pasa el camión, mi padre lanza mis cosas al camión y es ahí cuando exploto
-TE ODIO!- Lloro a chorros

¡Ey tú, Ethan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora