Al día siguiente me levanté por un ruido muy ensordecedor. Me enderecé, y por lo que podía ver era madrugada. El cielo estaba apenas alumbrándose con la luz dorada y escurridiza del sol.
Me paré y me puse un abrigo que me había dejado mi madre de mi padre y una linterna. Tenía que ver de dónde venía ese ruido.
La puerta de la casa estaba abierta, como la había dejado. Por si mi madre se retractaba y regresaba. Pero ya veía que no lo hizo.
Salí de la casa y me dirigí al bosque que tanto me aterraba, pero tenía que averiguar qué fue lo que me despertó.
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Después de caminar unos 20 metros aproximadamente, encontré a un venado muerto. Me acerqué a él, me agaché a su lado y lo toqué. Sentí su poca energía dentro de mí, eso me enfadaba mucho. Porque lo que significaba era, cazadores.
Salí corriendo hacia la dirección que había escuchado el ruido, me sentía furiosa en esos momentos. Iba a matarlos, a todos, no me importaba si sólo lo hicieron por necesidad, pero hirieron a un animal indefenso. Eso era lo que me enojaba tanto.
Al final, me tuvieron que haber confundido con un animal, por que sentí de repente un dolor inmenso en la pierna, era tan fuerte que terminé cayendo al suelo.
Los cazadores vinieron corriendo a mí, y ya no estaba furiosa. Estaba tranquila y todo en mí alrededor se empezó a nublar. Sentí que me estaba muriendo por dentro. Lo único que recuerdo de esos momentos, fue una sombra muy grande y que superaba la estatura de los cazadores.
Luego, que caían poco a poco, hasta quedar tumbados completamente sobre el suelo, muertos.
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Amanecí sobre el suelo del bosque, todavía con los cuerpos de los cazadores alrededor mío.
Después, miré hacia mi pierna, donde me habían disparado. No había nada. Sólo piel blanca y sana.
Me puse de pie de un salto y no sentía dolor, había venido...
Me fui corriendo hacía la casa y me encerré dentro de ella. ¿Por qué había vuelto? Cerré las ventanas y estanqué la puerta trasera y me fui corriendo hacía la habitación donde había encontrado la carta de amor y me encerré allí también.
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Me desperté y vi mi reloj, eran las doce del mediodía. Me levanté y abrí la puerta de la habitación, bajé las escaleras y... todo estaba perfectamente en su lugar.
No lo podía creer. La puerta trasera estaba estancada, la puerta y las ventanas cerradas y las cajas donde las había dejado mi madre. ¿Será que decidió ya no atacarme?
Abrí la puerta y las ventanas, saqué comida de una caja y me puse a desayunar. Tenía que tener fuerzas para encontrar una persona que pueda ayudarme en este bosque eterno.
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Agarré una lata y me la comí mientras planeaba por dónde iba a ir para pedir ayuda. Tendría que llevar provisiones conmigo por si no volvía en dos o tres días, o no encontraba a nadie.

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Oscuridad Eterna
Misterio / SuspensoSaturia no es una chica común y corriente. Tiene tan sólo 15 años y ya es perseguida por algo que ella no puede controlar. Cuando su madre y ella se mudan a una casa antigua, Saturia descubre una carta de un amante, pero, ¿quién será el escritor de...