Ivlis el trve tsundere

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-¿Tuyo? JAJAJ -Lil soltó la carcajada más sarcástica de la historia y de enjarró fulminado con la vista al demonio de la bufanda.
-¿Estás sorda o khé? -preguntó Ivlis a la defensiva.
-Sorda tu puta madre -contestó Lil con  rabia.
-¡Nadie le dice puta a Siralos! >:V -exclamó Ivlis y se soltó a los putazos con Lil.
Era una verdadera pelea de gatas, pero como todos sabemos que Ivlis es una bergah, venció a Lil fácilmente.
-Qué pelea tan fast :v -mencionó Licorice, porque no olvidamos que el niño sigue aquí-. No soy científico ni nada pero ya valió verga, sí, ya valió papu.
-Qué vergüenza Licorice, aún dices papu -comentó Satanick decepcionado mirando a su hijo-. Tenía que venirme dentro...
-KHÉ -dijo Lil.
-KHE DE KESO -contestó Nick.
-De cualquier manera, ya callense -contestó un malhumorado Ivlis-. Todos sabemos que Satanick te dejóy ahora me ama.
-¡Satanick! -exclamó Lil.
-A mí no me miren.
-¡Satanick! -repitió Ivlis-. Sólo dile que ahora estás conmigo... -murmuró.
-Ivlis, ven conmigo -Satanick se dio la vuelta llevándose a Ivlis lejos de la escena, dejando atrás a una confusa Lil.

Satanick miró a Ivlis al momento en que llegaron a lo que parecía ser un salón de visitas del castillo BlancBlack, entonces el primero dejó de sonreír.
Satanick siempre estaba alegre, pero está vez, miraba a Ivlis con desdén, casi con furia.
-¿Pasa algo? -preguntó el diablo de las llamas.
-Te atreves a preguntar...
Ivlis miró confuso a Nick.
-Ivlis -nombró Satanick-. ¿Qué debo decirle a Lil? ¿Qué te amo pero que aún así me odias?
-Nick -murmuró Ivlis sin responder en sí.
-Ivlis, entiendes que Lil está casada conmigo, lo que significa que en algún momento la amé, sí, pero también entiendes que lo mío contigo no es un juego, al menos no para mí -su voz parecía teñida de furia; más que una confesión o algo así, parecía un regaño, y en verdad lo era-. Pero, ¡siempre me rechazas! Entonces, ¿cómo puedo escoger entre algo que amo y algo que me ama? Es egoísta...
-¡Satanick, tú no me amas! -exclamó Ivlis con disimulado dolor y angustia.
-¡Tú no sabes nada! -contestó éste con furia-. Tú no sabes nada de mí...
Ivlis no contestó, simplemente no pudo completar una oración coherente ante la lluvia de sentimientos que sentía en ese momento.
-Ivlis, realmente me cansé de esperarte -murmuró Satanick con la mirada baja y se dio la vuelta con el afán de salir de ahí lo más pronto posible, pero antes que pudiera arrepentirse, se dio la vuelta y miró a Ivlis a los ojos - Quizá yo fui el único que te amó sinceramente, y aún así te diste el lujo de rechazarme.
-Tú amor me lástima -contestó.
-De alguna manera debía cobrarme el dolor que me causa tu indiferencia.
Satanick se dio media vuelta de nuevo y salió con rumbo al jardín donde Lil.

Ivlis no podía pensar bien, le dolía la cabeza y el corazón le pesada; Satanick le había declarado su amor y él no tuvo la fortaleza de corresponder algo que siempre, en el fondo, deseó.
Se miró en un espejo cercano en la pared blanca y lloró como un niño pequeño, lloró como aquella vez cuando Siralos lo maldijo, lloró como aquella vez cuando perdió contra Kcalb, pero está vez lloraba por algo que le importaba más: Satanick.

-Hazme el favor de ir afuera y besarlo frente a esa mujer -dijo una voz femenina a sus espaldas.
Ivlis volteó, se trataba de Etihw, quien lo miraba con dulzura maternal.
Ivlis asintió y aún con lágrimas salió a su encuentro con Nick.
-No deberías meterte en otros asuntos -apareció Kcalb a su lado, comiendo un trozo de chocolate.
-Lo siento, es que son mi shipp -contestó ella y le robó su trozo de chocolate.

●●●

-Entonces ¿volverás a casa? -preguntó Lil a Satanick con los brazos abiertos.
-Él no volverá.
Lil tanto como Satanick miraron en dirección a la lastimera voz, encontrando a Ivlis, con ojos brillosos y puños cerrados. Satanick sonreía con disimulo, y al percatarse de la cercanía de el chico, fue a recibirlo con los brazos abiertos, hasta golpearse en un fuerte abrazo que terminó en un delicado beso de labios; Lil los miraba con repugnancia, pero su corazón se sentía destrozado en el fondo. Ella no esperó la respuesta de Satanick porque ya la sabía; él no iba a volver, y estaba bien, mientras pagara la pensión de Glasses.
Sin decir nada, desapareció dentro de una nube oscura.

-Ya sabía que vendrías por mí -dijo Satanick sonriendo con el chico aún en sus brazos.
-Callate.
Satanick lanzó una carcajada y lo abrazó con más fuerza.
-Eres un trve tsundere -dijo él.
Ivlis  lo miró con rubor en sus mejillas y al segundo, volteó la mirada.
-Ya quiero volver a casa -murmuró éste, mientras que Satanick se limitó a darle un beso en la frente.
-Sí, que bueno que quieras volver a casa, pero por ahora vengan -dijo Rosaliya mientras se acercaba a ambos con prisa.
-¿Eh? -cuestionaron ambos al unísono.
-Etihw está dando a luz -finalizó la chica.

¿Quién se comió la tarta de Ivlis? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora