Ya habían pasado 4 años desde la última vez que la vio.
Había regresado a California después de mucho tiempo. El cuerpo le temblaba como un niño pequeño, y el corazón le retumbaba fuertemente aun sin haberla visto.
A sus 21 años se sentía así ¿como será cuando la vea? y es que moría por verla otra vez.
Sacó de entre sus cosas el pequeño papel que le entregó Ryan con la dirección de _____, lo leyó mil veces hasta que llegó a su departamento. Desde que se fue, las llamadas en el teléfono de Ryan no cesaban. Cada día durante 4 años lo llamaba para preguntarle acerca de _____. Siempre la amó, y aun sigue amándola como el primer día.
Donde vivía _____, era una zona muy linda por cierto, todo lucía tranquilo. Subió por el ascensor con el alma en un hilo y cuando llegó busco el Dep. #401.
& ahí se encontraba él. Estaba parado frente a su puerta, con la ilusión de volverla a ver después de todo este tiempo.
Su vida en Roma había sido mas pacífica, la universidad fue bastante agradable, hizo amigos e incluso consiguió un trabajo. Las chicas le llovían por montón, siempre trataban de llamar su atención, pero a él no le importaba en absoluto. Ya había madurado totalmente, ya no era el mismo Justin de antes... Cada vez que intentaba posar sus ojos en otra chica, siempre debía lidiar con el fantasma de ______ que lo acompañaba en sus sueños cada noche.
Respiro profundamente nervioso, y miró el reloj.
Eran las 9 pm, se armó de valor y su dedo tembloroso presionó el timbre, frunció el ceño apenas lo retiró.
<<ya voy>> - escuchó decir desde adentro, y entonces estuvo apunto de salir corriendo con ganas de vomitar de los nervios. Antes de que se arrepintiera la puerta se abrió dejando ver a una linda y madura _____.
Sus ojos se abrieron de par en par, estaba hermosa como siempre.
Su cabello sujetado con media cola y sus proporciones perfectas en su cara, los labios pequeños y gruesos, los ojos grandes y llamativos con esas pestañas rizadas, sedosas y coquetas, sus mejillas ruborizadas y su frente pequeñita al igual que su mentón.
Sus orejitas pequeñas y delicadas con esos aretitos de oro pegados a ella, ya no podía dejar de verla, lucía extremadamente bella, como siempre fue pero ahora en su etapa de chica grande y madura.
Me quedó mirando fijamente, como queriendo analizarme.
El olor de su perfume invadió cada espacio de mi pequeña esquina, suspiré complacido de haberla visto.
- ¿Justin?- al fin logró decir _____
- Hola _____ - respondió él.
No podían creer que se tenían el uno al otro frente a ellos mismos.
- no puedo creerlo - dijo _____
- yo tampoco - dijo Justin - linda puerta
____ entendió el sarcasmo y se movió para que Justin ingresara.
La sala era linda, perfectamente decorada, con un gran sillón de cuero negro y una alfombra morada, algunas fotografías y cuadros alrededor, y unas cuantas flores blancas.
- lindo lugar - dijo Justin
- gracias - respondió ______ - creí que estabas de viaje ..
- regresé.. - dijo mirándola fijamente.
- no te veía hace muchos años - dijo ella
- si... ¿como estas?- preguntó pasivo
- bien bien - dijo ella