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Aquel alfa continuo yendo día tras día, manteniendo una distancia considerable siempre sentado en una de las mesas de al fondo de la cafetería, viendo con sigilo a Guillermo, observando atento cada movimiento, soplando su taza de café caliente y tomado con cuidado aquel liquido humeante.

Tenía los nervios de punta, las mejillas sonrojadas, las manos y cuerpo tembloroso, tenía una bandeja con comida y cafés que eran amenazadas con caer en cualquier momento, sentía su corazón un poco alterado, sabía que estaba siendo asechado por ese atractivo alfa, porque ¿A quien quería engañar? era guapo!, alzo la mirada con disimulo conectando con aquel hombre, al instante bajo la mirada con el rostro aún más sonrojado, sentía que se desmayaría, aunque estaba siendo extremista. 

Llevo la bandeja a una de las mesas cercanas donde un grupo de alfas esperaban animados entre risas, poso la bandeja en la mesa de madera pulida y sirvió los respectivos aperitivos.

sentía encima de él miradas lascivas de todos esos alfas.

"¿Pastelito no te podría comer a ti?" Dijo uno de los alfas más altos mirando con una sonrisa socarrona a Guillermo, el omega ignoro al hombre y termino de repartir los platos para tomar la bandeja entre sus brazos, dio la media vuelta pero no pudo dar ni un paso cuando sintió el agarre de una grande mano en su muñeca.

Oh no querido, eso si que no... Se dijo Guillermo mentalmente, lamiendo sus labios y dibujando una sonrisa incrédula en su lindo rostro perfilado, volteando a ver a aquel alfa.

"¿Vas a cooperar lindura?" Cuestiono el hombre tomando con fuerza la barbilla del Omega entre sus dedos, haciendo que  Guillermo haga una mueca de disgusto en su rostro."Oh dios, eres malditamente hermoso" gruño por lo bajo el alfa extasiado por la imagen de ese omega rebelde. 

"Es demasiado vergonzoso como todos ustedes son iguales, unos malditos animales retrogradas instruidos por sus instintos carnales, pensando...oh espera, ni siquiera piensan, dejan que su pene piense por ustedes" Escupió con malicia "Suéltame o ...

"¿O que lindura?" Le reto aquel alfa idiota. 

"Oh tendrás una patada en tus bolas" Dijo con suficiencia pateando las partes viriles del alfa.

Guillermo se deshizo del agarre con un brusco movimiento y se marcho sonriendo con orgullo de si mismo.

"Maldito adefesio de mierda" el alfa se levanto del suelo donde se tiro anteriormente, y su séquito de idiotas lo siguieron hasta el mostrador donde se encararon con el omega que luchaba por mantener una imagen fuerte, pero en verdad iniciaba a temer, cinco alfas contra un omega fisiologicamente más pequeño que ellos.

Guillermo trago con fuerza al sentir el agarre de aquel alfa en su camisa acercando su rostro al suyo, viendo como este elevaba su puño para golpearlo, cerro los ojos y tensó su cuerpo intimidado.

"Suéltalo" Dijo una suave voz, tranquila y casi palpable rompiendo el silencio que dominaba ese momento.

"¿Y tu quien te cre.." sintió como era soltado de apoco y el ambiente se lleno de un miedo increíble que casi hizo chillar al omega rogando por ser escondido, los alfas tenían miedo.

Miedo de ese hombre.

El grupo de alfas prácticamente salió corriendo despavorido de la cafetería, Guillermo miraba impresionado al alfa frente a él, aquel hombre había logrado intimidar a todos esos sin siquiera mover un dedo, era de temer, pero sintiendo todo lo contrarió, Guillermo se sentía fascinado.

"¿Te encuentras bien" Pregunto el alfa acercándose al menor, con el rostro preocupado. 

"Mierda, lo estaba hablando, LO ESTABA HABLANDO!, tranquilo Guillermo, tranquilo, respira, tranquilo, respira, ME ESTA HABLANDO, MI DIOS!!" La cabeza de Guillermo era un completo desastre, sin poder formar alguna oración o palabra correcta.

Los De LuqueWhere stories live. Discover now