capítulo uno

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7 de diciembre 1952

Doncaster, Inglaterra

El tintineo de la campana sonó en esa cafetería cuando el chico de los orbes azules entraba por esa puerta, busco un lugar para sentarse y pedir un café con el frío y la lluvia que amenazaba con salir en las tristes y deprimentes calles de Doncaster en ese tiempo. 

"Maldita sea" Susurró este chico buscando un encendedor para poder prender un cigarrillo, estaba estresado, jodidamente estresado. Todo le estaba saliendo mal, el circo de fenómenos que manejaba se estaba yendo al fracaso, necesitaba despejarse y pensar que jodida mierda le atraía a la estúpida gente que le fascinaba  ver gente con deformidades y extravagancias para el placer de ellos. -Esto es una puta mierda- Pensó él. Al encontrar el encendedor lo prendió, inhalo todo el humo que llenaba sus pulmones, se sentía bien, al menos lo iba a ayudar desestresarse y pensar mejor las cosas .

exhaló.

Alguien lo interrumpió tocando su hombro, rodó los ojos mirando a una pequeña figura femenina que mantenía entre sus manos una bandeja con algunos pastelitos y dos cafés.
"Señor lamentablemente le tengo que decir que no puede fumar acá, por favor le pido que apague su cigarrillo." la niña sonrió falsamente, el oji-azul se río. 

"¿Crees que eso me importa a mi?" Fumó un poco más de su cigarrillo y le tiró todo el humo en el rostro a la empleada del lugar, haciendo que esta comenzara a toser. 

Hipócritamente se acercó a la bandeja de esta y apagó el cigarrillo tirándolo a la taza de café que estaba de pedido para un cliente.

"E-esto es una falta de respeto" lo señaló la mujer, derramando sin querer el café que había tirado el cigarro en el chico.

Que ingenua  

"Falta de respeto va a hacer que yo vaya con tu jefe y le diga que me has tirado una taza de café en mi abrigo solamente porque estaba fumando en este maldito lugar" negó rotundamente "No estoy para niñerias tuyas preciosa, así que tráeme un puto café y unas donas, no te demores tanto" La niña con los ojos vidriosos fue rápidamente a hacer lo que le pidió el castaño.

Sonrió, él sabía que era malo desquitarse con una empleada que solamente le estaba diciendo que no podía fumar en el lugar, pero vamos...Él estaba jodidamente cansado, le hacen faltas muchas mañas más para que se le pase.

Se miró su abrigo y busco un nuevo lugar para sentarse, este estaba todo empapado con café. Miro por todo el lugar y algo le llamó la atención.

En la esquina de una mesas estaba un chico totalmente solitario, su aspecto era una bufanda, con un suéter, su pelo era totalmente rizado.

¿Pero qué era lo que le llamaba la atención de este chico? 

El traía lentes 

Que estúpido traía lentes en pleno invierno, eran unos lentes oscuros, lentes de sol.

ridículo

 Le llamó mucho la atención, se sacó su abrigo y se lo colocó en sus hombros, tal que estaba mojado, dejó su camisa y se dirigió hacia allá. 

"Hola" Saludó sonriendo haciendo que unas arrugas se formaran en sus ojos. El chico de los lentes desvió la mirada de las ventanas, fijando su mirada en el oji-azul.

"Em, hola" dijo inseguro

"¿Me puedo sentar aquí?" Preguntó inocente, el chico lo pensó un poco, pero después de uno segundos asintió. 

Se sentó al frente de la mesa, lo miró fijamente, este estaba tomando una taza de chocolate caliente.

solamente chocolate caliente, sin ningún acompañamiento.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2017 ⏰

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Show of monsters with the green eyes-Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora