Tras levantarse de nuevo, Jaiden tenía un amargo sabor en la boca, más que en otros días, se había despertado la noche anterior tenso y por alguna razón, preocupado. Tras preparase para salir llevaba un dolor de cabeza, pensó que sería por lo que paso ayer, aquella demostración en la casa del profesor no le fue en absoluto agradable, siempre llevar un perfil bajo era algo que consideraba importante y alejarse de los problemas también, más como él ya había dicho, no podía culparla de haberle tendido la mano para aspirar a algo más.
Horas más tarde, tras haber desayunado y en pleno cumplimiento de sus labores, mientras regaba los matorrales llenos de flores que estaban en la parte posterior de la mansión, dándole cara a una arboleda bastante bella, plantada hacía muchas generaciones; Esa arboleda era artificial dentro de lo que cabe, los árboles plantados de tal manera que fueran un bello pasillo que daba paso a un pequeño fragmento de bosque que era parte de los terrenos de la mansión y en el fondo de ella una pequeña capilla de piedra caliza; Jaiden estaba hundido en sus pensamientos hasta que llego el señor Angus para hablar con él.
Como siempre un buen trabajo, pero intenta no ahogar a las pobres petunias -Dijo. Y en el momento Jaiden se percató del error y se detuvo, e inmediatamente hico una reverencia de disculpa– No te preocupes -Continuo– Hasta tú puedes distraerte, pero intenta que no se repita demasiado
Mis disculpas por andar despistado durante mis deberes, Señor Angus -Dijo tras dejar en su lugar la regadera y acercarse al Mayordomo-
No se preocupe Joven Marshall, cambiando de tema, hoy el regente tiene una auditoria y no estaré hoy ya que requerirá mi asistencia, así que de nuevo tendrás que tomar mi puesto como acompañante de la señorita para su tutoría. Mis disculpas por pedirte esto
En absoluto, será un placer acompañar a la señorita, no creo que haya inconvenientes –Respondió-
Subiendo al carruaje el escolta reconoció a Jaiden apenas lo vio, y le saludo mientras se aproximaba, tras inspeccionar los caballos y ver que todo estaba correcto esperó; Minutos después Alana estaba lista, y al revisar su reloj, y tal como pensaba, iban mínimo media hora antes y dio un suspiro ante esa descortesía.
Pese a que es algo temprano seguro llegamos al menos diez minutos antes -dijo Alana con Jaiden al lado abriéndole la puerta, ya que ella había notado que él se percató de la hora, dicho eso Jaiden asintió y termino de montarse-
Jaiden Marshall, ¿no?, ese es tu nombre según me dijeron -Dijo el escolta, un hombre de unos treinta y siete años cabello castaño opaco y de complexión fuerte, vestido con el uniforme gris de la guardia de la ciudad-
Pues no le informaron mal. ¿Señor? -Dijo de manera que respondiera con su nombre, sabiendo ya su nombre, deseaba saber el de él-
Arthur, Arthur Bergson. Debes de ser alguien en quien el Señor Termestris confía mucho, y siendo tan joven, eso es excelente -Dijo. Como a muchos, Jaiden llamaba la atención en ese aspecto, siendo con formal y serio al ser tan joven, era sin duda algo inusual-
Simplemente acato a las órdenes del Señor -Dijo. Y casi de manera brusca, pero consiguió decirlo amablemente pero queriendo cortar el curso a donde llevaba la conversación-
Al llegar algo se sentía distinto, el guardia no percibía, nada pero Alana y Jaiden sentían una energía desagradable viniendo de dentro del piso del profesor Corelio.
Escolta, prepare su arma -Dijo susurrándole– Creo que habrán problemas -Dijo mientas metía la mano en el saco y tiraba del percutor hacia atrás de la pistola que llevaba.-
Sí, algo no está bien -Dijo el guardia, preparando el arma, percatándose del mal augurio que daban los alrededores-
Jaiden bajo de la carrosa y le ordeno a Alana que se quedara dentro, y al escolta que se quedara con ella. Jaiden estaba tenso, sentía algo desagradable junto con la presión en el pecho; Pero lo que más le tenía alerta es que era tal el silencio que podía oír los clics del segundero del reloj con el cual chequeaba la hora.
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Jaiden Marshall y La Orden de la Ceniza.
FantasíaActualmente, en el año 537 de la segunda era En Arondil, ha sido una época de apogeo para la erudición de la magia, en la mayoría de las naciones, las grandes academias de magia se han convertido en el foco de la educación de alta clase, las nacione...