C A P Í T U L O U N O

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Narra _____:

Esa noche me quedé disfrutando de una buena lectura y una taza de chocolate caliente. La nieve caía sobre el cálido pero desolado de mi hogar, el frío me hacía sentir fresca, me sentía viva.

Esa noche tenía la televisión encendida pero no le daba tanta mucha importancia, hasta que oí mi nombre que se pronunciaba por una periodista.

—_____ Románova, la bella patinadora rusa que ha sobresalido más de una vez en las competencias como el Grand Prix —apareció mi foto en una de las competencias de hace varios años.

Por dios, en esa foto estaba hecha un asco. Debería verificar todas las fotos que me toman.

A sus 14 años ha comenzado con su carrera de patinadora artística, y hasta el momento, se ha retirado al cumplir sus 21 años. Pero ahora, con 26 años, hay rumores que la bella patinadora volverá a sus momentos de gloria —decía aquella reportera mientras yo abría exageradamente mi boca por la confusión y la conmoción—. Más bien, aquí tenemos su entrenador: Yakov Feltsman.

—¡Ese hijo de perra! —gruñí para mí misma. Él sabía que en este momento estaba en mi descanso y en mi carrera de fotografía, algo que mi madre habría estado orgullosa cuando estuvo viva. Fijé de nuevo mi vista a la pantalla.

—Claro, _____ volverá y le tengo un gran trabajo. Ya he hablado con ella y lo ha aceptado con entusiasmo. Próximamente la verán practicando. Con eso me retiro.

Además de feo, ¡mentiroso! Realmente odiaba que se metiera en mi vida, pero aún así era mi entrenador y a veces lo apreciaba.

Solo a veces.

Fijé mi vista a mi móvil pensando si debía llamar a Yakov, luego de unos segundos, llamé. Al tercer tono contestó:

—Diga.

—Soy yo, Yakov. ¿Por qué le dijiste eso a la prensa? —le reclamé con algo de recelo.

—Cierto, la cosa es esta... —hizo una gran pausa muy dramática—. ¡ROMÁNOVA TE NECESITO AQUÍ MAÑANA TEMPRANO!

Y me colgó, suspiré y lo pensé bien. Hacía bastante tiempo que no patinaba, solo lo hacía por diversión, no para competir. Además, Yuri Plisetsky le encantaría verme, hacía mucho que no nos veíamos.

Esa noche hice mis maletas y a la mañana siguiente ya estaba llegando con Yakov. Al llegar vi a Yakov con su ex-esposa Lilia Baranovskaya.

—¡_____ cuánto has cambiado! —exclamó Lilia con una mirada severa—. Espero que no haya cambiado tu físico. Porque sino, será entrenar puro físico.

—Sí, me ha ido muy bien, claro, gracias por preguntar —dije con sarcasmo y Lilia relajaba su aspecto y se acercaba a abrazarme—. ¿Qué haces aquí?

—He venido a ayudar a Yuri Plisetsky, necesita mejorar sus movimientos y ganarle a Katsuki Yuri —dijo mientras lanzaba una mirada a aquella figura sobre la pista.

—¡PLISETSKY! —grité mientras lo miraba patinar con sus delicados movimientos.

Él siquiera me miró y siguió con su entrenamiento.

—Tsk. Ruidosa —gruñó el pequeño rubio.

Abrí mi boca indignada.

—¡Grosero!

Entonces actué por instinto y me puso mi patines. Me deslicé por la pista y comenzaba a patinar. Comencé a copiar todos los movimientos que hacía y hasta hacía bien los que él fallaba. Al terminar la canción de Yuri, Ágape, salió de la pista y lo seguí rápidamente mientras gritaba su apellido.

[YOI] Cold Memories (Viktor Nikiforov y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora