Azul O Ámbar (Sakuraxsyaoran)

Despertar

Los pájaros entregaban su trinar, dulcemente ingresaron al oído de la princesa, envuelta en una sábana un poco sucia.
-¡Syaoran!- Despertó apresuradamente. Miró a todos lados sin poder encontrarlo- se fue- dijo mientras ponía sus manos en puño, apretando  la sábana, recordó el abrazo en que ambos se fundieron- no , va a volver, lo sé- se levantó de la cama, vio el gran desorden , se dirigió a la ventana.
La brisa de la mañana la llenó de ánimo, comenzó a ordenar " si sigo así , no seré capaz de mejorar  las cosas" pensó y se dibujó una sonrisa.
Acomodó el sofá, recogió los platos rotos ¿qué había pasado aquí? eso nadie lo sabía, sin embargo la gran capa de polvo era reflejo de que hace años nadie entraba ahí. La princesa se encontró con un ropero, en el cuál descubrió una considerable cantidad de vestidos y al lado algunos pantalones y uno que otro suéter. ¿Aquí vivía una pareja? Seguro que sí, lo más curioso fue encontrar un enterizo muy pequeño de bebé amarillo claro, pero solo uno en todo el ropero, en toda la casa.

-¡Iban a tener un bebé! - se sorprendió aquella castaña.

Mientras se preguntaba que era lo que había pasado hace no se sabe cuánto tiempo. Se oyó un pequeño ruido, automáticamente volteó y divisó otros cabellos castaños y alborotados, seguidos de esa fría mirada. No pudo evitar esbozar una sonrisa al saber que no la dejaría sola. Lamentablemente su momentánea alegría se desvanecía al recordar los hechos, esta vez tratando de ser más fuerte.
- Ordenaste todo...
-Pues sí, era lo poco que podía hacer- mencionó media cabizbaja- ¡Syaoran!¡Qué te paso!- gritó automáticamente con desesperación, mientas se acercaba a tocar su pecho.
-No es mía- alejó a la princesa- esta no es...mi sangre.
Los ojos de la princesa se expandieron, poco a poco se llenó de temor, retrocedió unos pasos.
-Tú...- las lágrimas no dejaron de brotar de sus ojos, mientras sus horrendas sospechas se hacían ciertas: había asesinado  a una o más personas.
-Te dije que recuperaría tus plumas... derribando a todo lo que se interponga en mi camino.  Ya no hay más en este mundo.
De manera inmediata depositó una de las plumas en el pecho de la princesa, que con un gran resplandor se introdujo en ella. A lo que esta quedó sumergida en un profundo sueño, otra vez fue cargada y puesta en la cama.
Aquel chico frío divisó la habitación, se percató del ropero abierto, se cambió de ropa, utilizando un pantalón negro y suéter azul hasta el cuello, del mismo diseño  que el que tenía ,  aquel  que se veía rasgado y ensangrentado, ahora inservible. Vio los vestidos y sacó uno, el mas pequeño que pudo encontrar para ella, era uno floreado, sí , tenía cerezos estampados, por suerte encontró unas valerinas a la medida de la chica. Decidió quedarse con sus botines , a pesar de que había otros zapatos, menos mal los suyos solo tenían barro.
Cambió el calzado de la chica dormida, se ruborizó levemente al ver el vestido floreado " mejor que se despierte en el próximo mundo" pensó, cargó su cuerpo y envuelto en luces azules con símbolos mágicos desapareció.