Capítulo 5
-Mar...
-María...-
Mi hombro comenzaba a doler por esa constante presión que había en él y que no sabía de dónde provenía.
Agg tan solo mírenla.
- ¿María, puedes comer un poco más despacio? Te vas atragantar.
Si ese constante golpeo en mi cuerpo continuaba estoy segura de que quedaran las marcas en el.
-María...
Maldita perra, mira ese cabello. ¿Cómo demonios hace para tenerlo tan brillante?
-María me estoy cansando-suspiró.
Oh no, ahí está.
No sonrías desgraciada, no sonrías. No te deseo el mal, pero ojala se te tuerzan tus perfectos y blancos dientes.
- ¡MARÍA!
Me sobresalte por el repentino grito desbocado y me gire hacía Catalina que se encontraba roja de la furia. Termine de tragar mi puré de zapallo mientras la miraba sorprendida. Catalina nunca, repito NUNCA levanta la voz. Pasó una mano por su rubio cabello y tomó una gran bocanada de aire. Sus ojos me miraban con reproche.
-Hace más de veinte minutos que estoy hablándote-dijo con los dientes entrecerrados. Debí ignorarla más de lo humanamente aceptable-Y TÚ no me prestas atención, te estas mandando bocado de comida tras bocado de comida como una muerta de hambre. ¿Quieres atragantarte? ¿Qué demonios te ocurre?-
Me pregunto dónde estás Amadeo cuando se te necesita.
—No has dejado de mirar a Briana desde que llegamos. ¿Qué ocurre?-volvió a preguntar clavando su feroz mirada en mí.
-Por favor deja de mirarme así, no quise ignorarte es que este puré esta delicioso-juró que sentí como fuego salía de sus ojos directo hacia a mi cabeza.
- ¿Qué ocurre?- fue una pregunta pero sonó como orden y lo era.
Suspire porque ya había callado por demasiado tiempo. Toda la mañana mi amiga estuvo preguntando sobre lo que pasó ayer y toda vez que el tema salió a la luz me hacía la tonta o hablaba sobre otra cosa. No porque no confiara en ella, es mi mejor amiga, solo porque estaba demasiado confundida, enojada y decepcionada. Las cosas no habían salido como yo lo esperaba y no quería que ella me mirara con su cara de "Te lo dije", ya tenía suficiente conmigo misma.
Pero es mi amiga, y tarde o temprano tendría que hablarlo con ella y aguantarme sus represalias. Me lo merecía por ingenua. ¿Acaso creí que un chico como Joseph estaría con una chica como yo? Claro que no, Maria.
Tonta, mírala. ¡Es Briana Alonzo! Tú no eres competencia para ella.
Pero tengo pecas y ojos verdes, Amadeo dice que soy kawaii.
Amadeo es gay imbécil, no cuenta.
Déjame estúpida.
No puedo dejarte soy tu conciencia, idiota.
Pues no me caes bien estúpida conciencia, vete. No quiero hablar más contigo.
Pues deberías hablar más seguido conmigo y dejar de hacer tantas idioteces.
¡Ja! No te creas demasiado poderosa, eres el súper yo, solo una parte del Ello. ¡ELLO manda perra!
¡Oh no lo dijiste!
ESTÁS LEYENDO
Dios te salve, María.
RomanceMaría esta perdidamente enamorada de Joseph. Tras la crisis existencial que experimenta ante la llegada de sus veinte años en los próximos dos meses, María decide que es hora de tomar al toro por las astas y declararle su amor a Joseph, pero no es t...