Latch.

Falsìta

Harry.
Apenas estuvimos dentro de la habitación lo bese apasionadamente, enredando nuestras lenguas en un profundo beso húmedo y lleno de éxtasis. El más bajo envolvió sus brazos alrededor de mi cuello sin romper el beso, mis manos se movían por sus muslos elevándolo del piso para llevarlo hasta la cama, soltando pequeños jadeos roncos por el contacto de su mano con mi polla.
–Harry, vamos, Harry –escuche salir de su boca junto algunos agudos gemidos que solo hacían que mi erección bajo los bóxer doliera escuchando sus chillantes suplicas.
Maldecí en voz baja unos minutos después de haber sacado toda mi ropa para tomar mis pantalones en busca de un preservativo, una vez en mis manos lo puse con agilidad para tomar con rapidez las caderas del menor, haciéndolo su trasero chocar contra mi miembro. Chupe su labio inferior con agilidad antes de alinear mi pene totalmente erecto contra su entrada, tan solo verlo de esa manera tan inocente y sonrojado me hacía tener un semi-orgasmo, esa era la mejor vista que tenía en años. 
–Maldición, Harry muévete más rápido. –él pequeño pidió, mientras intentaba enredar mejor sus piernas a mi cadera al ritmo de las penetraciones.
–Tan apretado…tan bueno, tan perfecto. –dije empujándolo profundamente en una de las estocadas al sentir que sus paredes se hacían cada vez más estrechas.
El sonido de mis bolas chocar una y otra vez contra su trasero era acompañado de sus gemidos agudos llenos de orgasmos, podía sentir su lechosa piel replegarse a la mía como si de necesidad se tratara, los jadeos roncos que a veces salían de mis labios eran acompañados por su semen manchando nuestros abdómenes, hasta que me corrí en su boca.
Después de eso salí de él sin ninguna dificultad, dejándolo tumbado en la cama para ir a tomar una ducha y ponerme la ropa limpia del maletín, tirando la vieja al cesto de basura. Una vez listo saque una fuerte cantidad de dinero de la cartera para dejarla frente aquel chico