"Eres muy hermosa" me dijo Vlad mientras nos acostabamos en las cobijas que estaban en medio del pasto.
"Porque sólo te veo aquí" susurre algo insegura.
"Cariño, porque lo quieras o no, yo vivo en ti" dijo acariciando mi mejilla.
"Y que va a pasar con Lucius, yo no quiero traicionarlo" dije muy triste. Esto era engañarlo de una forma u otra.
"No lo estas engañando y el no debe de enterarse si tu no se lo dices" susurro contra mis labios.
"Sabes que yo no soy asi" dije frustrada, acostándome separada de el.
"Dejemos eso a lado y ven acercate conmigo que no tenemos toda la eternidad" su mirada era triste.
Me acosté a su lado. Recargando mi cabeza en su pecho. Lo cierto era que antes no escuchaba su corazón y ahora si.
"Se lo que estas pensando, no te preocupes es normal" beso mi cabeza "No sabes cuanto tiempo esperé por esto, aunque tú lo eligieras a él"
"Diecisiete años son muchos" susurre.
"Y nunca deje de amarte" comenzó a dejar caricias por todo mi cabello.
"Ya deja de decir eso que me das miedo" le dije muy enojada "Sabes bien que ya no tenemos un futuro juntos, yo lo amo a el"
"Lo se, pero aun así quiero estar presente en tu vida y en la de mi hijo"
"Si querías estar presente entonces porque apareces hasta ahora" la dije con enfado.
"Por que tenía que dejarte ser feliz, mira ahora mismo te siento muy triste y confundida"
"Tu sólo vienes a inquietar mi vida" le dije a la vez que me alejaba un poco de el.
"Sabes que no pretendo hacer eso, quiero que seas feliz y aunque me sacrifique por ello lo seras"
"No se como puede existir tanta maldad y bondad en una persona" le dije y toque su rostro.
"Tu lograste cambiarme" se acerco poco a poco y me beso, me aleje inmediatamente de el "No vuelvas a hacer eso, el hecho de que este aquí contigo no cambia mis sentimientos por ti"
Sentí que caía a un pozo y todo se empezó a desvanecer.
Desperté en mi cama, Lucius estaba dormido a lado mío.
Después de ese sueño no podría volver a dormir. Todo era tan real que me daba miedo.
ESTÁS LEYENDO
Resplandor (El Regreso)
Vampire"Co.. como es que... tu" no salía nada coherente de mi boca. "Te lo dije una vez, la mortalidad tiene ciertos límites" sonrió a la vez que me beso.
