Lucius siguió recordando como fue su transformación pero no lograba recordar algo que fuese de ayuda.
Decidimos ir a visitar al Alfa Oleg, nos tomo más de dos días llegar, esta aldea estaba fuera de todo lo que conocía normal.
Las casas estaban construidas en los árboles, para subir tuvimos que tomar un raro canasto que subía y bajaba.
Ya una vez arriba, los hombres nos escoltaron a lo que seria la casa más fina y detallada de todas, estaba vigilada desde todos los rincones que la mirara.
Estaba tan concentrada en admirar todo que no noté cuando Oleg salió a nuestro encuentro, nuevamente me miro muy detenidamente, pero esta vez no había sentimientos ni nada en su mirada.
"Adelante" nos abrió la puerta que daba al interior de su casa, todo estaba acabado en madera. Era un pequeño Palacio entre los árboles.
Nos sentamos en un pequeño comedor de acero.
"Dime Lucius que te trae a verme" dijo Oleg con un tono muy autoritario.
"Hassiel" Lucius hablo directamente a lo que íbamos.
"Ella está muerta" dijo con firmeza Oleg.
Lucius negó con la cabeza y procedió a contarle todo lo que había estado soñando en los últimos días el Alfa no parecía estar sorprendido y rápidamente le pidió a su Luna que se retirará.
"No se como decirte esto de una forma u otra" su voz comenzó a temblar y toda seguridad en el se desvaneció "He estado soñando con Kyanya; se que es absurdo, pero la siento, este sentimiento sólo lo tuve cuando me convertí por primera vez y cuando estaba enamorado de ella"
Lucius trago saliva y negó "Sabes que eso no puede ser verdad, ella murió hace mucho" su tono amargo no paso desapercibido.
"Yo no diría lo mismo" el alfa bebió de vaso "Ambos estábamos en transe cuando vimos como Hassiel la mato, pero por favor Lucius, sabes cuánto la amaba, ¿Porque la mataría?" Oleg se veía muy seguro de sus palabras.
"Porque yo la deshonre recuérdalo"
"Ese no sería motivo suficiente para matar a tu hija o si? " El alfa miró a mi marido como queriendo encontrar más respuestas de las que nosotros teníamos.
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Resplandor (El Regreso)
Vampiro"Co.. como es que... tu" no salía nada coherente de mi boca. "Te lo dije una vez, la mortalidad tiene ciertos límites" sonrió a la vez que me beso.
