La lágrima de la luna ardiente

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Había una vez un valiente y amable mago de la región del viento. Este mientras estaba con vida, lucho en la orden del aire para derrotar a las criaturas del cielo.
Con el tiempo este grandioso mago tuvo un hijo con una bella campesina, el cual heredo una gran habilidad latente. Su padre y su madre sabían que si su hijo se volvía arrogante y no ayudaba a su región como ellos lo hacían, no podrían cambiar ese hecho mientras estuvieran muertos.
Así que el anciano mago antes de morir con su amada, encantó la luna para que castigara a su hijo si algún día el llegara a ser un desconsiderado con los demás.
Con el pasar de los años este joven mago creció... su abuela era quien lo criaba. Un día mientras él se lamentaba la muerte de sus padres en una de las colinas cercanas, a lo lejos escucho unos ruidos que parecían desesperantes. Corriendo llego al lugar de donde provenían los gritos, ahí estaban unas criaturas quemando los ranchos de palmas de los aldeanos.
Los aldeanos pedían ayuda deliberadamente... Aunque este joven mago lo único que hizo fue un conjuro de lluvia mientras se retiraba triste de aquel lugar.
Perdido en pensamientos pregunto a su abuela repetidas veces cuál era la razón de sentirse tan mal con sí mismo. Ella no hizo más que sonreír mientras le decía que todo pasa por razones desconocidas.
Por más que ella sabía el secreto decidió no contárselo ya que ese conjuro que había quedado en la luna era la clave para que él fuera una gran persona en el futuro.
En una oscura noche la abuela decidió comenzar con el plan ya que meses atrás los aldeanos como monjes se quejaban del comportamiento de su nieto. Mientras el dormía ella se marchó y se escondió por unos días a unas aldeas cercanas mientras en toda simuló y ordeno toda su casa como un asesinato, las paredes las lleno de sangre de lombriz con huellas llenas de sangre, la alfombra la lleno de tierra de botas con tacones de un hombre adulto.
Cuando el joven despertó y vio las paredes llenas de sangre lo primero que hiso fue buscar a su abuela por toda la casa, al no encontrarla se asusto mucho y salió a buscarla mientras corría descalzo por todas las calles. Al pasar las horas, logró encontrar un anillo igual al de su abuela, lo recogió y se fue a su casa. A un par de horas que oscureciera. Todas las personas del pueblo llegaron a querer ayudarlo pero les cerró la puerta de un solo golpe en sus narices.
Al pasar las semanas este joven acepto la muerte de su abuela aunque la duda de donde estuviera el cadáver comenzó a desaparecer, fue donde la mejor costurera del pueblo y con lo último que le quedaba de oro compró una túnica oscura igual a la de los Lords de las mazmorras.
Todo los pueblerinos comenzaron a tener miedo de lo que pudiera hacerles ya que la casa estaba muy tenebrosa como si nadie viviera dentro de ella. Las paredes estaban llenas de un musgo verdoso y los cuervos tenían nidos por todas partes. Mientras todo esto sucedía la luna comenzó a tornarse de un color rojo ardiente. Una noche el mago salió a caminar a las colinas en las que solía llorar, de repente antes de que llegara unos gritos comenzaron a expandirse por todas partes.
El mago desesperado corrió hacia la aldea más cerca y nada ocurría, el destello de la luna palpitaba y las estrellas se escondían. Con mucho miedo en su rostro salió más que corriendo del lugar hacia el pueblo.
Cuando llegó al pueblo vio que todas las personas estaban tranquilas, algunos en los bares otros tirados y embriagados en los callejones.
Pero lo que noto es que aquel espantoso llanto solo a él le afectaba, jalando de su largo cabello llego a su casa y se escondió tras el sótano. Este llanto desapareció luego que amaneciera, el joven mago asustado fue donde una bruja pidiendo que lo ayudara. Ella mientras sacaba su bola de cristal, le dijo que algo estaba ocurriendo y que alguien estaba detrás de todo ese alboroto, aunque esto era lo único que le podía revelar ya que lo demás no se podía averiguar tan fácil.
El mago cerro sus ojos con paciencia mientras le preguntaba si su abuela estaba aún con vida. La bola de cristal comenzó a brillar y dentro de ella se veía que su abuela no aparecía en ningún lugar aunque la bruja añadió, la esfera no nos muestra nada y esto se debe porque alguien está interfiriendo, es decir es posible que siga con vida y alguien la tenga secuestrada.
El mago se levantó exaltado, antes de irse le pago a la bruja con unas frambuesas espinosas.
La choza de la bruja estaba muy lejos del pueblo en donde vivía, así que cuando llego estaba atardeciendo.
Mientras tanto su abuela... pensaba que ya era suficiente, así que desde esa lejana aldea en la que se encontraba comenzó a caminar para volver con su nieto.
El joven mago cuando llego justamente a la aldea, sus ojos esta van llenos de odio. Todos los pueblerinos celebraban la llegada del eclipse lunar... la noche los acompañaba.
De repente todos se percataron del mago que yacía entre medio de todos, un silencio incomodo brotaba en cada mirada.
El mago de repentinamente comenzó a lanzar llamas de fuego por todas las chozas de los aldeanos, todos estaban desesperados, uno que otros aprendices de la magia, contratacaron los poderosos hechizos del mago. Pero el mago tenía un poderoso y gigantesco poder oscuro. La luna se intensifico y se tornó aún más roja de lo que los eclipses solían ser. La mayoría de los aldeanos estaban petrificados por los hechizos del mago y aun así este no se detenía de destruir.
Ahora ya no solo eran llantos, parecía que tenía una colonia de escarabajos egipcios en su cabeza. Ya no había nadie que lo desafiara todos estaban petrificados en el suelo.
De repente la luna comenzó a actuar, el mago no soportaba la presión. Aparte los gritos le ponían los pelos de punta y el zumbido de las patitas por la cabeza era insoportable.
Desesperado comenzó a correr como un loco, la abuela de lejos noto el incendio del pueblo. Así que se apresuró aún más en llegar. Justamente antes de llegar paso por una pequeña aldea justo atrás de una colina, ahí estaba su nieto tirado en el suelo a causa de la tortura del hechizo lunar.
De repente antes de estar a unos pies frente de él. Unos lobos come hombre salieron del bosque. Como ella pudo se defendió con un bastón que siempre llevaba. El mago se desmayó, cuando despertó inconscientemente se levantó como pudo. A unos metros frente el vio a su abuela ensangrentada la cual le pedía que se acercaba mientras agonizaba. El mago con lágrimas en sus ojos se acercó, cuando llego frente ella acaricio la mejilla de su abuela.
Tartamudeando ella le conto el encantamiento de sus padres, y como debía desvanecerlo.
El pasó sus últimos momentos con ella, cuando la muerte se llevó su espíritu el tomo el cuerpo y lo cargo hasta su casa, mientras se dirigía desvaneció el conjuro que había petrificado a todos los aldeanos y con resplandeciente hechizo apago el incendio que había causado. Todos asustados vieron que él llevaba a su abuela en los brazos, con un solo pésame se retiraron y ordenaron el lugar destrozado. Al llegar a la puerta de su casa todos vieron como el mago derramo una lagrima aunque mágicamente, de la luna broto una gigantesca lágrima.
Las lágrimas cayeron al mismo momento al suelo... y con un fulgor todo el cielo se ilumino, y con un rayo de luz tomo el cuerpo sin vida de aquella honorable abuela en instantes se presenció como movía su cuerpo con vida. Todos estaban sorprendidos... El mago estaba muy feliz de un grito celebraron la vida de la anciana.

El mago había aprendido la lección, después de esa inolvidable noche el mago fue muy bueno con los pueblerinos. Ayudo a derrotar a muchas criaturas que aterrorizaban a las regiones y así la luna como sus padres... estaban felices de se había vuelto un mago de bien... aunque ahora algunas personas cuentas que ese mago sigue con vida y es un miembro de la legión de fuego la cual es de Flaraoxi.

LOS CUENTOS DE FLARAOXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora