I

5.3K 194 79
                                    

Echa una furia, así entraba ___ a la casa de Shawn Mendes. Ella era su estilista y diariamente se llamaban para concretar el vestuario que ella le enviaría con su ayudante, pero esta vez ella misma se presentó allí.

-¿Qué es esto? -preguntó en cuanto Shawn abrió la puerta, mostrando un papel- ¡Eres un desgraciado! ¡Imbécil! ¡Gilipollas!

-No insultes -dijo serio, tanto que ___ se calló -pasa.

-¡Está claro que voy a pasar! -Entró dándole un empujón y pisó al fin el piso de tarima flotante -No pienso vestirte nunca más ¿me oyes?

-No me hables así ___ -pidió a la vez que caminaba tranquilo por el pasillo, hasta llegar a una mesa con varias galletas - ¿quieres una? -ofreció.

-Te la metes por donde te quepa.

-¿Que pone en el papel? No recuerdo haber puesto nada que no corresponda a la realidad.

Ella, echando fuego por los ojos, los entrecerró y extendió la mano para entregarle el papel. Shawn empezó a leer.

-“___ la próxima vez que le des ropa a tu ayudante, por favor, antes revisa que sea de mi talla. Si no sabes hacer tu trabajo, búscate otro que se ciña a tus facultades. El siguiente error no te lo perdonaré, por ser la tercera y espero que última vez que te pasa haré la vista gorda y no te diré nada.”-terminó de leer-¿he dicho algo que no sea correcto? Porque creo que todo está bien.

- Tu talla es la mediana ¿verdad? Y... ¿que talla tenían los pantalones? La mediana, ¿cierto? Si tu has engordado no es mi culpa ¡Estás echando tripa!

- Yo no he engordado -soltó contundente.

- ¿Ah no? Pues como he perdido facultades, ¡que te vista quien yo sé! Desagradecido, te odio. Y encima dices que no es la primera vez que me pasa. ¿Por qué no me has echado ante? ¿Te gusto quizá? Porque lo he llegado a pensar, tal estupidez la podrías haber escrito para verme...

Shawn comenzó a reír divertido, aunque en el fondo, él sabía que detrás de todo aquel mal genio se escondía una sorpresa que  algún día pensaba descubrir.

- Oh, si. Claro que me gustas-dijo amable y acercándose a ella.- pero solo cuando tienes el pico cerrado. Te ves jodidamente sexy cuando no hablas y solo miras.

- Eres patético.

- ¿Realmente crees que me puedes gustar? -sonreía- tus tetas son...- puso los ojos en blancos- maravillosas, pero lo demás lo desecharía - se produjo un incómodo silencio entre ambos- En realidad... no. Eres aceptable para pasar por mi cama. Pero no lo harás, demasiado carácter.

- Joder, eres asqueroso.

- El problema se va a volver personal como sigas insultándome.

- Asqueroso, cínico, hipócrita, necio, ¿sigo?

- Estas jugando con fuego...- se dió la vuelta y caminó hasta el equipo de música, saco un cd y lo puso.- ¿has acabado ya de ladrar, perrito?- río.

- No creas que todos somos perritos nene, que tú chica sea una perra, no quiere decir que todo el mundo lo sea.

El volteó y la miro más que enfadado.

- No es mi chica. La uso para echar un polvo de vez en cuando. No podría estar con una mujer sin cerebro ni inteligencia. Alice es... ¿como decirlo? Como una muñeca inflable. Me sirvo y después la guardo debajo de la cama.

- Prepotente.

- Sigue nena, me estás calentando.

- ¿Y encima te ríes? No volveré a trabajar contigo si sigues con esa actitud.

- Aaron se va a poner muy triste si no vuelves.

___ ya estaba cansada de pelear con el. En menos de un mes habían peleado más de cuatro veces y todas superaban los 100 decibelios.

- Shawn, ya, por favor para.

Se giró de nuevo para mirarla y pareció aceptar la petición de ___.

- Okay ya, paremos los dos. Yo retiro lo dicho en el papel y tú retiras eso de que he engordado.

- Pero si has engordado...

- ___...

- Okay, bien, lo retiro. No podemos estar peleando diariamente.

- Tu tiene la culpa. Desde que te fuiste a no se donde nos falta comunicación. Esto no pasaba en NY.

- Ósea, el problema está, en que... ¿Me echas de menos?

- ¿Ah? ¡Yo no dije eso! No inventes tonterías. Lo que dije es que no hablamos apenas. Y malinterpretamos lo poco que decimos.

- Eres bastante estúpido, reconocelo.

- Puede que un poco, lo suficiente para sacarte de quicio... Ya nena, no más peleas.

- ¿Nena? A mi no me trates como a la niñera esa eh.

- No te estoy tratando como a nadie. Y menos como a esa. Además, no me juzgues, solo estoy buscando satisfacción sexual hasta que encuentre a la mujer que me lo haga todas las noches. No sexo por sexo, sino por el placer de estar conmigo. Y no quiere decir que yo me enamore, sino ella de mi.

___ miró hacia el suelo sin saber qué decir. La había dejado impactada al decir eso.

- Eso está mal.

- ¿Por que?

- Porque la muñeca puede estar enamorada de ti realmente.

- ¿Crees que me importa?- río.

- No deberías tratar así a las mujeres.

- A tí no te trataría así- le apartó el pelo de la cara y se lo colocó detrás de la oreja- así que no generalices.

- Y... ¿a mi por qué me tratarías diferente?

- Porque tienes cerebro.

- No creo que sea la única mujer que tenga cerebro.

- Es cierto, pero sí la única mujer con cerebro que conozco. No podría manejarte a mi antojo, mi plan no funcionaría contigo, simplemente es eso. Eres guapa e inteligente.- acarició su barbilla- quién sabe, tal vez algún día tengamos un affair.

- No te comprendo.

- No tienes por qué hacerlo, todo es cuestión de físico. Tu físico me gusta... eres explosiva a tu manera. Solo que vas demasiado tapada. A ver, déjame- le bajó la cremallera de la chaqueta y descubrió un gran escote- Mejor. Aún así no te veo calificada para un revolcón. No eres el tipo de mujer... eres demasiado reservada y cohibida.

- No me conoces de nada, únicamente de las giras, ni siquiera has tenido el atrevimiento de tomarte un café conmigo y tomar tiempo de conocerme.

- Si quieres que nos conozcamos, allá vamos. Yo siempre estoy dispuesto si la chica es de mi gusto. Repito que tú físico puede ser bastante imponente, te sobra carácter pero de falta carisma.

- Quieres decir que te van las mujeres con carácter, carisma y tetonas.

- No, tetonas no, con lo justo a ver... Déjame- acercó su mano a uno de sus pechos pero ella se apartó.

- Estas siendo un poco lanzado, ¿no crees? El que juega con fuego termina quemándose.

- Juguemos con fuego.

Ella sonrió, aquello comenzaba a tomar caminos más alejados de lo que pensaba.

Por el placer de estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora