02

62 7 3
                                    

Corleone, Sicilia, Italia, 2006

Pasaron tres días desde que por culpa de Marko, papá nos había descubierto espiando, mamá se puso mal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron tres días desde que por culpa de Marko, papá nos había descubierto espiando, mamá se puso mal... no el sentido de mal, si no que el parto se le adelantó una semana y nuestra nueva hermana estaba por nacer.

Mi hermano, mis primos y yo estábamos que moríamos de felicidad, aunque ver a mi mamá con tales dolores me hizo dudar sobre la posibilidad de ser madre y no sé si estaba dispuesta a soportar tal.

Digo... los bebés son hermosos pero... ¿Dejar que te partan a la mitad solo para salir?

No, ni de loca.

Los quejidos y uno que otro grito que dejaban helada la sangre se escuchaban en toda la casa.
Joder que se escuchaban, si la casa no estuviera en medio del campo, podría jurar que la gente creería que estaban asesinando a alguien.

Salí de mi habitación y corrí a la de mi hermano.

—¿Qué le pasa a mamá? Solo está teniendo un bebé, tampoco es para tanto, ¿O si?

—Claro que es para tanto idiota, imagínate pasar un ser humano por la vagina.

—¡Que asco Anna! Eso es demasiada información, guárdate tus asquerosidades para ti misma.

—Tú preguntaste, y no son asquerosidades, se le llama "milagro de la vida"— acentúe lo último marcando comillas en el aire.

—Como sea, no pensé que fuera tan difícil, parece que la están torturando.

—Lo sé, pobre.— dije suspirando.

—¿Vamos a practicar tiro?

—No, los disparos asustarían a mamá.

—Estoy aburrido Anna, ya no sé que hacer.

—¿Y si practicamos algo de artes marciales?— dije arqueando las cejas.

—Solo no vuelvas a romperme la nariz, de verdad que duele mucho.

—Eres una princesa, juro y prometo no romperle su bella y delicada nariz su alteza.

—Cállate.

—Cállate tú princesa.

—¡Anna! Compórtate como alguien de quince.

—Y tú compórtate igual, haces pucheros peores que los que hacía Sofía cuando tenía tres años. 

—Sofía es... ¡No hago pucheros!— gritó molesto y se cruzó de brazos.

Tendencia Mafiosa #FAW2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora