1. Orden

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Perfección. Bien, ¿desde cuando ha sido tan difícil definirla? La perfección podría tener nombre, olor, color, dirección y, ¿por qué no? Horario. Eso sólo si somos lo bastante humildes y románticos para pensar en alguien de este modo. Sin embargo, es mucho más complejo. Para muchos los defectos no pueden estar relacionados con perfección; curioso, porque las personas estamos llenos de ellos. ¿Quién no sueña con tener la vida perfecta? Irónico, cómo podemos pedir una vida perfecta si estamos llenos de defectos. El único consuelo que tenemos es que debemos ser agradecidos, porque hay personas con peores problemas a los que podríamos tener nosotros.

Kim MinSeok, cómo podria definir ésta persona el estado en que se encuentra su aburrida vida. Afortunado tal vez, siendo uno de los más brillantes estudiantes de medicina en su generación, careciente de algún antecedente penal o algo que pudieda avergonzar a su abuela (Quien no se cansa de inculcar hasta a sus gatos estas anticuadas y conservadoras costumbres). Hasta ahora a sus veinte años, sigue siendo lo bastante miedoso como para ingerir una gota de alcohol o para si quiera cruzar la calle cuando el semáforo peatonal indica detenerse y ningún auto está pasando por ahí. Esta persona esperaría hasta que el semáforo indique que puede seguir caminando, porque eso es lo correcto. ¿Qué pasaría si MinSeok se atreviera a alterar el orden? No quiere descubrirlo, todo debe estar rigurosamente calculado y organizado. Todo lo que no se pueda controlar, está descartado. MinSeok ama poder tener todo bajo control, es por eso que es siempre tan monótono.

Las puertas de la facultad se abren y por el silencioso pasillo sólo resuenan los impecables zapatos de un chico con rostro infantil lo bastante serio como para atreverse a vestir esa horrible camisa de cuadros verdes con líneas rojas y unos pantalones perfectamente lisos, pero oh, son de un horrible color café. MinSeok intenta ser discreto, no le gusta sentir las miradas encima. Aunque, este joven no se ha planteado nunca si su rutina le ha ayudado alguna vez a experimentar verdadera diversión, la diversión que cualquier joven de veinte años cree merecer. Así que ¿Por qué se plantearía a si mismo que su ropa avergüenza y atrae las miradas incluso de aquellos a quienes asquea la moda?

Va a paso decidido a través de la facultad de Ciencias, a punto de llegar a su clase de cardiología. Oh no, detente ahí Minseok, ¿tus ojos te están mintiendo? El de baja estatura limpia sus anteojos con esa tela que lleva doblada en cuatro partes en el bolsillo de su camisa, no tres, ni cinco, siempre cuatro. Al volver a poner esos enormes lentes frente a sus pupilas podría sentir que está volando, pero no. Este chico de pronto razona en que físicamente es imposible para una persona impulsarse hacia arriba y flotar, a menos que haya alcanzado una impresionante espiritualidad y el meditar... No, no, basta. Los pensamientos de MinSeok no deben vagar de ese modo. Se riñe a si mismo y mientras dobla su tela cuatro veces de manera profesional, se pregunta "¿Qué demonios hace Kim JongDae frente a la puerta de mi clase?" No puede estarlo esperando a él, porque aunque MinSeok lo observa cuidadosamente cada vez que lo ve pasar por la Universidad parloteando con sus amigos, ese chico de risa escandalosa nunca lo ha notado. Sip, seguramente espera a alguna chica con la quiere salir. Este JongDae es un busca problemas persiguiendo a las mujeres más difíciles e inalcanzables, por eso mismo está ahí parado, buscando una cita con alguna chica seria e inteligente de la generación estrella de medicina.

MinSeok se aprieta el pecho, sintiendo su pulso bastante acelerado sólo porque se imaginó a si mismo caminando hacia JongDae, sonriendole y diciendo: "Hola". De manera tan casual que el chico de pronto se interesaría en tener una cita con nuestro estudiante estella.

Joder, ¿Por qué dejo que mi propia mente juegue así conmigo? Inhala y exhala un par de veces esperando no tropezar mientras camina hacia la puerta debido a la serie de pensamientos incorrectos y poco probables que acaba de tener.

Está demasiado a tiempo, aún faltan unos quince minutos para que ese grupo salga y JongDae se vaya persiguiendo a su chica imposible. Tan sólo tiene el valor para acercarse y ver su atractivo rostro un poco más, antes de que impuntualidad lo atormente y se decida a ser el primero en ponerse frente a la puerta para entrar a su clase una vez que el salón esté desocupado.

Tardó demasiado en tomar valor y caminar hacia ahí o sus piernas dejaron de funcionar durante diez minutos, quién sabe. La puerta se abre y JongDae sonríe, provocando en MinSeok una sensación tan calida que se olvida de un pequeño detalle. JongDae está demasiado cerca, el grupo está saliendo y su amor imposible está listo para perseguir a esa chica atractiva. Vuelve a la realidad atormentado por sus compañeros que entran al salón y no le han permitido ser el primero, incluso Park Chanyeol está ahí. Lo último que mira antes de entrar, es la espalda del atractivo chico alejándose de él, otra vez, como ha sucedido desde que tenía dieciocho años.

Tomando asiento junto a Chanyeol, dejando ir un largo suspiro mientras pone su libreta sobre la mesa, plumas de diferentes colores alineadas de mayor a menor utilidad junto a la abertura de las páginas. Park Chanyeol nota lo pesado de esa exhalación y le mira, esperando que MinSeok comience a hablar.

¿Crees que necesite otro corte de cabello? Sip, aquí va.
Pienso que el mío está bien porque es fácil de peinar pero a JongDae... MinSeok detiene su charla porque es vergonzoso decir en voz alta que a JongDae no le interesa verlo con otro corte de cabello porque sigue siendo feo y un corte no puede cambiar su cara, quizás sí el de un bisturí. Se estremece ante esa idea y Chanyeol rueda los ojos.
Necesitas dejar de preocuparte por lo que él piense, preocupate por lo que tú mismo piensas de ti y mejora por ti. O mejor aún, hablale y pregúntale algo, qué le gusta comer o no sé. Se lo preparas y boom, tienes su corazón. El joven Park no puede evitar sonreír cuando MinSeok mira sus propias manos horrorizado con sólo mencionar el "Hablarle a JongDae". Con un movimiento de su mano el de baja estatura le restó importancia a la plática ahora que el profesor ha entrado con los resultados de sus exámenes.
Busca un asesor de amor, como esos asesores de moda en los programas de televisión. Bromea Chanyeol a su mejor amigo en un susurro antes de mirar al frente, pero no es la primera vez que nuestro rutinario joven Kim se lo plantea, sin embargo, ésta vez es diferente porque saliendo de la boca de Park, sabe que al menos no es el único al que se le ocurre esa idea, pero no le consuela tanto porque la idea no proviene exactamente del más cuerdo que conoce.

Save me. SeXiu XiuHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora