Save me. SeXiu XiuHun

11. Agua

— Te llevaré a casa.... —. Sehun murmuró mientras trataba de encontrarse con la mirada del mayor, sin embargo no obtuvo una respuesta visual. Tan sólo un pequeño asentimiento y un suspiro de resignación. El más joven tomó su celular y envió un mensaje rápido a KyungSoo pidiéndole que subiera. El aludido, poseedor de un extraño y escalofriante sexto sentido, subió en un parpadeo y golpeó la puerta.
— Es tu propia casa —. Sehun pudo haber reído en otras circunstancias al ver al de mirada oscura poner sus ojos en blanco cuando le abrió la puerta, pero la expresión de ambos reflejó preocupación, a pesar de que KyungSoo no era testigo de las circunstancias.
— MinSeok... ¿Te sientes mal? —. El aludido intentó darle una pequeña sonrisa y simplemente negó, no muy seguro de hablar.
— ¿Dónde está JongDae? Hyung, ayúdame a sacar a MinSeok de aquí, muchas preguntas que no quiero contestar —. El alto intentó no sonar irritado al mencionar ese nombre, pero no funcionó. KyungSoo se percató de eso pero no comentó nada al respecto. Se limitó a responder su pregunta, cosa que el otro par agradeció internamente.
— Dijo que tenía que... Espera. Ya, no le presté atención, pero salió y creo que mencionó volver más tarde —.
—De acuerdo... Hyung, vamos —. Sehun esperó a que se levantara y tomó su mano, lo prefirió así, sería bastante extraño si todos veían la manera tan protectora en la que lo envolvía si decidiera abrazarlo. Siguieron a KyungSoo, escabullendose por la escalera hacia la puerta del garage. El resto de los chicos estaba bastante distraído viendo como JongIn era capaz de tocar la nariz con su lengua y haciendo apuestas estúpidas.
Cuando el par de afligidos chicos pudieron salir, MinSeok giró su cabeza para darle las gracias a KyungSoo, quien negó ligeramente y les deseó buen regreso a casa.
El camino fue demasiado silencioso, por primera vez, un silencio incómodo cargado de angustia por parte de Sehun y sentimientos encontrados por parte de MinSeok, quien frotaba sus manos de manera nerviosa.
Sehun se detuvo lentamente frente a las vivienda del mayor, sin saber qué decir.
— Yo...
— Gracias Sehun, por... absolutamente todo. Has hecho mucho más de lo que te pedí y no tienes por qué —. El menor había sido interrumpido, por el triste murmullo de MinSeok, quien no podía mirarlo a los ojos.
— Hyung... ¿Qué dices? Somos amigos —.
— La peor amistad que pudiste elegir, sólo estoy causando problemas. Y... Por favor, no le digas nada a JongDae —.
— ¿Cómo me pides que no le diga nada? ¿Crees que voy a dejar pasar algo tan grave?— Sehun estuvo a punto de alzar la voz, cuando vió la temblorosa mano del chico con anteojos, tomar su antebrazo.
— No tengo quince años, fui ingenuo, pero no es necesario que alguien más enfrente mis errores —.
— Aún así...
— Te lo ruego... Fue mi culpa. Y, si le recriminas algo, me sentiré más humillado a los ojos de JongDae —. El silencio fue largo, pesado e insoportable, un detonante para que MinSeok saliera... Más bien, huyera de ese auto, buscando refugio en su hogar. Sehun suspiró con frustración y se recargó en el respaldo del asiento, quedándose ahí por varios minutos, aún sin tener la esperanza de que MinSeok volviera.
"Duerme bien, Hyung. No faltes a clases, quiero verte ahí". Fue el mensaje que recibió el mayor y leyó en la mañana, luego de pasar toda la noche sin poder dormir ni un poco. Pero eso no lo abstenía de sus deberes; se levantó, tomó una ducha y se vistió para tomar el almuerzo antes de que su abuela sospechara que algo había sucedido, aunque ese chico torpe no podía notar que su abuela lo sabía, conocía cada expresión en MinSeok, pero su muchacho podría arreglarselas, estaba segura de eso.
— Ya me voy, abuela. Volveré pronto, no le abras la puerta a Chanyeol —.
— Ni loca. Come bien en la escuela, ¡estás muy flacucho! —.
MinSeok se miró a si mismo y se aseguró a si mismo de que no era cierto y que esa no era la razón por la cual... JongDae se decepcionó.
Su recorrido habitual, la hora habitual, sus relucientes zapatos y esta vez, su lindo uniforme blanco impecable.
— Hola, hola —. Chanyeol se dejó caer en el pequeño pupitre sin poder estirar sus piernas y su mejor amigo carraspeó para responder con normalidad sin sonar muy nervioso.
— Buenos días —.
— ¿Buenos días? ¿Ya te hicieron el profesor o qué? — Lo codeó y luego se detuvo, fingiendo estar asustado porque "Oh no, arrugaré nuestros uniformes".
— El tuyo se arrugará de la espalda si no te sientas bien—.
— No me juzgues... — Chanyeol hizo una mueca extraña fingiendo indignación, pero de inmediato recobró su expresión normal, cambiando de tema. — Que noche la de anoche, ¿eh? Pero, desapareciste tan rápido, Baek no me dejó llamarte porque dijo que arruinaría el momento. ¿A qué se refería? —.
— Ah... Jajá, ese Baek... Eh, no sé. Estaba uhm, bromeando supongo. Es que, me sentí algo enfermo, tú sabes que es peligroso estar bajo demasiada presión y he estado demasiado presionado, creí que era mejor si me iba a casa para no interrumpir. Ustedes chicos, estaban pasándola en grande, sí, sí. Sólo, bastó que durmiera y... —.Chanyeol entrecerró sus ojos y alzó una mano, indicando que se detuviera.
— Te morirías de hambre como actor.  Ya, suéltalo. ¿Qué pasa? —.
— ¿Eh? Te estoy diciendo la verdad... —. MinSeok le miró como un cachorro temeroso y Yeol suspiró, sin poder ser demasiado severo cuando su mejor amigo tenía esa expresión.
— No te vas a salvar MinSeok, me lo vas a decir, más temprano que tarde —.
Las clases transcurrieron con normalidad, a excepción de simpático chino quien brillaba por su ausencia. Esperaban verlo entrar después de Junmyeon, quien llegó cinco minutos antes de comenzar, con un aspecto enfermo.  Al verlo llegar solo, el par que ya estaba en sus butacas se miró entre si y guardaron silencio.
MinSeok despejó su mente, tratando de memorizar cada palabra del increíble libro que el profesor de endocrinología les había entregado a cada uno.