Corazones Encubiertos •{ηαтнαηιëℓ}• ||•мιяα¢υℓσυѕ•||

Capitulo 3

-Ay, no debimos elegir un pelicula romántica!- yo queria acción o terror pero ustedes lo pidieron.

-Como la chica era tan estúpida de no darse cuenta que Michael la amaba?- si que mi mamá sintió empatia por la pelicula.

Por desgracia, después de todo el paseo, no pude volverlo a ver... talvez son ese tipo de personas que conoces un dia y ya no las vuelves a ver.

-Que calor hace...- vi a mi mamá colocándose su sombrero.

-Es normal, estamos entrando a verano... ________.

-Dime, tia.

-No te gustaría comprar un helado? Hay una vendedor en el parque.

-Ah supongo...- la verdad no tenia tanto calor, pero bueno, comida gratis.

-Ten 8 euros.- de su bolso sacó dichas monedas.

-Ok, ahora vuelvo.

El parque... el parque... helados... helados...

Al instante de llegar al parque se respiraba la pacifibidad del lugar... es un buen lugar por si quieres tranquilidad o un ataque de creatividad. Me dirigí al puesto de helados.

-Buenas tardes, me da un helado de chocolate porfavor.- fue le primer sabor que se me ocurrió.

-Claro, un momento por favor.- manos a la obra.

No hay muchas personas... y eso es lo que me encanta en los parques... 

-Buenas tardes, señor, me puede dar un helado de menta porfavor?

-Claro, pero después de la jovencita.

-Detrás mio.- dije amigablemente.

-Claro, castaña. 

........

-Chat noi- repentinamente me tapó la boca y me guió a lado de un árbol.

-Fui demasiado evidente verdad?- se dio el facepalm más doloroso que pude escuchar.

-Am... yo diria que tengo un poder de deducción infalible.- pudiste haberme dicho así otro día, con mi memoria ni me hubiera acordado.

-Por favor no se lo cuentes a nadie!- me siento muy cruel por tenerlo casi arrodillado.

-Tranquilo, no te preocupes, no es mi estilo airear secretos, puedes confiar en mi.- y más porque me se va olvidar.

-Creo que no iniciamos bien... mi nombre es Adrien...

-_______, un placer.- tomé la mano que me estiraba.

-El placer es todo mio.- al menos a él si le sale hablar educadamente.

-Muchachos, sus helados.- el señor nos dio a cada uno nuestro respectivo helado.

-Nos volveremos a encontrar, Rubio.

-Ni lo dudes, Castaña...