Ukbar: Vatho.

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- La Matrix está entrando en estado de alerta crítico, fase 8, pronto caerá la subrealidad por el virus. Quedan nueve minutos, veintitrés segundos y contando, para la caída total. Señorita Lilith, si Vatho no despierta antes de la caída su conciencia quedara atrapada en el plano Gris Intrínseco.
- Gog, inserta un nexo de escape en el punto más cercano y envíame las coordenadas, voy a entrar.
- Señorita Lilith, antes debo confirmar que conoce el riesgo de no llegar al nexo de escape.
- Lo conozco, quedare en el Gris Intrinseco también.
- Queda confirmado. Por las características de esta subrealidad su usuario será el A1. Las armas quedan a sus disposición, el mapeado esta en formato instinto y las coordenadas del nexo quedan indicadas bajo el signo de un triángulo verde, en una puerta. La conexión sináptica es total. Señorita Lilith, el dolor será real, tenga cuidado.
- Estoy lista, Gog, envíame.
- Conexión sináptica en cuatro, tres, dos..

La oscuridad y el silencio repentino abrazo todo. La sensación de estar en la profundidad de un mar negro y frío fue la descripción hecha por el primer humano en entrar a una subrealidad, ese mar empezaba poco a poco llenarse de minúsculos puntos de luz, como si los píxeles de una televisión encendieran en pequeños grupos dispersos. Como si el cosmos naciera estrella a estrella. Lilith empezaba a escuchar un sonido que llegaba en ecos, explosiones, disparos, gritos a kilómetros de distancia. Los puntos de luz se acumulaban con más rapidez, los píxeles verdes se unían para formar la hoja de un árbol, los azules y blancos un fragmento de cielo. Como un rompecabezas de partes diminutas, se unían las piezas separadas de un todo que sólo tenia una lógica al ser completado. Esos seis días de la creación duraban precisamente eso, seis días, o al menos eso parecía. El tiempo dentro de una subrealidad se distorsionaba, dentro del Gris Intrínseco, de aquel mar negro y píxeles, unos segundos se sentían eternos. La creación de aquel mundo virtual era procesada por el medio cerebro de cyborg de Lilith de una manera prodigiosa, pero a pesar de ello, el tiempo; como todo lo que se piensa que es lógico, medible y objetivo, pasaba a ser una sensación puramente subjetiva. Era como decir que el resultado de la suma de dos más dos dependía del estado de ánimo de quien haga tal operación. El tiempo y el espacio siempre habían tenido esa extraña verdad no aceptada, pero ,ya dentro de la subrealidad, aquello de que dos más dos es igual a un suicida, era lo que contaba ante todo para salir de ella. Entender la locura era el arma para vencerla, un código a descifrar, una sinfonía de instrumentos rotos que arreglar y afinar.

El problema principal al entrar a una subrealidad es que nadie conoce sus características totales antes de ingresar. Se puede conocer el nivel de peligrosidad según el momento, se tiene un mapa parcial de donde esta el usuario, pero no se conoce la cultura, el tipo de tecnología, ni el idioma, ni siquiera si son seres humanos u otro tipo de ser vivo el que lo habita. Ello acarreaba problemas que pudieran ser simples, pero de no resolverlos a tiempo significaban la muerte, y cuando mueres en una subrealidad mueres en la realidad, el cerebro básicamente aceptaba la muerte como la verdadera, no diferenciaba entre lo real y lo virtual. Pero para un cyborg, para Lilith, ello significaba quedarse en el Gris Intrínseco, en una especie de coma de la conciencia, algo parecido a una muerte cerebral pero en la que la conciencia, o lo que algunos llaman alma, queda atrapada en la nada virtual, en los seis días de la creación que nunca terminaban.

La Matrix, una computadora cuántica del tamaño de una nave pequeña, eran las únicas que podían crear de la nada aquellos submundos, eran extrañas las que se programaba para esa tarea, pues se necesitaba de un personal enorme de programadores cibercuanticos, que eran escasos. En la que estaba conectado Vatho, tenia claros indicios de haber sido construida por alguna inteligencia de carácter humano, lo que permitió a Gog interactuar con ella con cierta facilidad, pero que también significaba varias cosas. Gog, un autoreve policiaco antiguo modificado, atendía aquella maquina con una deducción del 2% de que fuera construida por humanos, el 1% por inteligencia alienígena y el 97% por otro autoreve, ese otro autoreve podría ser controlado por Riot.

Vatho formaba parte de la policía electrónica y se había encargado extraoficialmente de Riot. Intentaba en un principio el atentado terrorista de autoreves infectados por un virus nuevo nominado como Proxy 9 , con el tiempo se enteró de que éste virus había sido diseñado por una inteligencia artificial auto creada a su vez de otro virus, el Deamon Riot. La primar inteligencia artificial creada por un virus de sistema autopoietico dentro la red interestelar. Deamon Riot fue en un principio tomado como un fenómeno que fascinó a toda la humanidad, abriendo debates filosóficos sobre la conciencia y el alma. Vatho y su compañera Lilith empezaron seguir el hilo de los atentados de los autoreves infectados de Proxy 9 hasta llegar a Riot. No sabían cual era el objetivo de Riot, pero se convirtió de un día para otro en el enemigo número uno de la Unanimidad Interestelar.

- Lilith, tenemos un inconveniente. Al parecer Riot dejo unos cuantos autoreves infectados, se aproximan y tendré que dejarte. Debo advertirte, cómo ya te lo habrás imaginado, que Vatho tiene tres años conectado a la Matrix y puede estar afectado mentalmente. Debes secuestrarlo prácticamente.

Lilith escuchaba la voz de Gog dentro de su cabeza, parecido a un pensamiento extranjero a su mente, aún así ella ya sabia que eso era un mensaje de Gog. Ahora, ese mensaje indicaba que tenia que buscar a Vatho por su cuenta propia, algo que complicaba la tarea demasiado. Si bien no se podría saber previamente casi nada de la subrealidad que la Matrix había creado, una vez dentro la información se ofrocia por completo y la ayuda exterior serbia para entender y descifrar algunos inconvenientes, tanto para modificar algunos aspecto de la misma subrealidad.

Ya estaba terminando la fase de los seis días de la creación, y el submundo se dibujaba en un paisaje parecido a una especie de campo de cultivo, donde unas pequeñas plantas verde-azules crecían apenas como un pasto sobre una tierra rojiza. Unas diez mujeres o mas, de aspecto humano, por suerte, vestidas con una especie de vestido victoriano negro, parecido al uniforme de servidumbre, corrían con aspecto de pánico. Una de ellas tenía fuego sobre si, un fuego que tenía un color dorado, de un extraño y hermoso dorado, la mujer gritaba con una desesperación inhumana, cuando un disparo le hizo estallar el cráneo en pedazos. Su cuerpo siguió corriendo por un momento hasta que los pies perdieron fuerza haciendo que el cuerpo se arrodillara y al fin cayera. El fuego dorado seguía consumiendo su carne. Lilith reaccionó con agilidad y se oculto tras unas rocas. Observó con cuidado el campo, cuando un disparo mas se oyó y otra mujer calló, pero esta aun no había muerto, se arrastró y gritaba  de dolor, en un idioma que no reconoció Lilith, apuntaba hacia un lugar y gritaba. Al mirar hacia el lugar que apuntaba la mujer, Lilith divisó a una maquina, una androide de ataque de gran tamaño, ametralladoras enormes en cada mano.

Arca de las tierras muertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora