Eros

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                                                                     III

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III



Habían múltiples facetas que el mundo no conocía acerca de Yuuri, una de ellas era lo sensualmente pecaminoso que podía llegar a ser. El Eros que reflejaba en la pista de patinaje no podía, ni en mil millones de años, compararse al voluptuoso monstruo erótico en el que se convertía el menor bajo el estímulo adecuado. Y con estímulo adecuado Víctor se refería a él acariciando ese cuerpo que llamaba al pecado conjurando para el ruso una sinfonía de gemidos y traviesos jadeos.

- V-Víctor... -Gimió agudo el japonés contorsionando su cuerpo bajo el más alto.-

- ¿Si? -La pregunta sobraba, sólo quería provocarlo, que los pómulos del moreno exhibieran el intenso sonrojo avergonzado que lucían precisamente ahora. El anhelo en esas pupilas obnubiladas, como éstas gritaban lo que la boca callaba, ocasionaba que Víctor deseara agilizar los juegos previos.-

- ... -Yuuri apretó los labios callando con ello un jadeo más pronunciado. Que visión más encantadora. Pensó Nikiforov. -

Que tortura le resultaba la forma en que era acariciado al japonés, se encontraban en la habitación de su entrenador, él, completamente desnudo a merced del peliplateado, mientras que el mentado únicamente tenía el torso descubierto permitiendo con ello que su pupilo se deleitara con los músculos definidos y masculinos.

Las diestras falanges de Víctor se paseaban inclementes sobre la nívea piel, roces que provocaban la piel de Yuuri se erizara, sólo roces impartía, presionando ligero con las yemas del dedo corazón e índice por las costillas en descenso hasta la cadera donde permitía al cuerpo joven sentir las uñas definir las curvas, continuaba el avance perfilando los muslos, rodillas y pantorrillas como si de un escultor se tratara. Sólo ahí los labios del dueño de las acuamarinas orbes descendían para dejar besos cual sutil aleteo de mariposas sobre el empeine de sus pies.

- ¡Ah! -Jadeó en sorpresa el menor al recibir una traviesa mordida sobre el talón. Se revolvió inquieto sobre las sábanas al percibir que los labios de Víctor trazaban el mismo camino antes cursado por sus manos, pero ascendente.-

A esas alturas lo único que podía hacer el menor era intentar contener los jadeos. Y recordar respirar puesto las caricias impartidas a su cuerpo le robaban el aliento, el hombre sobre él le robaba el aliento.

Con él había aprendido lo que era el placer, como seducir y dejarse ser seducido.

- Yuuri -Habló el mayor para llamar la atención de su amante, cuando éste volteó la mirada donde era convocado el flash de una cámara lo sorprendió.-

- ¡Víctor! -Reclamó cubriéndose el rostro plagado por la vergüenza ¿Por qué había hecho eso? Entre los dedos pudo observar la mirada juguetona del mencionado, el mismo que ahora se relamía los labios observando su obra: el rostro anhelante y dominado por la lujuria que se apreciaba en los píxeles de su teléfono (con el que había sacado la fotografía) era para enmarcarlo, pero sin dudas era mejor la versión en vivo.- ¡Borra eso! -Jadeó avergonzado Katsuki.-

- Nunca~ -Canturreó con labia Víctor tirando el aparato entre sus manos lejos del alcance de su pareja.- Irá para mi colección privada y para cuando mi dulce cerdito pierda su enfoque con su Eros -Habló sobre los labios entre abiertos y enrojecidos posterior a quitar las estorbosas manos del lugar.- ¿O Yuuri prefiere mejor la aplicación práctica? -Agregó succionando el labio inferior, tirando de el sin quitar la mirada de esos ojos pardos.-

Para sorpresa de Nikiforov el moreno lo observó irritado, atrajo a su impertinente y fastidioso amante por la nuca para comerle la boca al mayor en un beso arrebatado y húmedo. Muy húmedo. Cuanto lo excitaba cuando su Katsudon perdía la paciencia, porque era precisamente en esos momentos cuando se manejaba libre de las ataduras del pudor y dejaba a su cuerpo expresarse con la autonomía del deseo.

El rostro determinado de Yuuri lo hizo estremecer y relamerse los labios en invitación una que con gusto fue aceptada. Un nuevo beso dio inicio y la seriedad de este dio por finalizados los juegos preliminares. 'Tócame más, Vitya' jadeó el de ojos oscuros destilando lascivia en cada una de las sílabas entonadas, sobre todo al mencionar su nombre. Qué clase de monstruo había creado, pensó brevemente Víctor.

Ese era el Yuuri que nadie más que él conocía. Atrevido, dejándose gobernar libremente por el deseo, la pasión y el desenfreno de la lujuria. Sobre la pista sólo la punta del iceberg era exhibida mientras que Víctor se estrellaba contra el témpano por completo.


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No me odien, yo les amo.

Esto no iba a tener más de 300 palabras y su destino iba a ser una parodia pero al final mis dedos se manejaron solos acabando por duplicar la extensión y cambiar por completo la trama. Bah, en otra ocasión haré mi intento de parodia(?)

Mañana se viene un PichittxYuuri

¿Alguien que quiera algo en especial? Que hable ahora o calle para siempre.

Lov ya guys!


YOI no DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora