Eres tú

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- ¿La señorita Cabello? - preguntó la enfermera en la sala de espera.

Camila rápidamente se levantó de su asiento y fue hasta ella, quien le dijo que la siguiera para llevarla con la Dra. quien le informaría sobre la salud de su perro.

- Pase, ella está esperando por usted.

Al entrar se sorprendió del diseño de aquel lugar. Si bien era como una oficina, más bien tenía pinta de tienda de mascotas por el tapiz que cubría las paredes, el cual era de color azul con adornos de animales.

Había un escritorio color negro en el que estaba una computadora del mismo color y unos cuantos papeles. También había una placa en la cual se podía leer claramente el: "Dra. Lauren M. Jauregui".

Aquel lugar también contaba con algunas fotografías en la pared, que eran principalmente de animales. Incluso había uno que otro diploma a nombre de la ojiverde. En el lado derecho había un sillón en forma de hueso que le daba un aire simpático al lugar. También tenía una mesa de centro con forma de huella, y un montón de repisas con libros.

- Hola. - saludo una voz a sus espaldas.

- Mierda. - dijo llevando una mano a su pecho - Me asustaste.

- Lo siento. - se disculpó - Toma asiento.

Camila camino lentamente hasta una de las sillas ubicadas frente al escritorio.

- ¿Cómo está Murphy? - se atrevió a preguntar luego se pasar unos cuantos minutos en silencio observando a la mujer que tenía frente a ella

- El a sido muy valiente. - sonrió - Al parecer no quería dejarlos solos. - Tyler ladró en respuesta provocando que una pequeña risa escapara de los labios de Lauren

- Gracias. - suspiro

- No hay de qué, Camila.

Y de nuevo, el silencio reino en aquella oficina. Ambas mujeres se quedaron observando mientras detallaban detenidamente cada rasgo de ellas. Al parecer los años no habían pasado en vano para ninguna de las dos. Lauren seguía hermosa ante los ojos de la morena, y Camila aún mantenía aquel aire de inocencia para la ojiverde.

- ¿Co- co- cómo sabes mi no- nombre?

- ¿No te acuerdas de mí? - dijo sorprendida

Claro que la recordaba. ¿Cómo iba a olvidar a la chica de sus sueños? Tendría que estar completa y totalmente loca para hacer algo como aquello. Pero no podía simplemente admitir que nunca la había olvidado, no quería mostrarse débil.

- Soy Lauren, Lauren Jauregui.

- ¿Lauren? - preguntó haciéndose la tonta

- Estudiamos juntas la escuela secundaria, no compartimos muchas clases pero por su puesto que estuvimos juntas en algunas.

Era momento se acabar con eso y admitir que si la recordaba.

- Oh. - contestó simplemente - Ya.

- Nunca espere encontrarme contigo.

- ¿No?

- Es decir. Tú desapareciste de la nada, fue como si la tierra te hubiera tragado viva.

La última vez que la ojiverde la había visto fue aquel día en la cafetería cuando Sarah Windsor leyó el diario de la morena y expuso claramente que estaba enamorada de ella desde que la vio por primera vez. Al día siguiente Lauren espero con ansias poder hablar con la chica de ojos café en el colegio, pero simplemente Camila no volvió a aparecer por la escuela.

Claro está que Lauren no sabía que Camila había convencido a sus padres de mandarla a Londres con su tía Murriel, en dónde término sus estudios con profesores en casa y luego inicio la carrera de leyes por órdenes de su padre, para luego graduarse y mudarse finalmente a Los Ángeles, en donde comenzó a trabajar en el bufete.

- ¿A dónde fuiste?

- ¿Acaso importa? - contestó

Volvieron a mirarse en silencio, hasta que llegó Dylan a avisarle a la ojiverde que el perro ya se encontraba fuera de los efectos de la anestesia.

- Vamos, supongo que Murphy muere por verlos a los dos. - dijo para salir de su oficina y conducir a Camila y Tyler a uno de los consultorios del hospital.

- ¡Murphy! - gritó Camila a lo que el perro contestó con un ladrido leve haciendo que Tyler ladrara de vuelta

La chica de mis sueños (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora