♞ 二;

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Y como bien dijo Tsunade, habían pasado ya dos días y no hubo ni rastro de su hermana, nada de nada, como si se hubiese esfumado como el humo de un cigarrillo

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Y como bien dijo Tsunade, habían pasado ya dos días y no hubo ni rastro de su hermana, nada de nada, como si se hubiese esfumado como el humo de un cigarrillo. Naruto había estado con los nervios a mil mientras veía y ayudaba a sus padres a encontrar de alguna manera a Naruko, sin embargo, todos sus intentos fracasaron cuando se llegó el día de comenzar el trabajo secreto que se le había venido encima por culpa de su hermana.

Tal día como hoy, Naruto iba a ser la escolta del empresario más rico de Konoha, Sasuke Uchiha.

Y tal día como hoy, el rubio se encontraba frente al espejo que había en la recámara de su madre, con el Jutsu Sexy utilizándolo.

—¡Ah!

Un quejido salió de los labios de Naruto cuando Kushina le había colocado en la oreja uno de los elegantes y oscuros pendientes.

—Son pendientes de pega, cariño, para estar guapa hay que sufrir. —comentó con tono cantarín su madre, volviendo a colocarle el otro pendiente en la siguiente oreja, y de nuevo, Naruto gruñó, pero esta vez no lo hizo por el daño que le estaban haciendo los pendientes, sino por el término que había utilizado su madre: guapa.

Naruto quiso que la tierra le hubiese tragado hace mucho tiempo, y así pues, que también se llevara consigo los desastrosos pensamientos que estaba teniendo en ese momento.

El rubio no dejó de observarse en el espejo mientras su madre le arreglaba para estar completamente listo, y cuanto más miraba su reflejo, Naruto no lograba reconocerse, porque básicamente no era él, no era el chico que siempre fue, sino que ahora se parecía mucho más a su hermana, aunque no mucho es los aspectos físicos.

Naruto volvió a gemir por lo bajo como un perrito.

Kushina le había peinado con cuidado las dos altas y rubias coletas de su ahora largo cabello, mientras que él había estado observando con algo de curiosidad cómo su madre disfrutaba peinándole y colocándole el negro y largo vestido que en esos instantes estaba portando, con una pierna al descubierto, ya que el vestido tenía ese ligero remate. No entendía cómo su madre se encontraba tan feliz sabiendo que él iba a ser el sustituto de Naruko, una chica, estaba hablando de una chica, todo lo contrario a como era él. Nunca en su vida pensó que utilizaría el Jutsu Sexy para un trabajo tan peligroso como lo era aquel.

—Has estado practicando bastante estos dos días, Naruto, lo harás bien. —la voz de Kushina se hizo escuchar de nuevo por la habitación, teniendo la atención de su hijo al momento—. Te he estado observando. Lo haces bien, manejas a la perfección las armas, y hasta caminas de lujo con los tacones que llevas ahora. —rió con suavidad, peinando una última vez las largas coletas de Naruto.

Naruto presionó con suavidad los labios, bajando la mirada una vez más para verse. Sí, había estado practicando con los tacones, y de la misma forma también lo había hecho con los gestos y expresiones, aunque él creyó que no podría cambiar mucho eso. Su hermana solía ser muy delicada respecto a sus movimientos femeninos, y él intentó con esfuerzo tener una compostura para nada masculina. Viendo a su madre y recordando a su hermana, había logrado por lo menos lo esencial.

Trouble for kill ↠ SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora