Llevaba dos días encerrada en mi habitación. Obviamente comía. Las enfermeras traían una bandeja de comida para mi 4 veces al día; desayuno, almuerzo, merienda y cena.
El doctor no quería dejarme salir aún, decía que puedo ser peligrosa para los otros pacientes. En verdad él no dijo nada, pero pude leer sus labios mientras hablaba con mi enfermera, la cual siempre mantenía las distancias conmigo. Estúpida, ¿Qué se cree? ¿Que le voy a clavar una cuchara de plástico?
Al menos aquí ya no oigo tanto esas voces, creo que es por las pastillas que me introducen en la comida, se creerán que soy estúpida y no las veo. En fin, no importa, siempre me las tomo. Así me siento segura y tranquila, aunque más de una vez me dan ganas de patear la pared y llorar desconsoladamente, pero tengo que controlarme si quiero salir lo más rápido posible de este horrible sitio.
Apenas duermo por las noches debido a las carcajadas del chico que descansa en la habitación de enfrente. No sé de qué coño se ríe, pero os juro que una noche más y cuando me saquen de aquí le abofeteo la puta boca. Otra vez, mierda, tengo que controlarme.
-Emma -anunció el doctor entrando por la puerta-.
-Hola -saludé frunciendo el ceño, él nunca venía a verme, siempre iba yo a su despacho-.
-Vengo a informarle que va mejorando, y que la próxima comida podrá realizarla en el comedor común, y que pronto le asignaremos un compañero de habitación-.
Por favor, el de las risitas no, por favor.
Asentí dudosa.
-Su nombre es Matías, espero que se lleven bien, tiene su edad creo, quizás un año mayor -mencionó rascándose la nuca delicadamente-.
Volví a asentir.
-Bueno, en un rato vendrá su enfermera con el chico y se dirigirán al comedor, suerte -concluyó saliendo por la puerta-.
Genial, un compañero, recemos porque no me de un ataque de nervios y lo asesine con el cepillo de dientes.
Ya me imagino en titular:
"Loca asesina a su compañero de habitación con un cepillo de dientes".
Empecé a reír sin sentido, la verdad es que no tenía gracia, pero aun así, me reía. Necesito salir de aquí.
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Sacadme de aquí, por favor.
Teen Fiction-No grites -susurró en mi oído-. Nunca debí de haberle obedecido.