Capítulo 3 (Celos)

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No supo en que momento se quedó dormida, la última vez que miró el reloj marcaban las 3:46 A.M. Estaba bastante preocupada, Katherine jamás había faltado una noche en casa, Sam sabía que las cosas se pudieron haber vuelto locas, su madre salió con un hombre y sólo con pensar en que estaría con él le daban ganas de llamarla, claro estaba pero quería ver a su madre feliz, no quería preocuparla.

Samantha abrió sus ojos al escuchar un motor estacionarse afuera de su casa, se levantó de la cama envolviendo su pequeño cuerpo en la manta, ya que estaba fresco, miró el reloj y éste marcaba las 6:15 de la mañana, se asomó por el balcón y su cuerpo se sintió extraño, un escalofrío la recorrió desde la punta de los pies hasta su cabello al ver la escena que se desarrollaba abajo de su casa.

Katherine besaba a una mujer, era notablemente menor que ella, pero a la chica no le importó, y masajeaba el cuerpo de Kath con descaro y lujuria. La chica dejó un último beso en los labios de la madre de Samantha y subió al auto marchándose, Sam corrió a la cama donde se recostó, sabía que su madre subiría a verla y ella debía controlar lo que en ese momento estaba sintiendo, no le dolía que le ocultará que le gustaban las mujeres e incluso pensó que solo había sido la noche y en vez de un hombre, fue una mujer, algo experimental, le dolía que su madre estuviese besando a una mujer, que la estuviera tomando de esa manera, fuera de su casa, le dolía que no fuese ella la que estuviera en sus brazos. 

En medio de estos pensamientos en los que no debería estar divagando, su madre entró a la habitación de su pequeña, la cuál, según ella, estaba dormida. Se acercó a su cama, sentándose a su lado, comenzó a acariciar su pelo con lentitud arrepentida por la noche que había tenido imaginando que le hacía el amor. ¿Por qué sentía eso? ¿Por qué si era la persona que más amaba, su hija?

Sam abrió los ojos lentamente encontrándose con los ojos de su madre, la menor le dio una leve sonrisa. -¿Estuvo muy buena la noche?- Preguntó la chica tirada en la cama, no contaría lo que vio, tampoco reclamaría a su madre, solo esperaría a que ella le contará. 

Katherine le sonrió pensó que no había notado su ausencia pero no era así -Lamento no haberte avisado, bebé. Sólo se me fue el tiempo- Le sonrió de nuevo mientras se acomodaba a un lado de su pequeña, la cual de inmediato la abrazó,  pegando sus cuerpos, Sam sentía celos, su madre olía a otro perfume y le daba coraje, no supo de sí nuevamente cuando el sueño las venció a ambas.

Sam preparaba el desayuno, era casi el mediodía y su madre aún dormía en la cama de su hija, por ello preparó fruta, jugo natural dejando todo eso en la mesa que se encontraba a un lado de la piscina, ella llevaba un bikini color rosa crema, la temperatura había aumentado así que el día era perfecto para un chapuzón.

En la habitación, Kath abría los ojos lentamente y un poco aturdida, miró la nota que su pequeña había dejado a un lado de ella sonriendo de inmediato. Se puso de pie y fue a su habitación en dónde se lavó un poco y se colocó un traje de baño negro, salió y observó a su niña en aquella mesa sentada esperándola. Ambas se miraron y  disfrutaron de lo que cada una miraba, comieron lo anteriormente preparado en la mesa mientras conversaban sobre lo ocurrido la noche anterior, claro, sin mencionar lo de la chica y que toda la noche pensó en su pequeña, Sam sirvió dos copas de vino entregándole una a su madre la cuál no se negó, su hija tenía 15 años ya podía probar este tipo de bebidas. Tomaron unas cuantas copas, a Sam estaban afectando un poco ya que no estaba acostumbrada por lo que Katherine no permitió bebiera más.

-Mami... Vamos al agua, muero de calor - Dijo la pequeña, levantándose y dejando ver su cuerpo nuevamente ante los ojos de su madre, caminó hacia la piscina tirándose en ésta, Katherine al verla término su copa y fue a donde la menor tirándose por igual al agua.

Cuando Katherine salió a la superficie Sam estaba frente a ella, de inmediato sintió los brazos de la pequeña envolver su cuello al igual que sus piernas envolviendo su cadera, mientras que también escondía su carita en el hueco del cuello de la mayor. Katherine tomó el cuerpo de su pequeña correspondiendo aquel extraño abrazo que por alguna razón se sentía tan necesitado, la mayor caminó sólo un poco hasta acorralar el cuerpo de la pequeña contra la orilla y su propio cuerpo.

-¿Por qué la besaste así? ¿Por qué la abrazaste de esa manera?- Preguntó Sam de una manera dolida, en verdad se sentía así, el alcohol había hecho efecto finalmehte y aun que se había contenido no pudo aguantar más.  Katherine suspiró de manera pesada, con esas preguntas supo que la había visto esa mañana.-Tú eres mía, mami. Sólo mía.- Continuó la menor, aferrándose más al cuerpo de su madre la cuál le correspondía, se sentía mal por lo que había pasado, incluso estaba sorprendida por las palabras de la menor, así que sólo se pegó más al cuerpo de su niña, tomando con fuerza este mismo sin soltarla y sin decir nada más ninguna de las dos.  

Katherine se encontraba en el baño de la chica retirando el agua de la piscina como cuándo era niña, Sam se encontraba tomada, no estaba acostumbrada a beber, todo le hizo efecto tan rápido que ni ella se dio cuenta.

-¿Te gusta mi cuerpo?- Preguntó una Sam bastante pérdida a su madre la cual la duchaba -Mírame, ¿te gusta más que el de esa?- Sam seguía diciendo tonterías, su madre la ignoraba y en el fondo la pequeña sabía que no tenía por que reclamar a su madre, menos hacer este tipo de papeles, ella era su madre, no su novia ni nadie que la pretendiera pero en ese momento en verdad deseaba no ser su hija, deseaba ser una mujer para ella.

Minutos después Sam se encontraba en cama, estaba durmiendo, Katherine se acercó a dejar un beso en la mejilla de la menor cerca de la comisura de los labios -Siempre seré sólo tuya- Murmuró la mayor sin imaginar que Sam escuchaba lo que decía de manera inconsciente.

My little girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora