[ Casualidad ]

Capítulo IV

Aquel día habían quedado de ir juntos a almorzar al centro comercial. Los panoramas entre ambos no eran tan descabellados, no ahora. Disfrutaban de ir al parque, de sentarse por horas bajo la sombra de los árboles, de largas caminatas o de estar en el departamento de cualquiera de los dos viendo películas y simplemente disfrutando de la compañía del otro.

Cuando se ponía a pensar en lo mucho que su vida había cambiado los últimos meses, de haberlo sabido, se habría reído porque antes era imposible pero, la realidad era ésta que vivía ahora; en una relación con JongIn de casi nueve meses, todos felices, todos, como una relación normal debía de ser. Si bien todavía no daban el paso de irse a vivir juntos, ambos se acompañaron en cada plan que quisieron hacer con sus vidas; JongIn a había terminado la Universidad y dejado su trabajo de medio tiempo en la tienda de conveniencia para tener un empleo formal en una división de administración pública de la marina gracias a su padre.

TaeMin estaba en su segundo año de universidad, seguía trabajando, pero ahora de forma más despreocupada gracias al apoyo que JongIn le daba con cada necesidad que tenía. El castaño miró hacia el lado opuesto del asiento, donde su acompañante dormía plácidamente sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Un mes le bastó para decirle que sí a JongIn y de ahí en adelante, no se arrepintió ni un solo día. 'Él no es MinHo' le dijo KiBum cuando le hubo contado, 'Ese es el por qué él es perfecto para mí, porque no es MinHo' respondió él en su defensa. De ahí en más, la relación de JongHyun, KiBum y JongIn fue cordialmente agradable, no eran amigos, pero aprendieron a convivir entre ellos.

Un quejido le puso en alerta. Con una sonrisa se inclinó y tomó el chupete que se había resbalado y con cuidado lo puso nuevamente a dónde debía de ir. Su teléfono entonces vibró.

- Hola KiBum

- ¡¿Por qué no has llegado aún?! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

TaeMin masajeó el puente de su nariz. No otra vez.

- KiBum, Lilly estuvo contigo toda la tarde de ayer, deja de monopolizarla porque no es tuya, es mía

- No puedo creer lo egoísta que eres, le diré a tus padres

- Mis padres opinan lo mismo que yo, si tanto te gusta mi hija, ¿Por qué no te consigues una?

- Muy gracioso Lee TaeMin – rezongó el rubio por el otro lado de la línea – Por favor, tráela conmigo, es que, es que la extraño tanto, no puedo estar separado de mi pequeño honguito

- Pensé que yo era tu pequeño honguito

- Cállate TaeMin y tráeme a Lilian, deja que se quede esta noche ¿Si? Por favor, por fis, por favorcito, di que sí, di que sí...

- Te oyes tan ridículo ahora mismo

- Me está doliendo el corazón, te lo juro, se vuelve de hielo... estoy, ¡Ay, ay, duele!

- ¡Ya, está bien! – exclamó dándose por vencido con la forma en que KiBum lo manipulaba; si no le llevaba a Lilly, su 'corazón se volvía de hielo y se convertiría en una perra' dicho por el mismo KiBum – Te la llevaré, pero por la tarde, JongIn también quiere verla

- No me importa, la esperaré, adiós...

- Sí, de nada – le dijo TaeMin a la nada cuando KiBum le cortó luego de obtener lo que quería.

Guardó su teléfono y se quedó mirando a la pequeña que dormía en su silla de transporte. Once meses, era increíble cómo había pasado el tiempo desde que supo que la esperaba hasta ese entonces. Cuando la fecha de la cirugía se hacía más próxima, su intranquilidad aumentaba. Desde que había decidido darla en adopción a los cuatro meses de gestación, el proceso burocrático, de entrevistas psicológicas, de encontrarle una familia al bebé se hizo más tedioso. Los padres que habían sido seleccionados eran perfectos; un joven matrimonio que había intentado por tres años tener hijos sin éxito. Que TaeMin les entregase su bebé inmediatamente luego del nacimiento, había sido una bendición en sus vidas.