Capitulo 8

1.2K 98 9
                                    

POV Camila

Baje a la sala e iba ir a la cocina para comer, pero tocaron la puerta y pensé que sería Dinah tal vez se lo olvido algo.
-Se te olvido....- guarde silencio cuando me di cuenta que no era Dinah.......

-¿Que haces aquí Jared?.-
-Gatita.-dijo.- No esperaba verte aquí...- puso esa sonrisa arrogante que detesto.
-¿En donde esperabas verme?.-
-Encerrada, ya sabes por robar.- lo empuje afuera de la casa, y yo salí cerrando la puerta.
-Eres un estupido.-le dije molesta.- sabías que me iban a descubrir.
-Claro, ese era mi plan desde el principio. Que te metieran presa, me llamaras para ayudarte, te sacara de ahí y pues bueno, tú me deberías algo y por fin serias mía.- explicó. Hijo de pu...
-Pues ya ves que las cosas no salieron cómo esperabas.- el se había quedado completamente serio e iba a decir algo cuando la puerta de la casa se abrió, dejándome ver a Alejandro.

-¿Que haces aquí Jared?.- preguntó.- el pago te lo hago hasta mañana.
-Solo quería ver a mi gatita.- dijo tomando mi mentón e inmediatamente me quite.
-Jared déjala en paz, ya no te metas con ella.- Alejandro le dijo molesto.
-Bueno, pero recuerda que hace unos meses tú mismo me la ibas a entregar.-
Yo lo miré con odio, no podía creer cuanto daño podía ocasionarme con unas simples palabras.
-Arréglense ustedes dos, no quiero que me metan en sus asuntos del pasado.- dije molesta. Camine hacía adentro de la casa y subí a mi cuarto. Estaba tan cansada de vivir aquí, que solo pensaba en marcharme y llevarme a Sofía conmigo.

Sin pensarlo el viernes había llegado, y estaba un poco nerviosa por que mañana vería a Ariana. Me encontraba con mi mamá en la cocina, debía inventarle algo para que no sospechará nada.
-Mamá encontré un trabajo.- mi mamá se encontraba de espaldas, estaba lavando los platos y vasos sucios.
-¿en donde trabajaras Camila?.- pregunto secándose las manos con un trapo.
-Seré asistente de una abogada en los Angeles.- iba a protestar pero hable antes de que me interrumpiera.- solo será cuando ella me necesite mamá, no me iré a vivir allá.-dije.
Enseguida vi su cara de alivio.
-Me espantaste mija, creí que nos ibas a dejar, pero me alegro tanto que tengas empleo.-
Me dio un cálido abrazo y lo correspondí. Alejandro había entrado a la cocina y se aclaro la garganta.
-¿Esta todo bien?.- preguntó
-Mila encontró un empleo, será asistente de una abogada los fines de semana.-respondió mi mamá.
Alejandro sonrió con cierto orgullo y se acerco un poco a mi.
-Me alegro mucho hija, lo mereces.-
-Gracias Alejandro.- dije dandole media sonrisa.-Iré a dormir mañana tengo un día pesado, por que mañana vendrá la abogada. Buenas noches mamá.- dije dandole un beso.- Hasta mañana Alejandro.- dije fríamente a mi padre.
Salí de la cocina y escuche murmurar a mi padre.
-¿Crees que llegue a perdonarme?.-
-No lo sé Alejandro.- respondió mi mamá.- solo dale tiempo, ella sigue dolida contigo, pero no dejes de insistir.-
Decidí retirarme e irme a mi cuarto, mañana sería un día largo, por fin volvería a ver a la Abogada Ariana.

POV Ariana
La semana se me había pasado demasiado rápido y no tengo mucho que contar de ella, ya que fue prácticamente lo mismo todos los días , no había podido dejar de pensar en Camila. Tenia que hallar una forma de acercarme más a ella.
Mi vuelo había aterrizado en Miami, el calor se sintió de inmediato y me relaje un poco. Tenía que pasar primero al hotel a dejar mí maleta y me daría una ducha corta, ya después iría por Camila.
Cuando llegue al hotel tome las cosas que me iba a poner, y me metí a bañar.
Estaba tratando de alistarme lo más rápido posible, me mire al espejo y noté que no me veía tan mal. Había optado por ponerme un pantalón de mezclilla y unos tacones color crema y una playera de fútbol americano. Quería ir casual, no quería verme tan profesional.
Baje a recepción y pedí las llaves del coche que me iban a prestar, el cual era un carro 300, subí al auto y lo encendí. La verdad es que no recordaba muy bien donde vivía Camila, pero por suerte tenía su dirección, lo puse en el GPS y comencé a manejar, mis manos comenzaron a sudar y me puse nerviosa.
Hace mucho tiempo que no me ponía de este modo por alguien, pero me gustaba esta sensación.

Thinking bout youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora