I. ¿De verdad me pasa esto a mí?

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CAPÍTULO 1:

Recibí un mensaje mientras Gavin, mi mánager, estaba conduciendo. Cogí mi móvil con mala gana, el mismo que me despertó con su insoportable ruido. Rebusqué en mi bolsillo y lo miré. Era de Delsie, mi novia, diciendo que ya me echaba de menos. Suspiré y volví a dejar el móvil dónde estaba, sin contestar. Sabía perfectamente que era una farsa, hacía sólo una hora que no la veía. Además, nuestra relación era puro márquetin, pero ella decía estar enamorada de mí, que ilusa.

-          Jason, ¿quién era? – me preguntó el conductor de ese Volkswagen negro.

Me incorporé un poco para hacer mi trabajo de copiloto, evitar distracciones del piloto.

-          Era pesada de mi queridísima novia – contesté irónico.

Gavin soltó unas carcajadas y dejó de mirar la carretera durante un momento.

-          No entiendo porque sigues con esa relación. – volvió a centrarse en conducir.

-          Porque tu jefe me lo obligó, ¿recuerdas?

-          Pero podías negarte – atacó.

-          ¡Me da $10000 cada mes! – chillé – Además, Delsie está buena, aunque sea una obsesiva.

Después de eso, no volvimos a hablar. Realmente la detestaba, pero ella me daba fama y viceversa. Llevábamos cuatro meses saliendo, desde que nuestra película –que salíamos juntos- se estrenó. Nos nominaron como la pareja del año y, por desgracia, ganamos el premio. Desde entonces que Delsie dice haberse enamorado de mí y yo, como buen actor que soy, fingía sentir lo mismo. Pero las últimas semanas, ella se volvió insoportable. Yo necesitaba ausentarme unos días para el papeleo de una nueva película llamada “West Life” que se rodaba en Texas. Desde que se enteró de eso, Delsie me llamaba a cada rato diciéndome cuánto me echaba de menos. Y ahora, que estaba de camino a grabar la película, igual. Delsie era rubia teñida con los ojos más oscuros del mundo, nunca había visto unos así. Su cuerpo estaba perfectamente esculpido, delgado y con curvas, lo que todo hombre quiere. Era alta y esbelta, en su cara había cientos de potes de maquillaje, escondiendo su cara.  Ella era bonita sin maquillaje, pero Delsie no lo creía. Era creída, mucho, y sobre todo, obsesiva y caprichosa. También era muy dócil, tanto, que a veces me aprovechaba de ella.

Gavin chascó los dedos delante de mi cara y me sobresalté.

-          ¿En qué piensas, tío?

-          Nada importante.

Miré el paisaje. Era de noche y estábamos en mitad de un campo. Sólo se veían cosechas de maíz y granjas abandonadas. Y, como una pesadilla, nuestro Volkswagen se paró después de emitir un chirrido insoportable. Gavin y yo nos miramos con horror. Eso no podía estar ocurriendo, no ahora. Bajé del coche con el propósito de arreglar el coche. Pedí a Gavin que abriera el capó y así lo hizo. Una hilera de humo salió de allí y tosí. Cuando pude ver con claridad, saqué el móvil e iluminé esa zona. Empecé a negar con la cabeza sin creerme lo que veía. El motor del coche estaba muerto, había petado. Harto, di un fuerte golpe en el coche, haciéndome daño a mí mismo. Volví al asiento y suspiré, con la mirada oscura y atenta de mi rubio amigo.

-          ¿Y bien? – me preguntó.

Negué con la cabeza mirando el horizonte.

-          Se ha muerto.

-          ¡Joder! – chilló dando un puñetazo en el volante. – Voy a llamar a alguien.

-          ¿Eres tonto? ¡No hay cobertura! – él frunció el ceño – Gavin, tío, estamos en medio de un maldito campo, ¿cómo quieres avisar a alguien?

Sin hacerme caso, él cogió su teléfono e inmediatamente se lo colocó en su oreja. Esperó unos segundos y, ¡bingo! Yo tenía razón, pues dejó el móvil con mala gana.

-          Oficialmente estamos perdidos en una mierda de campo sin nadie a la vista – me informó.

“Genial”, pensé sarcásticamente. 

Country Girl [love story - Novalee & Jason]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora