III. Desayunos de Texas

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CAPÍTULO 3:

-          Que incómoda es esta cama – me quejé colocando bien por quinta vez el cojín.

-          Eso es porque es de paja, idiota – replicó Gavin casi dormido – Ahora déjame descansar.

Gruñí por su mal humor. Me acomodé otra vez y miré el techo. Nos hospedaron en la casa que vimos primero, la de color verde. Era la granja, pero había un pequeño cuartito dónde había tres camas – si se las podía llamar así – de paja. Sabía perfectamente que ese día no iba a dormir, simplemente porque era la cama más incómoda que había probado nunca y otra razón era que el olor del ganado se hacía presente. No entendía la razón por la que Gavin no quería decir de nuestra fama, pues yo creía que nos tratarían mejor, ¿no? Pero no, para mi mánager no. Cuando la familia nos pregunto sobre nuestro trabajo, se limitó a decir que éramos arquitectos. ¿Quién creería que este guapo hombre – yo – se dedicaba a hacer planos? Nadie.

Sin saber cómo, caí en los brazos de Morfeo. Y, sin recordar nada y en un momento, agua completamente congelada cayó sobre mi cuerpo, arropando mi ropa en mi cuerpo. Me levanté al instante y la luz me cegó.

-          Al fin despiertas – dijo una chica. Novalee, la hija de los Detrich. De repente, empezó a reírse como una loca al recibir una mirada llena de odio por mi parte. – Lo siento, pero te llamé cuarenta-y-tres veces – soltó entre carcajadas.

Me levanté a duras penas y visualicé a mi rubio amigo en el mismo estado que yo; mojado y deseando la muerta a la chica que teníamos delante. Cualquiera que nos viera desde fuera, un espectador, juraría que era una escena divertida; ver que una jovencita tiraba cubos de agua helada sobre un actor famoso de Hollywood. Dejé a un lado mis pensamientos y me centré obtener ropa seca. Aparté a la castaña y cogí mi maleta para prepararme un conjunto. Al ver que la muchacha no se iba de allí para dejar cambiarme, la miré fijamente y la analicé. Su pelo castaño claro caía por sus hombros entrelazado en una trenza, más bien en dos. Sus ojos eran de un azul muy claro, mucho más que el mar, podría apostar que más de uno diría que eran grises. No era fea, pero tampoco era una belleza; una chica del montón, para comprender mejor. No era ni alta ni baja, era normal para una chica de su edad. Un momento, ¿cuántos años tenía esa chica?

-          ¿Qué me miras tanto? – sonrió burlona.

-          ¿Cuántos años  tienes? – le solté ignorando su pregunta.

-          ¿Cuántos me echas? – cuestionó desafiante.

Fruncí el ceño y la analicé. Su cuerpo estaba desarrollado, así que pasaba de los quince.

-          ¿16?

-          Meeeeeec – dijo para hacerme entender que no acerté. – diecisiete y éste año cumplo los dieciocho – me aclaró con una sonrisa. – Anda, cambiaros rápido que mi padre quiere que desayunéis con él – nos guiñó el ojo y se fue.

“¡Al fin!”, pensé para mí mismo.

***

-          Tomad, probad esto – nos ofreció Foster, el cabeza de familia de los Detrich.

Cogimos un bocadillo, o eso creía, porque no lo parecía.

-          ¿Qué es? – preguntó Gavin un poco inseguro y oliendo esa comida.

El hombre rió con ganas y le dio unas palmaditas.

-          ¡Come! Que no te voy a envenenar, ¡malpensado! – y volvió a reír – Que humor tenéis los neoyorkinos… - dijo cuando se calmó.

-          Eso nos dicen – mentí, era por quedar bien.

Di un mordisco a “eso” y lo saboreé. Realmente, estaba muy bueno. ¿¡Qué digo?! ¡Era el mejor desayuno que probé jamás!

-          Veo que te gusta, chico – me señaló el hombre de voz grave.

-          Está muy bueno, sí – afirmé dando otro bocado.

-          Se llama Cowboy Breakfast Sandwich y Diana es experta en hacerlos, ¿verdad, cariño? – en la pregunta gritó para que su mujer lo escuchara y respondiera una “sí, amorcito”.

Un escalofrío recorrió por mi cuerpo. La contestación de la mujer había sido demasiado cursi y desagradable para mí. Seguimos comiendo en silencio; bueno, no, el hombre con el pelo blanco hablaba y hablaba pero Gavin y yo no le hacíamos casa, nos limitábamos a mirarnos y a reír cuando Foster lo hacía.

Novalee apareció por la habitación y llevaba el pelo recogido en una coleta alta, estaba más guapa así. Dio un beso a su padre y al abrir la puerta para salir dijo:

-          Me voy con Newton a tocar algunos acordes – informó, cogió su bolso marrón pequeño y desapareció de allí.

Su padre se encogió de hombros y siguió comiendo.

-          ¿Quién es Newton? ¿El científico? – espetó Gavin.

Empecé a carcajearme como un loco por su estúpida pregunta, pero al parecer era el único que le hizo gracia eso. Todos me miraban, incluida la madre. Me aclaré la garganta avergonzado y  Foster posó la vista en mi rubio amigo.

-          Es su mejor amigo, se pasan horas y horas en el campo, demasiadas para ser “amigos” – en la última palabra, hizo unas comillas con sus dedos. – Ella dice que no son nada más, pero yo creo que se alegrará cuando sepa que se va a casar con él…

-          ¡Foster! – replicó la mujer dando a entender que eso no se podía decir.

El hombre la miró y bufó.

-          Son unos desconocidos que en unos días se van, ¿acaso crees que se lo van a contar a Nova? – la mujer se calló.

-          ¿Casar? ¿Ella no lo sabe?

Foster negó con la cabeza y miró su plato.

-          No, hijo, no. Lo hacemos para unir ganancias la familia Gillian y la Detrich… Aunque no creo que le importe la boda – me sonrió.

Me levanté indignado.

-          ¿Qué no le importará? ¡Va a tener un hombre a su lado toda la vida! ¿¡Cómo no le va a importar?!

-          Jason… cálmate, no es asunto tuyo – me susurró Gavin.

-          Tu amigo tiene razón, no es asunto tuyo. – me senté – Además, todos los matrimonios de esta zona han sido concedidos por simple interés económico… El de Diana y mío también, pero nosotros nos fuimos enamorando cada día que pasaba… - suspiró al final mirando a su mujer preparando la comida – sólo hace falta mirarla y caer en sus encantos de mujer…

Otro escalofrío. Estaba seguro que si no paraban de decir tantas cursilerías acabaría vomitando. 

Sé que sois pocas lectoras, pero las que estéis siguiéndola, ¡Muchas gracias! :D Es un gran apoyo para mí. 

Hoy dedico el capítulo a mi mejor amiga Judit <3 Que insistía en que actualizara la novela hehe ^^

¡No seáis lectores fantasma! :D

Country Girl [love story - Novalee & Jason]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora