Uno

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UNO:

No quiero morir, no quiero morir. Repetía una y otra vez en mi mente mientras cubría mis orejas. Como si eso fuera a salvarme de aquella terrible masacre, mis oídos se habían aclimatado a los espantosos estruendos a mi alrededor, tanto que ni siquiera me di cuenta a qué hora paro todo.

Fuertes manos me obligaron a separar mis manos de mi cabeza. No me di cuenta que estaba llorando hasta que esas mismas manos me ayudaron a darme la vuelta, no quería abrir los ojos. Tenía miedo.

—Ya paso —dijo la misma voz ronca. — lo siento por jalarte de esa manera, pero estabas en un sitio equivocado

Abrí los ojos con pereza y lo mire, era él. A quien creía muerto. Sus palabras eran amables, pero su mandíbula seguía apretada en señal de valentía. Parecía tan joven y tan mayor a la vez. Apoyado sobre una rodilla y con su arma larga descansado sobre su hombro izquierdo.

—No pasa nada —murmuré desconcertada  — gracias

Él asintió mirándome fijamente y luego miro sobre mi cabeza. Yo gire la cabeza hacía mi lado izquierdo, viendo como otro militar jalaba por el hombro a un tipo ensangrentado y moribundo. Uno de los que había causado todo ese desorden social.

Suspire entrecortadamente y me quise poner de pie, pero no pude, las piernas me temblaban.

—Permíteme ayudarte —dijo él poniéndose de pie rápidamente y pasando un brazo detrás de mis piernas y otro en mi espalda.

Me sorprendí por su reacción pero no dije nada, me deje envolver por sus fuertes y musculosos brazos. A pesar de la sangre que manchaba su uniforme él olía muy bien.

—Bieber, deja a la chica. Los paramédicos llegaran en cualquier lugar.

“Bieber” miro en dirección de dónde provenía la voz, dedicando una mirada asesina para después simplemente mirar al frente. Me causaba curiosidad ver su mandíbula tan tensa. Y me preguntaba si no se cansaba al tenerla así todo el tiempo.

Cerré los ojos una vez más y recargue la cabeza en un pecho sin saber porque.

Pero segundos después “Bieber” me sentó sobre una camilla.

—Aquí termina mi labor —dijo con frialdad, asintió en mi dirección — espero que se encuentre mejor después de que la revisen, señorita

Él giro sobre sus talones pero estire mi mano, tomando su muñeca, cubriéndola apenas con mis dedos lagos y chuecos.

—Espera por favor —rogué en un susurro. “Bieber” giro la cabeza para verme — Gracias — dije sinceramente — ¿Cuál es tu nombre? —le pregunté.

—Bieber, Oficial Alférez Justin Bieber

Por primera vez sonrió, un sonrisa de lado, majestuosa que me derritió, separé un poco mis labios al ver lo guapo que lucía, así estuviera tan serio o sonriendo él era guapo y debajo de ese uniforme militar lo era aún más.

El oficial Bieber se dio la vuelta una vez más y camino de regreso hacia sus compañeros, tomo a un tipo por los hombros empujándolo con fuerza y violencia para que caminara. El tipo tenía las manos esposadas detrás de su espalda.

—Bien —dijo un chico a mi lado— vamos a revisarte

Y cuando volví mi vista hacia los militares, Bieber se había ido.

Fin, pero esto no puede terminar así. Sigue el desenlace en el siguiente capítulo  .

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2014 ⏰

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