Sufrimiento

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Sentía como mis oídos estaban aturdidos, estaban desconcertados y lo único que veía con mi vista era un fondo oscuro, de color negro y gris.

Hasta que empece a ver una luz brillante y fue ahí donde me di cuenta que estaba abriendo los ojos lentamente y lo primero que vi fue el techo blanco de una habitación del hospital de la ciudad en la que vivo.En ese momento me acorde de lo sucedido, me había atropellado una ves mas un auto y uno uno cualquiera era otro Peugeot 206 de color negro.

Sentía como me dolía todo mi cuerpo,quería levantarme pero por alguna razón no podía,sentía todo mi cuerpo entumecido, en especial mis piernas...

Pasaron varios minutos y no podía  levantarme un poco ,esto comenzó a ponerme nervioso haciendo que empiece a traspirar por la frente,hasta que de pronto llego un doctor y me dio la peor noticia que podría haberme pasado.

El doctor se me acerco y me pregunto si recordaba que había pasado y que estaba haciendo antes de lo sucedido.Yo le respondí un poco con nervios porque no entendía  porque no podía moverme,hasta que le pregunte porque pasaba eso.

Me contesto diciendo que hace poco me había puesto un medicamento en la sangre que contenía una pequeña dosis de anestesia y que todavía  tenia un poco de ese efecto en mi cuerpo,pero al decirme eso me dio la peor noticia que podría haber recibido...Mi piernas estaban invalidas,no podría volver a caminar y tendría que andar en silla de ruedas para el resto de mi vida.

Al escuchar esto del doctor,unas lagrimas me empezaron a brotar del ojo recorriendo mis mejillas.En ese momento le pedí al doctor que me dejase solo por unos momentos...

No lo podía creer todavía,¿yo en silla de ruedas?¿para siempre?

Yo que amaba correr por la costa con mis amigos y esos días se perderían.

Paso un día y vinieron a recogerme mis amigos que anteriormente me había venido a visitar cuando estaba inconsciente todavía. El hospital me brindo una silla de ruedas y junto con con unas enfermeras me levantaron un poco para hacerme sentar,pasaron un par de horas y al fin pude salir del hospital,Jessica me iba empujando la silla para ayudarme mientras Julian solo nos acompañaba a un lado.

Extrañaba verlos,pero mi vida no seria como la de antes.Mientras me llevaban a mi casa ,empezamos a hablar como siempre era y a echarnos unas risas como los días diarios entre nosotros. Habíamos llegado  a mi casa y me despedí de ellos con una sonrisa.

Esa sonrisa no duro mucho,se me desvaneció al momento que cerré la puerta del edificio en el que vivía,con mis manos rote la silla para dirigirme al ascensor y al subir a mi departamento,no pude aguantar mas y las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos.

Ya no sabría que hacer con mi vida,así como estoy Jessica nunca podrá aceptarme como su novio... con mis ojos llorosos moví la silla a un lado de mi cama ,me levante las piernas con los brazos para apoyarlas en la cama y abalance mi cuerpo sobre el colchón para acostarme a dormir.Ese fue el peor día de mi vida.

Me desperté por la mañana al día siguiente,y ahí fue cuando me di cuenta que ya no sabia que hacer,tenia todo el día libre,porque a la universidad todavía no iría por una semana por precauciones según el doctor.

Me levante,apoye mis brazos en los costados de la silla y fui moviendo mi cuerpo para tratar de sentarme nuevamente,me hice el desayuno y almorcé.

Sentía un vació dentro de mi que me impedía salir de mi departamento,lo único que hacia era mirar a las personas por mi ventana.

Así fue hasta que por la tarde llego Jessica a visitarme,esto me alegro el día,estaba muy feliz.

Le ofrecí algo para comer y merendamos juntos, me contó como le había ido ese día en la universidad, un ar de cosas de Julian y que había ido a correr juntos,escuchar eso me rompió el alma.Por un lado porque salieron a correr y por otro porque yo no pude pasar ese tiempo con Jessica. Pero ella se dio cuenta de su cometido y se disculpo rápidamente. Pasaron varios minutos de silencio en donde ninguno de los dos dijo ni una sola palabra y ella se retiro.

Esto causo un vació enorme dentro de mi en donde me empezaba a aislar de todos a mi alrededor y así fue durante una semana y media...no quería ver a nadie,ni siquiera a ellos.

En esos días, lo único que hacia era llorar por las noches sin descanso,lamentando todos los pecados que hice en mi pasado,me sentía tan solo y desamparado que lo único que hacia era quedarme quieto mirando fijo las paredes mientras pensaba las cosas que ya no podía hacer sin mis piernas,esos días fueron los mas tristes de toda mi vida,sentía como mi vida perdía sentido poco a poco.

Mi vida ya estaba perdida,no podría hacer nada de nada,me encerraba en mi departamento a mirar a las personas desde la ventana de mi departamento,mirando como disfrutan sus vidas pudiendo caminar, mientras yo pasaba mi vida en una silla de ruedas,sin poder moverme libremente.

Un día llegaron Jessica y Julian. No les quería abrir pero a la vez si quería,fue una decisión difícil. Termine abriéndoles y luego de unas charlas largas,me contaron algo que me rompió el corazón definitivamente.Ellos habían empezado a salir..












Los accidentes no existenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora