Capítulo 2

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Había sido un año agotador llevaba escribiendo mi primera historia sin descanso durante todo el año y ahora estaba apunto de mandarla a Nueva York, a una de las editoriales mas importantes del mundo para así intentar alcanzar el sueño que llevaba intentando conseguir toda una vida. Convertirme en una escritora de prestigio.

Quería ser conocida en todas las partes y rincones del mundo. Quería que todo el mundo pudiera leer las historias que era capaz que escribir y que apreciasen mi trabajo como escritora.

Y ahora ahí estaba delante de un buzón dispuesta a echar el manuscrito que me llevaría convertirme en alguien importante en el mundo de la literatura. O eso deseaba yo. Porque como para todo lo que deseamos, las oportunidades siempre son escasas y en este caso era una entre un millón.

Acompañada de la persona que mas amaba en el mundo deje caer el sobre en el que estaba mi destino. Ya no había vuelta atrás, lo echo, echo esta.

- Hey! no estés nerviosa, seguro que todo saldrá bien, tendrás tu oportunidad. - dijo con su despampanante sonrisa mientras intentaba tranquilizarme.

Asentí con la cabeza y se inclino para darme un dulce beso en los labios.

Entrelazó nuestras manos y andamos de vuelta a mi casa.

Niall y yo llevábamos dos años juntos dos perfectos y increíbles años juntos.

A nuestros dieciocho años aun no nos cansábamos el uno del otro y esperábamos nunca hacerlo.

Pero claro como siempre las cosas son complicadas, y si a mi me daban la oportunidad de publicar mi libro, tendría que viajar a Nueva York y vivir allí por algunos años y Niall se tendría que quedar aquí, en Inglaterra, para terminar sus estudios en la universidad y poder graduarse, cosa que yo si se diera el caso haría en Nueva York.

Esa es la peor parte de todo esto, tener que separarme de el después de dos años de una relación preciosa.

Ninguno de los dos quería tener que separarse, pero Niall comprendía perfectamente que esto era lo que mas deseaba en el mundo y que había trabajado mucho para intentar conseguirlo. El lo daría todo mi al igual que yo lo daría absolutamente todo por el.

Después de un corto paseo, llegamos a mi casa y como de costumbre subimos a mi cuarto.

La habitación era mi lugar preferido en toda la casa, estaba repleta de estanterías llenas de libros leídos y releídos por mi, millones de veces.

Me encantaba poder vivir miles de vidas en ellos y viajar por infinidad de lugares y recorrer hasta las galaxias mas lejanas. Básicamente la lectura y principalmente Niall eran mi vida.

Estábamos apoyados sobre la cabecera de mi cama, Niall tenia si brazo al rededor de mis hombros y acariciaba suavemente mi pelo, mientras que con su otra mano sujetaba la mía para tranquilizarme. ¡Y valla que estaba funcionando! ¡Estaba apunto de quedarme totalmente dormida!.

Pero un apretón en mi mano izquierda hizo que regresara a la realidad.

Niall me miraba con una tierna sonrisa, la cual después le devolví junto con un beso en su mejilla.

- Lis... - dijo suavemente.

El era el único me llamaba de esa forma, solo el utilizaba ese apodo y para mi era la forma mas bonita de abreviar mi nombre, Anneliese, el nombre mas feo que se le paso a mis padres por la cabeza cuando nací, pero cuando el me llamaba de esa forma me hacia amar ese nombre totalmente por la forma en la que lo pronunciaba con total suavidad y amor.

- ... Si al final te vas y te haces famosa y esas cosas, no te olvides de mi porfavor, no soportaría que dejases de quererme- En sus ojos se podia ver reflejada toda la tristeza que llevaba consigo y la amargura de tener que perderme algún día.

- Sabes perfectamente que yo nunca me olvidaría de ti, te quiero demasiado.- dije mientras acariciaba su mejilla derecha con la palma de mi mano. Al terminar de decir esas palabras, al instante apareció una perfecta sonrisa en su rostro, aunque la tristeza que antes inundaba sus ojos seguía amontonada allí.

Es algo que tendríamos que superar los dos juntos si al final yo lo conseguía, no podríamos estar tristes los dos en diferentes puntas del mundo tendríamos que aprender a vivir con ello y sobrellevarlo.

-Hablaremos todos los días por Skype y te llamare todas las noches antes de dormir- dijo mirándome a los ojos con seriedad.

Yo solté una risita y negué con la cabeza. - Si me piensas llamar todos los días terminaras viviendo debajo de un puente, cariño- dije sonriendo mientras miraba sus preciosos ojos azules.

- Si, supongo que tienes razón... Pero pagaría lo que sea por escuchar tu voz todos los días. Sonreí al instante - y también por ver esa preciosa sonrisa- no aguanté mas y me lancé a sus labios ¡Que aria yo sin estos labios!.

Al separarnos apoyo su frente con la mía y sonreímos.

- Te quiero - susurró suavemente.

- y yo mas-.

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