My Drug (Zarry Fanfiction)

Capitulo 2

Capitulo 2:

POV Zayn

 -Te prometo que cuando veas lo que tengo para mostrarte tu vida cambiará por completo- me susurró James, mi “mejor amigo” que otra vez venía con sus propuestas desafortunadas.

-¿Qué es? ¿Una máquina del tiempo?- bromeé. -Es mejor que eso- me informó. Abrí los ojos y allí estaba, Roxanna, era una de las prostitutas más anheladas por todos aquí en Bradford, y era raro que ella quisiera algo con unos clase media como nosotros dos.

-Ho-Hola- pude apenas pronunciar. -¿Qué es todo esto?- le susurré a James pues mágicamente todas sus sorpresas terminaban perjudicándome.

-No hay ningún truco, Malik- me aseguró.

Ingresé a aquella habitación y me senté en la cama en compañía de mi amigo y ella solo se dedicó a gatear por la cama y quedar a una distancia media de nosotros.

-Tú eres Zayn Malik ¿cierto?- dedujo. -¿Cómo es que sabes mi nombre?- pregunté fascinado. -Una mujer debe conocer el nombre del hombre más sexy de Bradford- respondió insinuante, sí era bastante egocéntrico, me ganaba varios piropos al año, pero jamás uno como este. Giré mi cabeza y miré a James con complicidad y él me miró de la misma forma.

-¿Sólo de Bradford?- pregunté sonriente y sensualmente. -Déjame responder eso- dijo acercándose peligrosamente a mi zona baja, cerré mis ojos…

-Te amo, Zayn- pronunció Harry. Vi las lágrimas en sus ojos mientras observaba la situación, y la tristeza que sentía ante la traición, me sentí mal, demasiado terrible y ya no pude seguir. Abrí los ojos y no había nada allí, solo yo, James y Roxanna. Él no estaba.

¿QUÉ? -¡Ah!- grité desorientado, esa “visión” había sido demasiado intensa, sin pedir disculpas ni dar explicaciones corrí al baño, miré mi cara y sentí asco por mí, de pronto quise vomitar por mis actitudes y por el hecho de sentir atracción por una mujer como ella.

Enjuagué mi cara y al levantar la vista me miré de nuevo, respiré profundo y traté de calmarme… Solo había sido algo que pasó por mi mente, y tan desagradable que había acabado con toda excitación que sintiera en ese maldito momento, cerré los ojos y al abrirlos lo vi nuevamente, detrás de mí, reflejado en el espejo.

-No me has olvidado- pronunció. -Quisiste hacerlo y fracasaste como en todo lo que te propones- dijo. Era como la misma realidad golpeándome en la cara, me di la vuelta en seco esperando encontrarlo pero no fue así.

Mi corazón estaba por salirse de mi cuerpo, respiré profundo y traté de calmarme. -¿Qué es lo que quieres?- pregunté mirando en todas direcciones pues no sabía a qué le hablaba. -Tan fácil se curan las penas para ti… ¿No es cierto?- oí. Miré para todos lados con la esperanza de hallar al emisor pero fracasé. -Un pecho grande y un buen trasero- pronunció, su voz era tan ronca, bueno así era normalmente pero esta vez era demasiado ronca, estaba desgastada de llanto y dolor.

-No sé a qué te refieres- reclamé ya con mis ojos vidriosos. Estaba asustado, muy asustado; Esperar fue en vano porque ya no oí más parecía haberse marchado y aunque me atemorizaba aquello, verlo había sido la cosa más hermosa que me había pasado en estos asquerosos cinco años de porquería. Esos ojos verdes confiados y entregados a los míos, su voz que aunque la edad no la confirmara era tan ronca y grave que me hacía estremecer, sus rizos, su rostro angelical, que aunque estuviera torturándome lucía parecido al paraíso, a un cielo eterno y despejado, sin una nube de tormenta.

-¿Crees que me divertí?- volví a oír. -¿Crees que la he pasado bien?- me reclamó sollozando. -No, claro que no- lloriqueé. -Sufrirás, pagarás por todo lo que me has hecho, Malik- fueron sus últimas palabras que sonaron tan amenazantes y agresivas que pude sentir como si esa voz me golpeara, como si me hubiera atravesado. Sin más  me rendí al llanto, era inevitable que pasara, estaba atareado, la culpa me carcomía hasta la última fibra de mi cuerpo, me hacía pensar en todas mis acciones y buscarle la vuelta para que sean con malas intenciones. Cerré los ojos y aún con el corazón en la garganta me deslicé por la pared hasta sentarme despatarrado en el piso.

“Sé que no suelo escribir, es más lo odio, pero me gustaría descargar esta dolencia sobre algo más que no sea mi atareada cabeza.

Harry, te amo, lo he hecho siempre… Sé que no estás leyendo esto y quizás nunca lo hagas, pero te necesito. Pasé un infierno desde que no te tengo a mi lado, desde que te separé de mí. Fui un estúpido el más ingenuo de los hombres, creí en ese cuento de que “somos felices con la felicidad del ser querido”… La verdad es que esa frase me la vengo repitiendo en forma de consuelo y es lo único que me evita correr como un desesperado maniático a tu encuentro. Te iba a lastimar, entiéndelo, no sabes cuánto hubiera deseado ser mejor persona, para merecerte, pero este miserable a quien sorprendiste con esa mujer… Ese miserable soy.

Y aunque creas que el peor de mis castigos es el que me estás dando, déjame decirte que lo amo, y no lo merezco porque me deleitas con tu voz, con tu presencia, te pediría que pares de atormentarme, pero por fin haré lo que mi corazón me pide. Vuelve, tortúrame, hazme sufrir, todo lo que quieras pero vuelve, déjame verte, déjame sentirte a través de esta extraña forma de comunicación… Porque será la única que nos podrá unir.

Lo siento, pequeño, lo siento demasiado, pero sigo pensando que tu perfecta alma, limpia como el agua que baja de las montañas más altas, no merece mancharse con el negro puro del infierno que es la mía.”

Pasaban los días completando las semanas y recibía la “visita” de Harry, no tan a menudo, pero lo suficiente para hacerme sentir miserable y asustarme por lo que quedaba de la semana. Ya era momento de hacer algo, estaba desesperado por verlo y ya no me importaba lo mucho que me dañaran sus palabras lo necesitaba. Con esa idea, me dediqué a “invocarlo” y solo lo hizo más difícil, por días no volvió y lo tomé como un castigo de su parte, pues ya no podía ni respirar sin su presencia… Estaba perdido, como si Harry fuera una droga, ¿será que enserio me estaba haciendo pagar?