Te miro, caigo.
Te beso, me hundo.
Te abrazo, salto al abismo.
Te quiero, me muero.
Te vas, me destrozas.
¿Por qué todo con vos tiene que ser difícil? ¿Por qué de una paleta de colores, siempre eliges el negro? ¿Es que ya no me quieres? ¿O nunca lo hiciste? ¿Te cuesta agarrar? ¿O es que nunca quisiste hacerlo?
Le arranqué las alas al pájaro negro y me las pegué en el pecho para salvarte, tú me las quitaste al borde del abismo y me dejaste caer. Así, sin más.
Te di todo de mí, incluso mi alma, y aún así te fuiste. Te fuiste sin siquiera mirarme, porque según vos, no querías verme así. ¿Así cómo? Si vos me rompiste. ¿Así cómo? Si ya no me queda nada. ¿Así cómo? Si sin vos, yo ya no soy. ¿Así cómo? Si ya no existo.
"No me detengas", me dijiste, "ya no tengo esa ilusión de tenerte en mi vida". Aunque sigo en el camino, voy sin dirección, pero donde sea que mire siempre te veo a vos.
Y hoy me despido. Me despido del dolor. Me despido de vos. Hoy me hago a un lado. Hoy me cierro al amor, porque vos me dejaste sin corazón. Hoy sobrevivo sin alma, porque te la llevaste vos. Hoy te dejo de insistir. Hoy ya no te miro más. Hoy, ya no existo.
