Vuelve

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Recuerdo esa noche en la que me vi rompiendo a llorar tirada en el suelo frente al espejo. Acababa de hablar con ella.
-"Ya no me quieres. Te aburriste de mí. Empezaste a buscar otras opciones, y ahí la encontraste a ella. Estatura mediana, cabello rizado color castaño con reflejos más claros, ojos verdes y una sonrisa perfecta. ¿Por qué ella y no yo?
Déjame decirte que estoy con vos hace varios años. Te conozco mejor que nadie. Sé todo de vos. Tus fallos. Tus logros. Tus metas. Tus miedos. Tus tristezas. Tus felicidades. Tus inseguridades. Todo. Siempre me quedé a tu lado, y creí que eso sería siempre así.
¿Ya no quieres abrirte conmigo? ¿Ya no quieres que te abrace en las noches cuando lloras? ¿Ya no quieres que cuide de ti?
Está bien, si así crees que estarás mejor.", me dijo. Yo la quería, pero no podía estar con ella, eso me dolía, me rompía. Sentía cómo cada vez me hundía más en ese mar oscuro. Oscuro como sus ojos. Oscuro como el cielo tormentoso en medio del invierno.
Así que decidí dejarla. Pedirle que se fuera estaba en mis planes, pero nunca supe cómo. No sabía cómo despedirme de ella, quien siempre estuvo conmigo, quien se quedó siempre a pesar de todo. Pero un día me llené de valor.
-"Ya no te quiero", le dije mientras la miraba a los ojos.
-"Está bien. Me iré", me dijo. Y jamás volví a saber de ella... hasta ayer. Ayer la chica de pelo rizado, ojos verdes y sonrisa perfecta se fue. Ayer volví a hundirme, a romperme. Ayer caí al vacío. Ayer se destruyó lo poco que había logrado construir con tanto esfuerzo desde aquella noche en que mi fiel compañera se fue. Ayer, más que nunca, deseé borrar ese recuerdo, evitar su partida.
Llegó la noche y estaba sola, rota, llorando en el suelo como aquella noche. Miré hacia mi derecha, donde se encuentra el espejo. Me levanté. Me quedé ahí. Mirándola. Quería decirle tantas cosas, y sin embargo sólo me salía estar en silencio. Inhalé profundo, y con los ojos llenos de lágrimas le dije:
-"Bienvenida nuevamente, Soledad". Ella me abrazó fuerte y prometió no dejarme de vuelta. Finalmente, me dormí.

Noches en vela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora