01/sep/2013

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Una señora alta y bella me había recibido en la puerta de la gran casa. Mis ojos estaban muy abiertos y sentía que los de ella me comían poco a poco. Un vestido blanco ceñía su cintura y moldeaba su figura, usaba unos tacones negros con lindos pompones atados a sus tobillos. Su cabello caía por sus hombros, un rojo intenso se hallaba en sus labios y sus ojos tenían un brillo desquiciado que te provocaba salir corriendo.

-buen dia -hice una reverencia - Soy KiHyun, amigo de la señora Hwa. Le pido mil disculpas por haberle interrumpido la mañana para recibir a un joven periodista

-el gusta es mío KiHyun- dijo riéndose por mi nerviosismo- en realidad no molestas mi mañana, acabo de desayunar y te estaba esperando

-que vergüenza

El sudor corria literal por mis manos, podría llenar un balde si quisiera.

-no le des importancia, pasa- y con una sonrisa escalofriante me hizo pasar

Su mano me guío a la parte interna de la casa, algo que casi me da de sorpresa. Al entrar me sorprendí, los pisos eran de mármol y las paredes de cemento pulcramente pintado de blanco. Había un espejo en la entrada de la casa, también estaba un arreglo de rosas rojas y su mesa requerida.

El sudor se evidenciaba más, así que me limpie con el pantalón negro que traía puesto. Tenía mis maletas arrastrándolas por el suelo y me había acomodado una chaqueta roja que había dejado en el auto, bajo de este se hallaba una camisa blanca. La mayoría de las cosas que traía las había pedido a mi mejor amigo Lay. Quien ahora estaría en China para unos eventos y reuniones privadas de su empresa.

-ésta es mi casa, vivo con mi esposo Zhou, quien debe de estar trabajando. - todo lo que decía yo lo anotaba, o eso trataba- mi hijo está en la parte de arriba y tu cuarto esta alado de el, así que espero y lo conozcas, tu cuarto es el número 3. Yo me tengo que ir, así que nos vemos luego KiHyun-

Me quedé con cara de desentendido a mitad de la gran casa, no sabía cómo se llamaba así que corrí antes de que se fuera para hablarle pero ya no estaba.

Agarre mi maleta y la subí a la parte de arriba. Se escuchaban ruidos en el cuarto alado mío, traté de ver quien era pero la puerta tenía perilla. Caminé recto y busque el 3, algo que en realidad no me costó mucho. Cuando fui a entrar senti unas manos posarse en mi hombro, y una voz fuerte me dijo

-que necesita?

Me voltee sin miedo a encarar quien estaba atrás mío, la verdad es que no tenía porque tener miedo sólo que el llegaba sin razones. Al voltear vi a un señor de edad con traje, lo mire detenidamente y supuse que eran uno de los muchos trabajadores de aquí.

- las señora- a veces era idiota. No me sabía el nombre - me dijo que está es mi habitación

-joven periodista?

-como lo sabe?

-lo supuse. Si esa es su habitación, ya le traigo una merienda

Sin que dijera mas palabras, el señor ya se había ido. No parecía de acá, parecía estadounidense. Mire a mi alrededor y decidí entrar a la habitación de una buena vez por todas.

Cuando entre quede maravillado. Había una cama matrimonial con acolchado blanco, parecia de seda. Habían una o dos mesas de noches y la vista daba a un lindo bosque, había un piso de madera sosteniendo la cama y por lo demás era marmol, las paredes eran blancas y había un aire acondicionado en un de las esquinas de la habitacion. Había una lámpara alado de la cam y encima de la mesa de noche, alado de este estaba un mecedor de color crema.

 Había una lámpara alado de la cam y encima de la mesa de noche, alado de este estaba un mecedor de color crema

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