Un Viejo Amigo.

Cap 24. Flashback.

PO'V MÍA.

Flashback.

-Oye Mía después de clases te tengo una sorpresa - Noto en sus ojos algo de emoción y sonrió por eso.

-Ok ¿Donde debo estar? - pregunto y el niega con su cabeza sin quitar la mirada de el camino.

-En tu salón de clases como te corresponde, ya verás lo demás.- mi curiosidad me carcome, no soy buena para esperar, asiento yo pongo mi mirada en el camino.

Fin Flashback.

Flashback.

-Scott - mi voz suena temblorosa y me arrepiento de ello - Debo hablar contigo algo.

-Dime hermosa, soy todo oído- me responde sin quitar la mirada de el camino,  la verdad es que íbamos muy rápido, estábamos en una avenida y su límite era de 180km así que Scott iba a ese límite y agradecí mentalmente por que ya se nos hacia tarde.

-Se trata de mi padre, el...

-Al grano Mía - me interrumpe y voltea cada tanto al camino.

-Es algo dificil de explicar, bueno en verdad no, lo cierto es que ayer en la noche escuche como discutian y mi padre a dicho que tuvo algo mas que una amistad con tu madre- Scott me miraba fijamente, tenia los ojos como platos, y su boca formaba una o de sorpresa.

Entró en pánico al ver que  estamos en contra vía  y que adelante de nosotros se acerca un auto tocando la bocina.

Todo paso muy rápido, lo último que escuche fue a Scott decir.

Lo siento.

Fin Flashback.

La migraña empieza a recorrer todo mi cerebro y un dolor insoportable invade mis huesos y músculos.

Esto es horrible, mi cuerpo esta adolorido.

Entre mis pestañas unas luces blancas impactan contra mis ojos, parpadeo un par de veces para poder acostumbrarme a la luz que irrita mis pupilas.

Giro mi cabeza para encontrar una ventana blanca, con unas cortinas grises, la habitacion donde me encontraba era toda blanca a execcion de esas cortinas.

A mi lado había una gran pantalla, que marcaba mis pulsaciones, con esas típicas rayas verdes que suben y bajan, y el molesto ruido de ellas.

Al lado izquierdo tenía una bolsa de suero que de ella un pequeño tubo lo guía hasta mis venas, en mi rosto tengo una mascarilla de oxígeno que  cada vez que respiro de ella sale humo blanco.

Al frente de mi, como a unos 3 metros de distancia, se encuentra una mesa que de igual manera es blanca, allí había varios tipos de flores, de todo tipo de color y forma. Algunos animales de peluche, y cajas de chocolates y globos con frases como "Recuperate pronto" o "Te queremos de vuelta".

Ha mi lado escucho que una puerta se habré, es una mujer vestida totalmente de blanco, sus ojos estaban puestos en una libreta que traía en sus manos, se le veía muy consentrada en ello.

Levantan su cabeza y al verme se sorprende de mis ojos clavados en si.

Se acerca a paso lento a mi, deja aquella libreta que leía.

-¿Señorita Mía? ¿Cómo se encuentra?- ¿me lo estaba preguntando a mi?.

No recordaba mi nombre, mi edad, mi familia, nada.

No se como llegue aquí, no recuerdo lo que había sucedido el día anterior.

Nada, mi mente estaba en blanco.

La enfermera tiene la mirada fija en mi, sale si previo aviso sale por donde llego.

Respiro profundo.

Mi cabeza nuevamente empieza a doler y las ganas de vomitar me invaden.

La puerta se habré nuevamente pero esta vez era otra persona.

Una chica, rubia de ojos grises. Me parece familiar pero no logro recordar.

Se acerca a mi de la misma forma que la enfermera hace unos minutos.

Me toma la mano, en su rostro se encuentran algunas lágrimas que se alojan en su mejillas.

-¿Mia?- la miro fijo - Soy yo. Julietta, tu hermana - ¿Mi hermana?, frundó el ceño.

Estoy muy confundida.

-¿Julietta?.

Ella suspira.