Llegada

105 8 1
                                    

Cuando Orihime atacó al primer mounstro, los demás enseguida se fueron para así nuca volver a la aldea.

-No lo puedo creer...- dijo Alberto abrazando a su esposa, quien seguía temblando por el susto.

-Orihime-chan ¿por que no mencionaste que eres una maga?- pregunta la señora más tranquila.

-¿una maga?- preguntó Orihime confundida, imaginándome a ella misma sacando una espada de un sombrero.- No señora yo....- dijo sin saber exactamente qué decirles.

-Orihime-chan lo acabas de hacer para protegernos es magia, tú utilizas maná.- Alberto

-Tecnicamente es reatsu.- dijo en un susurro que nadie pudo oír.

-¿Por que no te unes un gremio? digo, tu poder puede ayudar a muchas personas que lo necesitan.-

Alberto supo por la expresión de ella que no sabía lo que era un gremio así que se lo dijo y por consiguiente lo que es la magia, le dijo muchas cosas bonitas de los diferentes gremios en Fiore y que ahí hay muchas personas poderosas. Orihime no pudo evitar sentir curiosidad por ellos y pensó que tal vez podrían ayudarla a volver a su dimensión, aceptó lo que le propuso Alberto y acordó ir a donde se le sugería así pagar lo que alberto le había prestado a ella para su viaje.
A la mañana siguiente:

-Ten orihime-chan, es una capa que te protegerá contra el sol y el frio ya que últimamente el clima está un poco inestable, puede que te sirva de algo cuídate mucho.- le dijo con una grata sonrisa y preocupación.

La estación de tren no se encuentra nada cerca pequeña, tendrás que caminar hasta allá, de la forma más corta no hay caminos para que te pueda llevar, lo siento mucho pero sino puedes volver a donde perteneces recuerda que tu hogar no es donde creciste, tu hogar lo hacen que personas que quieres, los recuerdos que te hacen fuerte y tus amigos.- dijo Alberto con una sonrisa que le levantó el ánimo a Orihime.

-Si, muchas gracias por todo lo que había hecho por mí, si necesitan algo puede avísame en cuanto llegue les mandaré una carta.-dijo con una sonrisa y un gesto de despedida.

Finalmente Orihime se marchó hacia la estación con ropa que le habían regalado, un pantalon negro que le llegaba hasta lo tobillos, una playera azul marino y una sudadera blanca.
La capa que le habian dado le hacía juego, era blanca con con contornos celeste.

***

En una habitación apenas iluminada se encontraba takuma sentado en una silla de piedra, su silencio se vio interrumpido cuando kagura y Jack entraron.

-Señor aún no hemos logrado encontrarla, probablemente nos demoré días o semanas lo que significa un gran atraso a nuestros planes.- dijo kagura en cunclillas, como una reverencia.

-No, orihime me dio a entender que fuimos unos precipitamos, aunque hallamos pasado muchos años planeando esto no lo hicimos con la cabeza en frio, unas semanas no son nada si conseguimos completar nuestro plan, una vez hecho ustedes podrán llevar a cabo sus misiones y hacer lo que deseen.-dijo takuma analizando las cosas

-Durante todo ese tiempo, ¿qué se supone que mejoraremos exactamente?-preguntó Jack.

-Aumentaremos nuestra fuerza y la de las tropas, pude que sean muchos pero no sirve si son débiles en un abrir y cerrar de ojos los vencerán, recuerden que no se debe subestimar al enemigo.-dijo takuma juntando sus manos enfrente.

-De acuerdo, lo más conveniente en estos momento seria lo que usted sugiere, supongo que dispondré del tiempo necesario, la sociedad de almas no sabe lo que se avecina.-dijo kagura con una sonrisa malvada.

Takuma esbozó una sonrisa de satisfacción, pondrían el plan en acción cuando estén lo suficientemente listos dentro lo que para ellos es poco comparado con lo han estado esperando.

***

Había pasado un día desde que orihime había hecho el viaje, pasó por frio y hambre ya que no encontró que comer durante el día y en la noche seguramente estaría más expuesta así que no durmió mucho para llegar lo antes posible, la hambrienta y cansada orihime ya estaba por llegar a la estación, cuando pago por su boleto y entro a sentarse se sintió aliviada y tranquila hace mucho tiempo que no estaba así de sola no lo vio como algo triste sino extraño.

Estaba empezando a perder el rumbo no sabía siquiera a donde debería ir mientras se preguntaba esto su cabeza estaba cubierta por el gorro de la capa atrajo unas cuantas miradas curiosas pero nada anormal, se trataba de mantenerse despierta, mientras estuvo en la estación tomó un mapa para saber a donde debería de ir pero inevitablemente se quedó dormida  durante una hora, sintió que fue mucho más. Se despertó de golpe y se bajó sin siquiera saber dónde encontraba, cuando salió del tren se dirigió a una señorita.

-Disculpe señorita ¿podría decirme cual es la ciudad más cercana a esta estación?-pregunto orihime dulcemente

-La ciudad de magnolia es la más cercana, pueden llevarla si lo desea señorita.-contesto la joven.

Muchas gracias-dijo orihime para así irse.

Decidió ir caminado cómo no había gastado nada más que el boleto le quedaba mucho dinero, pero sabía tenía que guardar para poder comer y tener un lugar donde pasar la noche, así que fue hacia su destino casanda pero cuando este allá descansara para ver que es lo encuentra pesó.

 


Ha vuelto. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora