Sexo a cambio de vivir

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Una de cada cinco mujeres sufrió o va a sufrir un ataque sexual a lo largo de su vida. Un ataque sexual no siempre termina en violación. De el total de mujeres abusadas, solo el 10% va a denunciar. El otro 90% va a luchar desde el silencio.

Cuando hablamos de ataque sexual todos imaginamos un callejón oscuro en el que camina una muchacha rubia vestida como para ir de fiesta mientras un hombre de clase baja la toma por la espalda, le pone un cuchillo en la garganta y la viola. Esta escena no dura mas de veinte o treinta segundos.
Estamos tan equivocados.
Es tan difícil para las víctimas confesar lo que les tocó vivir. Es tan difícil que nadie las cuestione. Es tan difícil imaginar que la violación, el ataque sexual, se puede generar en cualquier situación frente a cualquier hombre, te pongas lo que te pongas en cualquier lugar a cualquier hora. No hay una fórmula para evitarlo.
Nos cuesta imaginar que la violación es algo que puede durar toda una noche mediante el chamuyo de un universitario de clase alta que te llevó a tu casa un sábado de noche porque te gustó y vos también le gustabas. Nos cuesta creer que una mujer se anime a irse sola con un hombre que acaba de conocer. Compañera, sabemos que no es tu culpa. No te sientas culpable cuando le cuentes a tus compañeras lo que te pasó. Estamos para apoyarte, no para atacarte ni dudar de tu testimonio ni de lo que hayas hecho.
Fuiste valiente al decirle que no querías.
Fuiste valiente al decirle que termine rápido. Y eso es a lo que quería llegar.
Una mujer en esa situación prefiere asumir lo que va a pasar y tratar de llevar la mente a otro lado en ese rato antes que morir. Antes que fingir amor.
Prefiere la penetración contra su voluntad porque eso duele menos que un montón de caricias y palabras sucias que no querías. Prefiere la penetración antes que despertar su furia y morir. Prefiere que el atacante no se sienta nervioso, amenazado, prefiere que el atacante piense que luego no se va a animar a denunciar antes que hacerlo enojar mas y no contarla después.
Por eso, cuando una mujer te cuente que fue víctima de un ataque sexual, violación, manoseo, etc. No dudes de ella. Fue fuerte en ese instante, pero la columna no se sostiene sola. Se animó a decir que no, prefirió el sexo involuntario antes que morir, fue muy valiente y si confía en vos como para darte esos datos, tu deber como compañera o compañero es escuchar. No dudes.
Si, lo conoció esa noche.
Si, se fue con él sin conocerlo.
Si, estaba caminando sola de noche.
Si, llevaba falda corta.
Si, iba sola.
Pero fue fuerte y te necesita ahora. No la hagas sentir desprotegida ni culpable. Ella no merece ni necesita eso, nunca va a ser culpable de lo que tuvo que pasar solo por ser mujer.

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