Aquella casa era grande y estaba pintada de color blanco. Las ventanas con sus rejillas negras, la puerta principal era de madera oscura y el patio delantero estaba cubierto de césped pero a pesar de todo se veía muerta.
Ella llevaba contado los días dentro de esa habitación. Hubiera preferido quedarse donde estaba antes con la esperanza de que la matarían o violarían en algún momento pero ahí solo iba a estar hasta la muerte.
El maldito hombre agua la tenía en su casa desde el día en que la compro y no lo había visto desde que la dejo en la habitación encerrada.
Aquello era horrible. Solo había una ventana, un baño y una mujer que venía de vez en cuando a traerle comida, ropa o cualquier cosa que necesitara... menos un cuchillo para matarse.
Se dedicaba a mirar por la ventana que daba a un vecindario familiar. Podía ver niños corriendo y juguetes por todas partes. Le sorprendía ver cómo la gente agua se podía ver tan feliz durante la guerra ya que en los países Tierra las personas solo salían de sus casas cuando era necesario.
A veces recordaba a su padre y lloraba por haberlo decepcionado de aquella forma. Ya ni siquiera podría escapar de ahí, no tendría a donde en un país enemigo.
-Niña, traje tu almuerzo -Dijo la mujer mientras entraba a la habitación.
Helena estaba sentada sobre la cama mirando la pared. Miro de reojo a la mujer y noto que se veía bastante extraña.
-Gracias -Dijo ella mientras que la mujer dejaba la bandeja con comida en el pie de su cama.
-De nada -Dijo la mujer.
De repente la mujer antes de salir de la habitación cayó al suelo como un trozo tela.
Helena se quedó mirando a la mujer sorprendida y se acercó a ella viendo que estaba inconsciente. Maldijo en voz baja antes de agacharse a revisarla.
La mujer había sido amable con ella durante los veinticuatro días que llevaba ahí y Helena no tenía corazón para dejarla ahí tendida en el suelo.
-¡Lorena! -Escucho un grito femenino.
Helena la tomo en brazos y deseo que la mujer fuera más delgada. La dejo sobre la cama haciendo todo el esfuerzo posible por no soltarla de golpe. Solo estaba desmayada, aun respiraba y el latido de su corazón era muy estable.
-¡Lorena! ¡Te estoy buscando! -Una mujer entro gritando a la habitación.
Helena miro extrañada a la mujer que había entrado a la habitación. Sus ojos eran muy azules y su piel muy pálida al igual que el hombre agua, aparte ella también era muy alta.
-¿Quién eres tú? -Pregunto la mujer mirando a Helena extrañada.
-Y-yo... -Estaba diciendo la pelirroja cuando la mujer la interrumpió con un gritito de emoción.
-¡Oh por dios! ¡Lo siento! ¡Drew no me lo había contado! -Dijo ella con toda su cara roja -Soy su hermana Danielle, perdón por llegar así a su casa, sé que no debí pero Drew no me había contado nada.
¿Quién es Drew?
-Está bien, no importa -Dijo Helena sin saber que decir.
-¿Cuánto tiempo llevan juntos? -Pregunto la mujer acercándose a la pelirroja.
¿Ella piensa que soy mujer del hombre agua? Que divertido.
Helena pensó mucho rápidamente antes de dar su respuesta.
-Llevamos un mes viviendo juntos -Dijo Helena tratando de sonar natural. No era mentira.
-¡¿En serio?! ¡Él no me había contado nada! ¡Que grosero! -Dijo la mujer emocionada -Tengo que contárselo a mi madre, ¿Ya te dije que soy Danielle?
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Tierra
RomanceEn aquel mundo consumido en guerra ella a pesar de que había estado muy metida en eso de un momento a otro ya no lo estaba. Helena tenia que salir de su vida tan rápido como había llegado, aquel no era su lugar y menos durante esta guerra... Pero su...