Mi vieja amiga

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Finalmente la voz dejo de hablarme, pensé: -creo que escucho a la señora Margaret e hizo silencio-, sinceramente ha sido el pensamiento más absurdo que ha pasado por mi cabeza, pero yo necesitaba buscar consuelo en algo, seguidamente me acosté en mi cama y cubrí mi cabeza con la sabana tratando de buscar refugio y consolar el sueño , me quede dormida alrededor de las 4:30 am y, a las 5:30 am como era de costumbre Margaret nos despertó.

Abrí la puerta de mi cuarto y baje rápidamente a la cafetería como si estuviera escapando de algo o de alguien, al entrar a allí vi a Mily en la mesa, parecía que ella me esperaba, Mily me sonrío y dijo: -Samara antes de que llegue alguien más cuéntame que pensaste, ¿ como conseguiremos los alucinógenos?-, yo le dije: -Te contare cuando llegue sol, prefiero que estemos todas-, en realidad no sabia que les iba decir pues no tuve tiempo para pensar en eso anoche; a los pocos minutos llego Sol y me dijo:- ¿Que ocurre estas bien, en la madrugada escuche que alguien lloraba, corri la cortina y vi que Margaret te llevaba a empujones hacia el cuarto-, yo le conteste: - no te preocupes, lo que ocurre es que extraño mucho a mi familia-, obviamente no le podia contar que una voz me hablaba probablemente pensarian que estaba loca y, nuevamente me quedaria sin amigas.

Luego de desayunar Sol y yo nos dirigimos hacia el salón de clases, yo me sente en el mismo lugar de siempre con la esperanza de ver a el muchacho rubio nuevamente y, apoye mi cabeza sobre el pupitre mientras llegaba la profesora pero, nunca vi cuando entro porque me quede dormida, a los pocos minutos me desperte con un regaño de la profesora Vimma, observe alrededor y pude percibir que Zulma y Blanca se reian de mi; mientras transcurria la clase emplee mi tiempo en idear un plan para conseguir las drogas.

A la hora del almuerzo le conte a Sol y a la Peliroja mi plan, el cual consistia en seducir a Leoncio el muchacho que traia el mercado todos los sabados, de manera tal que el mismo seria quien nos diera las drogas que necesitamos, las dos chicas inmediatamente protestarón pues no estaban de acuerdo porque ellas tenian una preferencia sexual distinta, yo les dije que no se preocuparan que incluso yo misma podria hacerlo.

Las clases despues del almuerzo transcurrierón rapido y, nuevamente me encontraba en mi cama pensando, esta vez la pregunta que rondaba mi cabeza era sobre cual estrategia utilizar para seducir a Leoncio, debia idear un plan lo más pronto posible pues mañana es Sabado, ¿qué tal si Romina tiene razón, y nadie se fija en mi?, Dios que dificil es esto no quiero estar encerrada en este lugar me voy a enloquecer, no puede ser me estoy dejando llevar por mis pensamientos nuevamente ¡ay no!, ¿en verdad soy tan fea?.Hacia semanas que no sentia la necesidad de utilizar a mi vieja amiga, abri el cajón saque un pañuelo y allí estaba ella, la deslize por mi pierna derecha estaba tan afilada como siempre, sentia que mientras sangre y lagrimas se mezclaban yo me liberaba de todo aquello que me hacia sufrir, luego la guarde nuevamente en el cajón y jure no hacerlo de nuevo.

Me acoste en la cama y me cubri con la sabana intentando conciliar el sueño, de repente escuche nuevamente aquella voz susurandome, yo le grite: - ¿que quieres de mi?-, pero la voz no me respondia, solo continuaba susurrando: -Soy Nara-, esta vez no senti miedo, solo cubri mis oidos y espere a que ese sonido desapareciera.

Sabado en la mañana, observe la pared y el reloj marcaba las 7:05 am, era momento de levantarme y bajar a la cafeteria para desayunar, pues solo tenia hasta las 7:30 momento en el cual el servicio de desayuno terminaba, me apresure y baje rápidamente por las escaleras, llegue a la cafeteria y allí estaban Romina y Tina quienes no desaprovecharón la oportunidad para insultarme, solo las ignore y observe alrededor ¿donde estan Sol y Mily la peliroja?, no las vi asi que fui por mi desayuno y busque una mesa para ubicarme, cuando me levante de la mesa Tina me empujo y cai golpeandome con una silla, como ocurria siempre nadie hacia nada por ayudarme y esas desgraciadas se reian, me levante del suelo sin mostrar emoción alguna pues no podia dejar que aquello me afectara, solo sali de la cafeteria y subi las escaleras nuevamente hacia mi cuarto.

El Diario de Samara, una chica  Suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora