-¿Cuanto cuesta mi dolor?- Los labios de Jane temblaban al igual que su frágil cuerpo.
- Cuesta lo que cuesta arrancar mi corazón con las manos y entregárselo a un desconocido.- Shawn dijo con la voz quebrada, ambos mortales no sabían como amarse, pero debían y querían hacerlo.
Él la abrazo fuerte, como si sus brazos fuesen pegamento alrededor de su rota alma. Lágrimas como un río caían en la camisa negra del chico. Lágrimas como un diluvio caían en el cabello negro de la chica.
La luna era testigo de sus pensamientos hablados y las estrellas escuchaban sus sollozos reales. Detrás de tanto lujo, autos y dinero, la materialidad no satisfacía el tiempo y el sentimiento que los llenaba al estar juntos.
Pedazos de mundos esparcidos por la tierra completan una vida, una persona es un mundo nuevo, pero ellos eran un universo entero.
-¿Tienes las llaves de tu auto? - Shawn murmuró en el oído izquierdo de su amada.
- ¿Para qué las quieres?- Jane preguntó indignada, confundida y curiosa.
- Quiero mostrarte algo. Se que has visto muchos paisajes maravillosos, has estado en los mejores lugares del mundo, has viajado mucho, conocido y experimentado. Pero yo solo quiero mostrarte un lugar donde puedes sentirte...Tú y no el lugar de los demás.
