El silencio no era cómodo ahora que Shawn se había presentado, las palabras se evaporaron en el aire dejando un espacio que se deseaba rellenar.
Jane comenzó a tronar sus nudillos, se sentía nerviosa por cada respiración que hacía. Estaba pensando todo claramente ¿Qué tal si el dinero se acababa? ¿Los problemas que tendrá valdrán la pena? ¿Y si los lugares que tenía planeados visitar no eran tan grandiosos?
La culpa logró apoderarse de su mente y su pecho.
-¿Y qué hará en Canadá?-La voz de Shawn la hizo caer en la fina capa de la realidad.
Jane miró directamente sus ojos castaños y no evitó sonrojarse, ¿Qué pensaría este chico de ella, si le decía que está de fuga? Shawn no parecía de ese tipo de chicos de malas mañas o fuckboys.
-Pues...- Si, Jane había decidido mentir, tal vez había querido caerle bien al chico.- Iré a visitar a mi tía Julianne.
-No me tome de chismoso o imprudente...Pero ¿por qué no irse en avión a Canadá? Así no tendría que viajar por días y días...Solo digo que hubiese sido más cómodo y menos exhaustivo.
-Le temo a las alturas, además me gustan los viajes largos.
-¿Así que no le importa ir con un extraño a Canadá?
Jane se quedó en silencio por unos segundos y pensó bien su respuesta, a ella no se le daba la parte de crear lazos con personas desconocidas, sin embargo le gusta experimentar nuevas cosas, quiere hacerse cargo de sus aventuras y poder vivir la última etapa de su adolescencia al máximo antes de ir a la universidad local, solo tiene un deseo y es ser todo lo que no fue en su vida, una chica divertida, aventurera y despreocupada, justo como lo es Liz o incluso más.
-Siempre y cuando no seas un asesino serial o alérgico al chocolate, por mí está bien.-Los ojos de Jane estaban clavados en la nuca del chico.
Shawn soltó una carcajada contagiosa, Jane no pudo evitar reírse de su risa.
-Está bien, no soy alérgico al chocolate.-Shawn aclaró y Jane limpió una lágrima de su mejilla por el ataque de risa que había tenido.
-¿Y eres un asesino serial?-Jane lo miró a los ojos pero él los desvió al frente e hizo un gesto neutral.-¿Shawn?
-Es que...-Puso sus dedos sobre sus labios intentando evitar el retrovisor e hizo una pausa.-No, no lo soy.-Volvió a reír.
-Con que también eres chistoso.-Jane cruzó sus brazos riendo un poco.
-Soy chistoso y no soy taxista, verás mi padre es el dueño de la línea de taxis "Mendes", un trabajador se enfermó y yo soy el que cubre los puestos.-Shawn explicó.
-¿No te molesta? Es decir, pareces de mi edad y que tu padre haga que manejes a un lugar con extraños, es algo retorcido.
-¿Tienes 18?-Shawn señaló a la Jane y esta asintió.
Pasaron minutos sin ningún tipo de sonido que proviniera de los jóvenes. E instantes Jane se quedó dormida junto a la ventana.
-Mis padres no están en casa y mi tía llega mañana.-Liz alzó su perfecta ceja al cielo con un toque de su pícara mirada a su novio quien la estaba besando como si el mundo se acabara en diez minutos.
-¿A tu hermana no le importarían los sonidos?- Un brillo se detalló en los ojos cafés de Nev.
-¿Desde cuando te preocupas por el donde y cuando? Dejemos la fiesta no me importa esa tonta corona, puedo reinar contigo en la cama.
Las hormonas de Nev se alborotaron en un segundo y sin pensarlo ambos iban corriendo al coche simulando una película de acción donde el suelo se destruye y su única salvación sería en la cama de los padres de Liz.
La noche era tan joven como las voces de ambos adolescentes susurrando sus risas, Liz abrió la cerradura y automáticamente Nev la abrazó por detrás besando los centímetros de su cuello y entrando a la casa y cerrando la puerta con su pie. Subieron las escaleras.
Mientras la cama crujía y ambos gozaban de la compañía del otro, una sensación extraña hizo que Liz ya no disfrutara más la acción que Nev repetía. Fingió un orgasmo para que Nev dejara de estar tan ansioso y se acostara entre las sábanas.
Nev la notó algo callada y distraída así que alejó los mechones de cabello que se pagaron a su frente por el sudor, besó la barbilla de su querida Liz y la miró con preocupación tratando de descifrar las redes que se anudaban en su mente.
-Tienes algo...-Habló con una voz ronca y una pequeña sonrisa.
-No...es que...no sé...no lo tomes a mal Nev...pero me...me siento vacía.-Liz se abrazó a sí misma sentándose y dirigiendo su vista a la puerta semi abierta de la habitación.
Un golpe muy bajo para el capitán de fútbol de la preparatoria, Nev había quedado anonadado por aquella confesión y no tenía nada en mente que decir.
-No sé que...-.Rápidamente fue interrumpido por Liz quien se había levantado de la cama hacia la puerta cubriéndose con las sábanas de la cama.
-No creo que haya alguien en casa...-Liz volteó a ver a Nev con su mirada confundida, el chico ladeó su cabeza levantando una ceja.
-¿Quién estaría aquí?
-Jane, debería estar aquí.
-Seguro está dormida, relajate.
-No creo... siento que no está aquí...creo que se fue. Revisaré la habitación.
-¿No puedes hacerlo después?
Liz le sonrió a Nev y negó con la cabeza caminando fuera y dirigiendose a donde se suponía que su hermana estaba durmiendo. La luz estaba apagada y el aire acondicionado prendido, encendió la luz del cuarto y no había rastro de su hermana, su cama tenía una camiseta morada arrugada encima y un cubo de rubik no terminado.
-¿Jane?-Liz llamó a su hermana esperando una respuesta de ella, sin embargo nadie cumplió su deseo de escuchar su voz. Trotó por toda la casa buscandola y llamandola, Nev se asomó por la puerta y se preocupó al ver a su novia corriendo y llamando a Jane desesperada.
El chico se acercó a Liz y la calmó con un cariñoso abrazo.
-¿Qué tal si la llamamos? No te estreses, seguro salió a un museo o a algún sitio nerd que le encanta.
-Llamaré a su celular ahora mismo.-Liz se apartó del cuerpo de Nev el cual ya estaba vestido y subió a buscar su cartera.
No tengo excusas... Es todo lo que diré.
:D
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