Subo la cremallera de mi chaqueta negra de cuero y respiro profundamente delante del espejo. En pocas horas tendremos el dinero que tanto tiempo nos han estado toreando El Sucio y los suyos.
Me siento en mi cama de color crema y miro alrededor de ella, no hay ni pizca de felicidad, nada de lo que las demás chicas tendrían en ella.Ninguna foto que me recuerde quien soy, ningún indicio de mi antigua vida, nada que pueda recordar.
Me acuesto lentamente en la cama y cierro los ojos lentamente.Mis ojos pesan, a unos metros está mi casa, las luces están completamente apagadas, trepo por el árbol que hay al lado de la valla y subo poco a poco hasta entrar dentro de la parcela de mi casa. Entro sigilosamente por la ventana del baño y me dirijo por el largo pasillo hasta mi habitación.
Una vez dentro cierro lentamente la puerta y enciendo la luz, no es hasta entonces que veo a mi madre, salto asustada y pongo mi mano derecha en mi pecho.-¿Qué haces aquí? Fuera.-Digo quitando mi chaqueta.
-¿Que está pasando en la vida de mi hija? Te escapas todas las noches, vuelves a las tantas de la noche a hurtadilla, no vas a clase y mientes ¿Qué está pasando cariño?-Habla dulcemente mi madre.
-Nada que te importe, vengo de una fiesta.
-He hablado con Ebba, me ha contado que has dejado de hablarle y que ni siquiera les miras.-Hace una pausa y traga duramente.-Que te has juntado con Verner y su compañía.
Bufo enfadada y me giro hacia mi madre.
-Lo que haga con mi vida o deje de hacer no es de tu incumbencia.
-Sí lo es si se trata de la seguridad y el bienestar de mi hija.-Alza un poco la voz.
-¿Qué más te da con quien voy o dejo de ir mamá? Mejor vete a dormir, es tarde.
Estoy cansada de sus constantes entrometimientos, todo porque la estúpida de mi ex mejor amiga, Ebba le ha ido con el cuento a mi madre.
-Me importa porque ese chico es un criminal, todos los que se han juntado con él han terminado muertos o encarcelados. Pregúntale a tu padre, dile que te enseñe su historial policial, por favor cariño.
Suspiro y pongo mis dedos en mi sien y niego repetidas veces.
-Suficiente, Verner no es una mala persona, no lo conoces, ni tu ni nadie. Y si vienes a mi habitación a hablar mierdas sobre mis amigos ya te puedes ir.
-Pero cielo, escúchame.
-¡He dicho que fuera!
Empujo rápidamente a mi madre fuera de mi habitación, estoy enfurecida, ella no los conoce, han sido juzgados por malas decisiones y nadie les da oportunidad.
Me coloco delante del espejo y lo golpeo rudamente, miles de fragmentos vuelan por la habitación, mi mano arde y puedo jurar que está sangrando.Parpadeo repetidas veces y me doy cuenta en donde estoy, en la casa de Bastian. Paso mis manos por mi cara y bufo, nada me frustra más que el saber que tuve la capacidad de haberlo hecho mejor, pero por desgracia no lo hice.
Abro la puerta de la habitación y me dirijo hacia el salón donde están los hombres que trabajan para él. Diviso a Adam, Lewis, Meyer y Otis, sentadas en el sofá se encuentran dos de las pocas mujeres en The Diamonds, Jarvia y Nixie.
-Te estábamos esperando.-Habla Adam.
Asiento y me dirijo hacia la sala de reuniones, donde se encuentra Bastian y para mi sorpresa, Keiran. Frunzo el ceño al verle al lado de Bastian revisando unos planos.
Todos nos sentamos en la majestuosa mesa redonda hecha de madera de roble, nos sentamos en las grandes sillas negras tapizadas que acompañan la mesa.
-Por fin después de un largo tiempo hemos conseguido averiguar donde escondía el dinero El Sucio y su banda. Y todo gracias a éste muchacho, Keiran.
Veo a Bastian sonreír orgulloso y palmear la espalda del chico, todos a mi alrededor aplauden, menos yo.
-Ésta noche a las 12:30h os estará esperando El Tripas en el embarcadero 5, debéis tener por seguro que no irá solo y que quizás esté un poco nervioso por el repentino interés de El Sucio en el dinero, así que os pido que vayáis con cuidado.
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Anjali
TeenfikceHay días en los que te puedes olvidar del mundo, y otros, en los que solo necesitamos olvidarnos de nosotros mismos. Yo llevo intentando olvidarme de mi misma desde hace seis años. Los caminos y malas decisiones me han llevado a donde estoy ahora...