Pálida flor [EN EDICIÓN]

Capítulo 5 "Triunfó el amor"

           

Manami daba vueltas en una pequeña tarima por décima vez en toda la tarde. Lucía un hermoso vestido rojo de tirantes. A pocos metros de distancia, sentadas en un cómodo sillón blanco que se acomodaba a la elegancia del lugar, se encontraban Akari y Kanzaki dispuestas a ayudar a su amiga en la elección del mejor vestido para la fiesta de graduación a la que había sido invitada. Pero por más empeño que le pusieran sus amigas, la mente de la peli morada parecía estar en otra parte.

― ¿Sucede algo Manami?―Preguntó Akari con un tono cargado de tristeza―. Es como si tu cuerpo estuviera aquí, pero tu mente no.

―Se supone que tendría que estar feliz, porque Karma me invitó a su fiesta de graduación―Dijo la joven de lentes―. Yo sé que lo hace, porque peleó con su novia.

―No digas eso―Dijo la peli azul―Ve esta invitación como una buena oportunidad limar asperezas con Karma. Recuerda que ustedes eran muy buenos amigos y que por culpa de esa tipa se alejaron.

―Tal vez tengas razón, pero lo que más me preocupa es...

―Asano ¿Verdad? ―Terció Akari con una sonrisa maternal.

― Si. Desde ese día creo que volvió a ser el mismo pedante y sin sentimientos de siempre.

Y era cierto. Aquella tarde pareció generar un quiebre emocional muy fuerte en el peli naranjo. Los cambios que había presentado durante tres años se habían esfumado. Ya no había sonrisas o palabras amables. Solamente quedaba la sombre de alguien feliz que hoy observa todo a su alrededor con profunda tristeza y unas increíbles ganas de defenderse de todos.

Gakushū no había invitado a nadie. Guardó la flor con recelo en el fondo de su bolso para recordar que Karma, nuevamente, le había ganado. El pelirrojo, por su parte, se sentía feliz de haber conseguido a alguien para la fiesta. Al parecer, Miyumi pertenecía a un mal sueño, por lo que deseaba volver a empezar... Y Asano lo miraba con rabia:

―Akabane mil veces idiota―Susurraba cada vez que lo veía sonreír con superioridad.

Para Gakushū, todo se había ido por la borda. Lo que parecía ser una noche especial, simplemente pasaría a ser una común y corriente. Por ello, no siguió con los preparativos de la fiesta, delegándoselos a alguien más. Cada vez que abría su armario, se encontraba con el traje que usaría ese día y el color de la corbata le recordaba los ojos de ella. ¿Por qué se había enamorado de esa forma? Sentía que el amor se estaba desbordando por sus poros, quemándole cada centímetro de piel. Simplemente quería morir...

Al menos, después de esa noche, no la vería jamás en su vida.

Sin mucha demora, el día del baile llegó. El gran salón de la Preparatoria Kunugigaoka lucía elegantemente adornado. El tema escogido era "Amanecer", y todos los adornos eran plateados, violetas y negros. En el interior, las mesas repletas de comida y jugos de diferentes frutas esperaban a los invitados. Una orquesta elegantemente vestida tocaba música suave y los meseros se paseaban, ansiosos.

Asano fue el primero en llegar. Lucía un smoking negro y sus zapatos brillaban bajo las luces de colores del lugar. Su corbata era morada pálida, al igual que la flor de su inexistente pareja, guardada en el fondo de su bolsillo. Con la vista, intentaba vigilar que todo estuviera en orden, ya que, después de todo, él sería la única alma solitaria esa noche.

Más tarde, las parejas comenzaron a llegar. Lucían radiantemente felices y sus trajes y vestidos parecían de otro planeta. Gakushū no pudo evitar imaginarse de ese modo junto a Manami, mas no tuvo que esperar mucho tiempo, ya que la vio entrar por la puerta principal... del brazo de Karma. La chica caminaba a paso firme y decidido. Su vestido violeta se le ceñía perfectamente al cuerpo, dejando una pequeña cola de sirena al final. Junto a ella, Karma vestía un traje blanco y camisa roja, sin corbata. Se veía rebelde y un tanto alocado.