Poltergeist: Un mundo de luz y oscuridad

Sexto capitulo: ¿Pruebas o sádica?

Al llegar a Francia Fujiko pregunta: ¿donde esta el carro que nos llevara a la base?. Una de la aeromozas le dice mientras se cierra la puerta del Jet: les va tocar ir a pie, y son ordenes de la jefa, dice que es una prueba o algo así jeje...hasta luego Generales y suerte.

A los generales no les queda más remedio que ir caminado, así que salen del aeropuerto y llaman a uno de los taxis, pero al segundo todos los carros presentes se retiran y las calles se tornan vacías

General Alessandra: Que raro... Me pregunto por qué se le ha ocurrido esto a la jefa. ¿Qué clase de prueba será?

General Fujiko: Pues no lo sabremos hasta que avancemos ¿no?, vamos chicos. ( dijo Fujiko, y Alessandra e Igoriok lo siguen )

Conforme van avanzando todo parece estar tranquilo, no hay ninguna señal de peligro y el silencio prevalece en la caminata.

General Alessandra: Tanto silencio no me da un bien presentimiento.

General Igoriok: Lo se. (Responde Igoriok inspeccionando sus alrededores)

Cuando de repente se visualizan unas sombras que van a a gran velocidad y apenas pueden ser vistas. En ese momento todos dan un paso atrás y se quedan en silencio. Nadie pronuncia una sola palabra, y desde las tinieblas de las calles salen dos sombras. Ambas sombras empiezan a danzar al mismo compás, tal como en un baile. Ninguno de los generales sabe como reaccionar, y sus miradas se posan en los movimientos de las sombras. Pero de repente todo cambia, y de un baile, pasa a ser una pelea Samurai. Sus katanas chocan entre sí y la intensidad del duelo va subiendo, convirtiéndose la pelea en todo un espectáculo para los Generales. Una sombra retando a la otra, ambas en un mismo nivel de combate, hasta que una de las dos sombras logra acorralar a la otra contra la pared, pero luego la deja ir. Y en ese momento Fujiko reacciona.

General Fujiko: ¡No!

Lanzó un grito ahogado el general, al volver a vivir en carne propia aquel momento en el que vió a su madre morir. Tal como en el pasado, la sombra que dejo ir, se voltea y corta la cabeza de la otra sombra, y al momento de caer, la sombra que se mantuvo en pie tomo la forma y silueta del padre de Fujiko. Entonces la única reacción de Fujiko fue levantarse y correr hacia su madre, pero al momento de tocar esa sombra, se desvaneció. Y la sombra de su padre emitió una risa de burla.

General Fujiko: ¡Eres un maldito! (Dijo corriendo hacia aquella sombra.)

General Igoriok: ¡Fujiko el no es tu padre!

Le advirtió Igoriok, pero Fujiko estaba cegado por el odio. Desenvaino la katana deslizando bruscamente la hoja de la vaina y empezó a correr hacia esa sombra, pero cada vez que iba a atacarla, esta desaparecía y reaparecía evitando los ataques de Fujiko.

Mientras se desarrollaba una pelea donde Fujiko no podía atacar a su oponente, porque principalmente era un enemigo formado por su mente. Del otro lado de la calle Alessandra estaba siendo atraída por otra sombra. Esta sombra no emitía ni un solo ruido, pero extendió su brazo hacia ella para darle la mano, y ella la tomó, y conforme iban avanzando, tras la sombra se iban formando las siluetas de todas las personas del pueblo de Alessandra, en esa villa donde paso su infancia. Aquel pueblo que fue asesinado por unos demonios cuando ella tenía apenas 5 años. Un recuerdo que a veces la atrapaba en sus pesadillas. Las lágrimas empezaron a salir de sus ojos y aunque tratara de decir algo, su voz se quebraba.

General Igoriok: ¡Maldición! ¡Son trampas, que no lo ven!

gritaba el general a Alessandra y a Fujiko, pero ninguno respondió, cada uno estaba hipnotizado por sus respectivos recuerdos de su pasado.

Alessandra se empezó a acercar demasiado a ellos, una de las sombras tomo la forma de su madre, y la abrazo, ella rompió en llanto, pero mientras esta sombra acariciaba su cabello, empezó a sacar algo negro de uno de sus costados, una masa que empezó a tomar forma como una daga negra. Esto ocurría al mismo tiempo que la sombra del padre de Fujiko lograba causar varias heridas superficiales en Fujiko, y siendo Igoriok el único que no había sido atacado por una sombra, sabía que debía hacer algo.