Capítulo uno: "No siempre pueden salvarte".

144 19 5
                                    

                                      1.

 “No siempre pueden salvarte”.

—¿Qué haces, tonta? —me dijo riendo. Me encantaba hacerlo reír, me sentía… especial. Por más que me insultara diciéndome cosas como fea, que asco me da ver tu cara, eres una tonta, sabía que no lo decía en serio pues pronto me decía un te amo y me daba un abrazo.

Sé que nuestra relación es muy extraña y que especial no me debería de sentir. Pero no importa nada, no importa lo que piense la gente, lo que piense mi conciencia o mi mente; lo que en verdad importa es como me siento… como se siente mi corazón.

—¿Qué piensas hacer hoy, Em? —Jason hizo su típico guiño burlón. Siempre lo hacía; me preguntaba cuáles eran mis planes para ese día y yo pensando que al fin me invitaría a algún lado le digo que nada y él me responde…

—Siempre haces nada, muchachita… pero que antisocial eres, ni siquiera se porque eres mi mejor amiga. Somos muy diferentes —Obviamente siempre decía algo parecido y no lo mismo. Siempre tenía razón, siempre. Jason y yo somos totalmente diferentes, pero nos llevamos extrañamente muy bien. Somos mejores amigos desde los catorce hasta ahora; los dieciocho. Nunca fuimos ese tipo de mejores amigos que se cuentan todo y son como hermanos en el sentido de protección y cosas así, nosotros somos muy diferentes. Somos como hermanastros que se pelean pero a la vez se llevan bien. Y a veces somos todo, y después somos nada. ¿Difícil de comprender? No se preocupen, esto no es lo importante de la historia.

—Buenos días niños

¿Niños? Sí, claro.

La vieja maestra María entro al aula para darnos la aburrida clase de Literatura. Aunque en esta clase la mitad del grupo se duerma, para mi es la clase más placentera, pues casi nunca escribíamos y tenía tiempo para pensar en Jason. Desde hace tiempo que me siento atraída a él, o algo así. Lo único que sé es que en mi mente ya casi me pide matrimonio.

No sé, siempre que estoy con él me siento mejor y los ácidos no consiguen matar a las mariposas dentro de mi estomago. Su sonrisa es espectacular, son como perlas blancas perfectas. Sus ojos son verdes como una oliva brillante(sé que no las hay). Su cabello es castaño y sus labios son rosados.

Para mí él es el hombre más perfecto que haya visto en mi vida.

La triste realidad es que para él yo sólo soy su mejor amiga. ¡Pero soy positiva! Al menos soy su mejor amiga.

—¿Señorita Cooper? —María me llamó y pronto me di cuenta que todos me miraban; algunos riéndose.

—¿Qué pasa? —todos rieron. María señalo el libro que leían, me estaba pidiendo continuar la lectura. Adriana, una amiga, me dio su libro rápidamente y me mostró el párrafo que debía de leer.

“No siempre pueden salvarte. Nada lo puede evitar… Si tiene que pasar, pasará. No importa cual sea la situación. No siempre podrán salvarte.”

—No siempre pueden salvarte… —yo creo que sí; salvada por la campana. La clase había terminado, todos rápidamente tomaron sus cosas y salieron del aula. Antes de poder salir la maestra María me llamo.

—Emma, necesito hablar contigo.

—Dígame, maestra —la vieja María me miro con sus ojos azules, con una expresión y un sentimiento que no pude descifrar. ¿Estaba preocupada, asustada, entusiasmada?

—Necesito que hagas un proyecto muy especial…

Mierda.

—¿Se podría saber por qué yo, maestra? —haría con gusto su proyecto, pero no tengo tiempo para perder tiempo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 06, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Six Months of Death.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora