Violett
Apoyé mi cabeza en el torso desnudo de Justin y el alargó la mano hasta la mesita de noche para encender la pequeña lampara, ya que no había nada de luz en la habitación. Alcé mi cabeza y miré el rostro de Justin débilmente iluminado. Este me dedicó una sonrisa divertida y sonreí.
— Mañana es lunes — suspiró jugando con mi mano. — ¿Que te parece si no vamos a clase?
— Tu madre te matará y si no vas acabarás suspendiendo — dije yo y él se encojió de hombros.
— Soy mayor de edad, no puede obligarme a ir a clase — dijo él.
Fruncí el ceño. A veces pensaba que de verdad Justin no quería estudiar, a veces tenía a impresión de que el quería otra cosa para su vida pero que nunca se había atrevido a luchar por esa cosa. El no se habría dado cuenta, pero tenía una voz increíble y yo sabía muy bien que podía sacarle un gran partido a eso. Y también su interés por la música era muy grande. En este último mes, me había sorprendido el hecho de que Justin sabía tocar la guitarra.
— ¿Justin tu de verdad estas haciendo lo que quieres? — le pregunté mirándole a los ojos y este los entrecerró.
— Supongo que no — dijo él. — Siempre he tenido interés por la música, pero nunca me he atrevido a apostar por ello.
— ¿Porque no? — pregunté.
El suspiró de nuevo.
— No lo se — admitió — Pero ya sabes, es un mundo complicado el de la música, y puede que tenga miedo a no ser suficientemente bueno.
— ¿A ser rechazado? — pregunté.
— Exacto.
Nos quedamos unos minutos en silencio.
— Deberías arriesgarte —dije yo — Sino nunca sabrás si de verdad tienes talento.
El suspiró de nuevo desplazando la mano que tenía apoyada en mi cintura hasta mi cabello para comenzar a jugar con el. Sabía que estaba nervioso, simplemente por el hecho de que estaba jugando con mi pelo. Siempre que estaba nervioso lo hacía, jugaba con su pelo, o con el mío. Notaba que el hecho de hablar sobre sus inseguridades lo ponía así. Y yo encontraba eso muy adorable. Nunca había estado de acuerdo con el hecho de que los hombres fueran los fuertes en las relaciones, y de hecho, odiaba los libros y películas en las que los hombres eran los salvadores por decirlo de alguna manera. Normalmente, se representaban las cosas de manera que parecía que la chica era débil, y el chico era el que la protegía de todo. No estaba de acuerdo, porque ellos también necesitan que les alienten y les digan que todo irá bien. También se sienten mal aunque no quieran decirlo por esa estúpida postura de macho alfa que tienen. Los hombres también lloran, y también quieren que alguien los mime cuando están deprimidos aunque no lo digan. Y sabía que Justin no lo admitiría, sabía que Justin no me contaría esas cosas si yo no se las preguntaba. Sabía que se las guardaría para él, y yo no quería que lo hiciera, ni mucho menos. Porque nos teníamos que apoyar el uno al otro, y yo quería apoyarle.
— ¿Sabes que pasa? — dijo él y inmediatamente hice una señal con la cabeza para que siguiera hablando — Que nunca he destacado en nada especial y no quiero hacerme ilusiones para luego darme cuenta de que siempre seguirá siendo igual.
Lo miré con toda la comprensión del mundo y me incorporé poniendo un antebrazo a cada lado de él. Acerqué mis labios a los suyos y lo besé mientras nuestros cuerpos desnudos de rozaban, haciendo que sintiera miles de pequeñas y grandes mariposas revolotear en mi interior. ¿Como me haces esto Justin? pensé. El me respondió el beso y rodeó mis caderas con sus brazos, haciendo que nuestros cuerpos dejaran de rozarse para estar pegados. Emití un leve gemido de satisfacción y me separé de el apenas unos centímetros para mirarle a los ojos.
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Los Trillizos Bieber 2: ¿Crees en los finales felices?
أدب المراهقين¿Que pasa cuando tu novio tiene un hermano gemelo enamorado de ti? Nada bueno, eso, puedo asegurarlo. ¿Pero cuando son trillizos? ¿Qué pasa si los dos hermanos de tu novio están enamorados de ti? Entre besos, cenas románticas y momentos de pasión...