Capítulo III

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Lou lanza un suspiro cuando ve que su padre duerme en el sillón, ella no recuerda haberlo visto así jamás, tan tranquilo y en paz.

Pero su pequeña mano comienza a temblar mientras empuña ese cuchillo, las manos comienzan a sudarle, provocando que el mango se deslice por sus manos, pero Lou está muy decidida en hacerlo, ella sólo quiere ser feliz, estar tranquila, así que sin amedrentarse la pequeña Lou entierra el cuchillo en el cuello de la "bestia" mientras observa con cuidado como la sangre brota de la herida.

La chica de la habitación 392 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora